¿Quién es el que ganó? ¿De dónde viene? Se preguntaron varios en la meta del medio maratón de Nueva York hace unas semanas, donde Patricio Castillo, destacado corredor poblano, fue el gran ganador en lo que fue parte del inicio de su nuevo ciclo olímpico París 2024.
Él era vidriero en su natal Pahuatlán, municipio perteneciente a la Sierra Norte de Puebla, hasta que un amigo lo invitó a correr con la promesa de que, si destacaba y lo tomaba en serio, lo llevaría a conocer Ciudad de México para integrarse a algún equipo.
Ahora es medallista nacional y uno de los mejores maratonistas del país dando la marca para clasificar a Tokio 2020, pero quedándose afuera por falta de cupos, además de que su camino no ha sido sencillo pues para mantenerse ha tenido que trabajar prácticamente de todo, incluso en un McDonald’s y de cartero, cualquier cosa con tal de sostener sus sueños.
CAMBIÓ EL VIDRIO Y EL ALUMINIO POR LOS TENIS
En entrevista con La Crónica Puebla, Pato platicó que fue hasta los 20 años de edad cuando conoció el atletismo y en específico las pruebas de fondo, todo gracias a un amigo, quien era sobrino de la persona con la que trabajaba en un taller como vidriero y aluminero.
“Empecé en este deporte por la invitación de un amigo que ya practicaba atletismo, pues yo estaba trabajando en Pahuatlán en un taller de vidrio y aluminio y aprendí bien el oficio. Mi amigo era sobrino del señor con el cual yo trabajaba y me invitaba a correr. Decidí aceptar con la promesa de que si me ponía a entrenar me llevarían a conocer Ciudad de México para que me integrara a algún equipo, entonces con esa motivación me puse a entrenar, comencé casi a los 20 años de edad, me faltaban tres meses para cumplirlos”, dijo.
Así empezó su andar por las pistas y el asfalto para convertirse en un corredor y en específico en un fondista, aunque debido a las pocas condiciones favorables en Pahuatlán para entrenar, rápidamente pensó en que si de verdad quería crecer tendría que dejar su casa y lanzarse a la aventura al reino del atletismo, la Ciudad de México.
“Desde que empecé me aficioné mucho y la primera competencia que corrí fue en mi pueblo, una carrera tradicional, la hacen cada 12 de diciembre por el día de la Virgen y es de 18 kilómetros en bajada, pero yo quería hacer maratón aunque como en el pueblo de donde yo soy es la sierra y no hay espacios para correr porque es pura montaña, me quería ir a Ciudad de México para poder desarrollarme mejor”, comentó.
TRABAJÓ EN UN MCDONALD’S CON TAL DE MANTENER SU SUEÑO DE CORRER
Sus ganas de trascender y de seguir creciendo lo llevaron a buscar una oportunidad de mudarse a la capital del país.
“En 2012 me llevaron a una carrera a Puebla, fue mi primera carrera en serio, fue la inauguración del estadio BUAP, quedé en el lugar veintitantos y recuerdo que vi al ganador de esa competencia, un mexicano que le ganó a dos kenianos, me acerqué a tomarme la foto con él, pedirle consejos y me dijo que entrenaba en México con el equipo de Rodolfo Gómez, que es en el que estoy todavía. Anoté su teléfono y lo busqué hasta año y medio después cuando el señor con el que trabajaba se puso mal y lo acompañé a internarse a Ciudad de México, y cuando se recuperó le platiqué que quería quedarme a entrenar y ahí busqué al corredor”, señaló.
En octubre de 2013 tomó una de las decisiones más importantes de su vida, dejó todo lo que conocía y se fue a vivir a lo que –en ese entonces– se conocía como Distrito Federal.
“Me gustó tanto conocer al grupo y entrenar aquí que regresé a Pahuatlán, junté dinero y en octubre del 2013 decidí dejar mi trabajo y probar suerte aquí en Ciudad de México, me vine a entrenar combinado con trabajo, estuve trabajando en McDonald’s, tuve varios trabajos, también estuve de cartero. Así estuve hasta 2015 cuando me metí completamente al atletismo y me mantenía con lo que conocemos como los moles, que son carreras en municipios de otros estados donde los premios son económicos”, apuntó.
