Es Relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Un grandioso pueblo, con penetración positiva ideológica en la mayor parte del mundo, con cinco históricas Repúblicas en su construcción ejemplar, le sucede algo paradójico según nos comenta el ilustre jurista José Elías Romero Apis, nos explica que uno de los hechos más importantes de la historia universal es, al mismo tiempo, uno de los distorsionados y a veces, falseados, se le han atribuido móviles que nunca existieron, se le ha castigado con propósitos que, en realidad, se fueron adicionando, se le han asignado resultados que solo se dieron cien años después, como lo ha dicho Ortega y Gasset.
En el libro “Perfiles de grandeza” del maestro Romero Apis, nos explica entre otros puntos, que: En el concepto de Antonio Caso, fueron tres las obras capitales de la elaboración cultura latina: EL RENACIMIENTO, que preparó la atmósfera espiritual del mundo moderno y su emancipación intelectual. EL DESCUBRIMIENTO, que completó la posibilidad material de la historia geográfica del planeta. LA REVOLUCIÓN, qué perfeccionó la posibilidad moral y la liberación jurídica del hombre. Fue precisamente la Revolución Francesa de 1789 la que dio expresión jurídica a las garantías del individuo y estableció la convivencia, ya no solo regulando conductas, sino señalando el tránsito a los ideales.
Francia, no era en el tiempo de su Revolución el prototipo de sociedad oprimida y reforzada, así vemos que Luis XVI no era un monarca odiado, ni los franceses repudiaron la monarquía. Francia simbolizaba el centro del universo.
Era, ciertamente, una sociedad moderna, con buena economía, con buenas y formadas instituciones públicas y con una amplia capacidad social. Falsas han sido las ideas de la mendicidad generalizada y de la supuesta frase de María Antonieta de que el pueblo hambriento debería comer pasteles.
A tres días de la Bastilla, el 17 de julio, el Rey recibió la escarapela tricolor que lo ostentaba como revolucionario; Francia no hizo su Revolución para cambiar, sino la realizó porque ya había cambiado.
El cambio no es siempre un proceso.
La Revolución Francesa no se gestó en un tumulto, fino en un idilio, afirmó André Maurois, hubo un síndrome del cambio con los deseos constitucionalistas de los asambleístas.
La Revolución no significaba una reivindicación económica, puesto que la burguesía había aparecido como clase productiva y era la principal concurrente en el ingreso nacional.
Es precisamente en este panorama de Bonanza donde se gesta la Revolución de julio.
Se convirtió en una gran Revolución jurídica y política. Un hecho significativo es que la mitad de los Diputados electos de los Estados Generales fueron abogados.
Desde entonces entendemos que no hay Revolución de fondo sino es Revolución jurídica. En el proceso de dignificación del hombre, la Revolución Francesa es en lo político y en lo jurídico, lo que el Renacimiento fue en lo filosófico y en lo moral.
Todos los países de alguna forma en su vida deseaban ser como Francia.
Las Revoluciones no son productos de laboratorio, son ante todo producto de ideas y estas no pueden reducirse por formular alguna. El enciclopedismo fue la principal causa generatriz de la Revolución; de esta forma debe entenderse la Revolución Francesa.
El resultado fundamental de la Revolución fue el haber establecido la posibilidad de la liberación jurídica del hombre. Igualdad, libertad y fraternidad fueron las metas revolucionarias.
La liberación jurídica del hombre es un plebiscito diario. Todos los días se le gana o se pierde. Todos los días se le perfecciona o degrada.
Francia indiscutiblemente tiene una historia sin igual. Su Revolución ha recorrido al mundo y penetrado en la conciencia de todos los seres humanos.
Felicitamos al jurista José Elías Romero Apis por su profunda y productiva obra literaria que honra no sólo al foro nacional y a la cultura e intelectuales de México sino a la comunidad entera por ser un apasionado de nuestra mexicanidad.