Daniel Bartolotta es un histórico del Puebla, aunque su nombre no sea tan recordado como el de otros extranjeros que pasaron por el club, ya que el uruguayo fue pieza clave para la obtención de la tercera Copa que llegó a las vitrinas del club en 1988, edición en la que él fue el campeón goleador con cinco tantos.
Si bien llegó a la Angelópolis ya en el otoño de su carrera, Barto pudo demostrar su calidad durante varias tardes en el estadio Cuauhtémoc donde usando el icónico número 10 y con esas gambetas tan características, provocaba el ole en las tribunas.
A más de 30 años de su paso por La Franja, el sudamericano sigue muy cercano al equipo pues además de vivir en la ciudad, también se da el tiempo de recordar su época de jugador y enfundado en la blanquiazul, juega partidos de veteranos, además de que está pendiente de la actualidad del equipo y no esconde su ilusión de algún día volver.
“SE LLENABA EL CUAUHTÉMOC PARA VERNOS JUGAR”
Después de años viviendo en Veracruz, el charrúa volvió hace unas semanas a vivir a la ciudad y en entrevista con La Crónica de Puebla, recordó su paso por La Franja, a donde llegó en 1986 y estuvo durante tres temporadas, mismas en la que el equipo fue protagonista del futbol mexicano, algo que generó cercanía con la afición que llenaba el estadio Cuauhtémoc para verlos jugar.
“Fue una etapa buena y bonita que gocé, yo jugué veinte años al futbol en Primera División y en Puebla me tocaron jugar tres temporadas, me retiré en Tigres, pero aquí tuve la oportunidad de salir campeón de Copa y ser el goleador. Era una época en que había un muy buen equipo y con buenos compañeros, por eso la gente iba al estadio y lo llenaban para vernos jugar, porque eso es lo que la gente quiere, un equipo ganador y como ganábamos siempre la gente se volcaba con nosotros, creo que fue una etapa maravillosa”, comentó.
Daniel Bartolotta era un futbolista picante, de esos que cada vez se ven menos en el futbol actual, característica que lo llevó en la cúspide de su carrera a España donde jugó durante cinco años antes de llegar a México donde estuvo con Tampico, Neza y Monterrey, para después regresar a Uruguay para jugar en 1985 en el Liverpool, en lo que ya parecía el inicio de su retiro.
Sin embargo, después del Mundial de 1986 le sedujo la posibilidad de regresar a suelo mexicano y ya con 31 años de edad, aceptó la oferta del Puebla, que tras el título de Liga en 1983 seguía siendo protagonista del balompié nacional, y lo contrató con el objetivo de que condujera al equipo hacia otro campeonato.
Con el uruguayo en el plantel de 1986 a 1988, La Franja nunca faltó a la Liguilla, alcanzando una semifinal en 1987 en la que cayó ante Chivas, aunque el brillo de Daniel también fue individual porque se convirtió en el goleador del equipo, sin ser centro delantero.
Ya en su último año de estadía en la Angelópolis, Barto se destapó en 1988 y logró una temporada de 11 tantos, seis en la Liga, en la que alcanzaron los cuartos de final donde perdieron ante América, y cinco en la Copa México, en la que el equipo se coronó campeón doblegando en la final a Cruz Azul.
Los camoteros rompieron con treinta y cinco años de sequía en el torneo de Copa, recordando que las primeras dos las consiguieron en 1944 y en 1953, además de que esa edición de 1988 significó el regresó de la competencia tras doce años sin jugarse.
ES UN ORGULLO REPRESENTAR A PUEBLA
Si bien se fue del club tras la obtención de la Copa para retirarse en Tigres la siguiente campaña, Barto dejó su corazón en Puebla pues quedó ligado y estuvo en diferentes etapas viviendo en la ciudad.
