Dulce Liz Moreno
Un habitante de Papatlazolco intercedió por Daniel Picazo González el viernes pasado.
Le preguntó su nombre, de dónde había llegado, algún teléfono y en qué trabajaba.
El abogado, tan herido estaba por una multitud, que muy poco se entendía lo que decía.
Pero el joven comprendió que en el bolsillo del pantalón del acorralado –atado de manos, hincado, descalzo, empapado de gasolina y con la ropa quemada– estaba su cartera.
La tomó, encontró su credencial de la Cámara de Diputados y la mostró a uno de los policías que estaban cerca.
—¡Mire, señor!, este hombre es gente buena, vea dónde trabaja —le gritó con angustia.
—¡Y seguro tú eres su cómplice! —acusó el uniformado.
“La gente volvió a prenderle fuego a mi hijo” hasta calcinarlo, narró Angélica González a Ciro Gómez Leyva ayer, luego del funeral del hombre de 31 años linchado en el pueblo contiguo a Las Colonias –Huauchinango–, donde visitaba la casa familiar.
Igual ocurrió en Ajalpan: el lunes 19 de octubre de 2015, dos encuestadores, hermanos, fueron acusados de tratar de secuestrar a una niña.
Ella y su mamá llegaron a la comandancia de policía para declarar que los detenidos y golpeados no eran los culpables.
Imploraron al gentío que los rodeaba que los dejaran libres, Los dos fueron calcinados.
ÚNICO INTERCESOR
Los padres de Daniel Picazo González creen que el joven que intentó frenar el linchamiento del abogado interceptado y ejecutado por pobladores de Papatlazolco, Huauchinango, arriesgó su vida dos veces:
Una, al mostrar la credencial expedida por la Cámara de Diputados a un policía, frente a la multitud enardecida, para demostrar que el hombre no era delincuente.
Y, la otra, al trasladarse a la cabecera municipal para declarar los hechos como testigo. “Es el único que habló y por eso nos enteramos de lo que pasó”, contó Angélica González a Ciro Gómez Leyva en noticiero en vivo ayer.
Nicandro Picazo, el padre, contó que la casa que la familia heredó del abuelo se encuentra en Las Colonias, Huauchinango, y Daniel gustaba de visitarla cada vez que podía, aunque nació en la Ciudad de México, donde ellos se asentaron hace casi 40 años.
“El pueblo donde lo atacaron está a unos 20 minutos hacia la sierra”, detalló al asegurar que Daniel era muy conocido en el pueblo del abuelo; incluso jugó futbol con los equipos organizados en la región.
Pero en Papatlazolco era desconocido y la noche del viernes pasado unos hombres lo acusaron de querer robar niños.
“Todavía no puedo creer lo que pasó; quise abrir el ataúd para cerciorarme de que de veras es mi hijo, pero los forenses lo sellaron, de tan mal que quedó”, aseguró el padre.
Daniel Picazo González fue sepultado ayer en el cementerio de San Nicolás Tolentino, en la Ciudad de México. Antes, una misa, canciones de mariachi y sus familiares y amigos lo despidieron en casa de sus padres.
DEFENSA FALLIDA
En Ajalpan ocurrió lo mismo. Los hermanos Abraham y Rey David Copado Molina se identificaron como encuestadores y también como universitarios con credenciales.
La niña que fue jaloneada por presuntos secuestradores aseguró que los jóvenes golpeados no eran los que la agredieron.
Pero la multitud la desoyó. Quemó a los jóvenes “por querer robarse a la niña”.
Investiga Fiscalía: gobernador
Mariana Flores
“Un acto de barbarie aberrante”, consideró el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, el linchamiento del
abogado capitalino Daniel Picazo, en Huauchinango.
Afirmó que se realiza la investigación correspondiente en la Fiscalía General del Estado (FGE), para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
Los padres de la víctima aseguraron ayer que la autoridad en Huauchinango los mantuvo desinformados el sábado, cuando llegaron para reconocer el cadáver.
Daniel Picazo fue asesor y secretario particular de la diputada federal Joanna Felipe Torres del Partido Acción Nacional (PAN) hasta marzo pasado.
El mandatario reconoció que los linchamientos responden a la falta de confianza a la autoridad, así como a la difusión de rumores.