Al pie de la letra
Rodolfo Rivera Pacheco
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Mucho se ha hablado y publicado sobre la situación actual real del presidente Andrés Manuel López Obrador en cuanto a su aprobación o desaprobación social en todo el país.
Y aun cuando las mediciones demoscópicas varían un poco y en distintas zonas son un poco distintas las cifras, la verdad es que, en general, el presidente está aprobado por la mayoría de los mexicanos. No con los porcentajes del inicio de su mandato (más de 80% llegaron a aprobarlo los mexicanos), pero sí es mayoritaria la población que aprueba la forma en que está trabajando el presidente proveniente de Morena (más de 60%).
Y eso se refleja siempre también en las preferencias partidistas en general. Todas las mediciones: si hoy fueran las elecciones, Morena ganaría la elección presidencial de 2024. No por una diferencia de 30 puntos sobre su más cercano competidor, pero sí por más de 10 puntos, seguro.
Pero, como siempre he dicho, hoy no son las elecciones. Faltan dos años y medio. Y para que haya verdaderas tendencias o preferencias partidistas, tendrán que pasar muchas cosas de aquí a junio de 2024.
De entrada, hay cuatro importantes aduanas para Morena-AMLO (y quien sea su candidato presidencial) antes de 2024.
La primera ocurrirá exactamente en una semana. La Consulta para Revocación de Mandato. No hay demasiado interés (ni información, es la verdad) por parte de la ciudadanía y seguramente no saldrán a votar al menos 40 millones de mexicanos, para que tenga “efectos vinculatorios”. Pero si no salen unos 12 ó 15 millones, la verdad es que puede ser un fracaso la convocatoria presidencial. De la contundencia de las cifras será el grado de efectividad de la maquinaria electoral de Morena, sus aliados y sus gobernadores y alcaldes para 2024. Es el primer gran experimento electoral que los pondrá a prueba.
La segunda gran aduana, no necesariamente electoral, pero sí de alianzas u ofensivas partidistas, será la aprobación o desaprobación de la Reforma Energética que promueve el presidente. Necesita de los votos de poco más de 50 diputados que no sean de su coalición (Morena-PT-PVEM). Seguramente provendrían del PRI. Si el PRI apoya la reforma, será la señal inequívoca de que ya pactó con Morena y el presidente, a cambio, seguramente, de que se “le deje” ganar la elección para gobernador en Hidalgo y probablemente otros espacios para priistas (¿CFE?, ¿más embajadas?).
La tercera gran aduana son las elecciones para gobernador de este año. Si las tendencias se confirman y Morena gana cuatro de seis estados (Oaxaca, QR, Durango y Tamaulipas) y sólo pierde Aguascalientes e Hidalgo, el presidente y su partido llegarán muy fortalecidos a 2024, con más de 20 estados en su poder.
La última aduana serán las elecciones de 2023, en Estado de México y Coahuila.
Si la supuesta negociación con el PRI seguiría, éste ganaría seguramente Coahuila (con gran influencia de la familia Moreira), aunque probablemente tenga que soltar Estado de México. Todo depende de las negociaciones de este año: si el PRI apoya la Reforma Eléctrica, le dejan Hidalgo, Coahuila y en una de esas hasta algún otro estado no tan importante; pero si no apoya, le van a ganar todas y en definitiva el PRI se iría en alianza con el PANPRD para todas las elecciones venideras.
No se necesita ser sabio o brujo para saber que todos estos escenarios sí se están negociando en las más altas esferas, como toda la vida ha sucedido. Sólo habrá que esperar para ver cuáles de ellos se confirman, para ver entonces cuáles nuevos resultan. Teoría de Juegos, le llaman.
Estaremos atentos a cada tablero, en su momento específico.