Ahora, tras varios años en Veracruz, volvió a la querencia y está de vuelta en la capital poblana, donde entre otras actividades, ha empezado un torneo de veteranos jugando para el representativo camotero junto a excompañeros como Carlos Poblete, Roberto Ruiz Esparza y Arturo Cañas.
“Es un orgullo pertenecer a la ciudad de Puebla, es bonita, he vivido en varios lugares del país, pero en Puebla me gusta mucho. Volver es un halago y orgullo, pertenecer y defender la camiseta del Puebla en este campeonato de veteranos es un orgullo y vamos hacer lo mejor posible, no sé hasta donde podamos llegar porque los demás equipos también cuentan, pero ojalá que pueden ir todos los que pertenecimos en esa época”, dijo.
Y este retorno a la cancha también le ha ayudado a volver a sentir el cariño de la afición, pues el tiempo no borra lo que las leyendas enfranjadas han hecho, además de recordar a los exfutbolistas que en esta pandemia perdieron la vida.
“Las ganas de jugar futbol nunca se nos van a quitar, Dios nos dio ese don y no se nos va quitar, todo es ganancia, poder pisar un campo de nuevo, hay gente que ya se fue de esta tierra, compañeros nuestros. También nos da alegría de que gente nos invite, nos recuerden como los buenos campeones, además sirve para reencontrarse con amigos y excompañeros”, indicó.
OJALÁ QUE PUEBLA DÉ SATISFACCIONES A SU AFICIÓN
El cariño por La Franja también lo tiene pendiente de la buena actualidad del club, que ha clasificado a su tercera fase final y que el siguiente fin de semana jugará ante Chivas el repechaje en el estadio Cuauhtémoc.
“La temporada pasada creo que fue muy buena, ahorita lo veo complicado para que gane el campeonato sinceramente, pero por lo menos que pelee, que termine entre los ocho de Liguilla porque ahí es cuando está la realidad, ojalá que dé satisfacciones a la afición que siempre se lo merece, la gente va cuando el equipo gana, cuando está inestable no van porque quiere ver espectáculo, ojalá que esta temporada se pueda dar, no sé hasta dónde puede llegar”, señaló.
Sobre la labor del cuerpo técnico que encabeza Nicolás Larcamón, Bartolotta destacó lo hecho por el preparador físico Juan Gutiérrez, ya que el Puebla ha mostrado una buena condición, algo que les favorece durante el desarrollo de los partidos.
“Hay que darle crédito al preparador físico, porque los hace correr los 90 minutos y más, es un equipo que corre, lucha y trabaja los 90 minutos, a veces le falta claridad en algunos jugadores, les falta calidad para poder llegar, bueno es que soy exigente, pero eso se necesita para tratar de llegar a ese campeonato que todo el mundo anhela”, declaró.
DISPUESTO A REGRESAR
La última vez que Daniel estuvo dentro del Puebla fue en 2012 cuando dirigió once partidos entre el torneo Clausura y el Apertura, lapso en el que solo pudo sumar 12 unidades con una efectividad de 36.36%.
Casi 10 años después y tras un paso como técnico en el futbol centroamericano, no esconde su ilusión de volver a La Franja, ya que debido al cariño que le tiene al club, él está dispuesto a aportar su conocimiento.
“He estado trabajando mucho en Centroamérica, estuve en Guatemala, en Nicaragua y en Costa Rica, aunque ahorita llevo un año y más parado por la pandemia, pero mi intención está en el futbol, no me voy a separar de él hasta que Dios me diga que no puedo, mi vida es el futbol. Siempre estoy en la mejor disposición de ayudar al Puebla en lo que se pueda, si ellos quieren mis servicios con mucho gusto, no hemos tenido contactos porque han cambiado de directivas, pero yo La Franja la tengo tatuada como muchos de mis excompañeros que somos hinchas del Puebla y creemos que el Puebla debe estar arriba, si ellos me toman en cuenta yo les ayudo en lo que gusten, darles lo mejor de mí, estoy en la mejor disposición”, dijo el sudamericano.