HA CORRIDO EN EU, ESPAÑA Y COSTA RICA
A partir de ese momento, todo fue crecimiento para él y en 2016 ya estaba compitiendo en el extranjero, pues lo invitaron a correr un medio maratón en Costa Rica.
“Ya entrenando aquí comencé a crecer muy rápido, inicié en competencias de pista con cinco mil y diez mil metros, me iba a eventos a Monterrey y otros lados hasta que retomé el fondo y en 2016 me invitaron al medio maratón de Costa Rica donde quedé en segundo lugar. Esto me ayudó como impulsó y en 2017 debuté en maratón en un evento en Mérida, y desde ahí me enamoré del maratón”, indicó.
Castillo demostró rápidamente su talento, su potente trote le abrió las puertas a más pruebas en el extranjero, haciendo un tour por Estados Unidos.
“Seguí mejorando mis marcas, y en ese mismo 2017 me fui por primera vez a Estados Unidos a un medio maratón en San Diego. Para el siguiente año volví a Costa Rica y gané un medio maratón, también regresé a Estados Unidos, pero ahora al Maratón de Houston, ya para 2019 estuve en Nueva York en una carrera en Quincy, me fue bien y eso me permitió volver para el Maratón de Nueva York y terminé como el latino mejor posicionado en el lugar 16”, señaló.
POR FALTA DE CUPOS NO FUE A TOKIO
El maratón neoyorquino lo terminó en 2 horas y 14 minutos, algo que lo hizo ilusionarse con poder dar la marca para poder clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio, pero en marzo, a unos días de viajar a otra carrera, se desató la pandemia y todos sus planes se fueron abajo.
“A partir de ahí las cosas cambiaron porque tuve más apoyo, una clínica de Tijuana y una familia en Nueva York me empezaron a ayudar económicamente y eso me facilitó todo porque pude seguir saliendo a carreras, además de que la marca que hice de dos horas y catorce minutos me motivó para pensar en una clasificación a Juegos Olímpicos, por lo que para febrero de 2020 viajé por primera vez a Europa, participé en el medio maratón de Barcelona y mejoré mucho mi marca. Regresé a México pensando en dar la marca para Tokio y para eso iba a ir a un evento a Rotterdam, ya teníamos todo listo, pero apareció la pandemia y se canceló todo”, recordó.
Después de meses de dudas y de no poder entrenar como estaba acostumbrado, participó en el maratón de Valencia en diciembre de 2020, pensando en el anhelado 2:11, la marca para Tokio 2020.
“Por la pandemia no me quedó más que esperarme hasta el maratón de Valencia en 2020 en diciembre, estuve entrenando lo que se podía porque cerraron espacios públicos, tratamos de adaptarnos. Viajé y corrí en 2:11:24 que fue la marca que pedían, entonces se podría decir que califiqué a Juegos Olímpicos, pero no me alcanzó para ser seleccionado porque cada país selecciona a sus tres mejores y yo quedé en cuarto y no fui porque se recortaron los cupos”, dijo.
QUIERE ESTAR EN PARÍS 2024
Lejos de desanimarlo, el quedarse a tan poco de poder cumplir el sueño olímpico lo tiene motivado pues a sus 29 años de edad siente que le quedan dos o hasta tres ciclos olímpicos por delante.
“No pude ir a Tokio, pero ya me puse a pensar en París, me preparé para el maratón de Inglaterra en marzo, pero debido a las restricciones que hay allá para el acceso ya no pude participar, entonces regresé a pruebas de pista, fui a Estados Unidos a pruebas de diez mil metros, corrí en 28 minutos y 28 segundos, me coloqué como la tercera mejor marca nacional y para el Campeonato Nacional obtuve la medalla de bronce”, precisó.
Después de su presea, se dio un tiempo de descanso para recuperarse de una lesión en la rodilla y en agosto retomó sus entrenamientos pensando en el Maratón de Nueva York.
“Pasó el Nacional y dejé de correr un tiempo porque me atendí una lesión en la rodilla y en agosto retomé porque voy a correr el Maratón de Nueva York, entonces me estoy preparando, quise ir a Argentina a una competencia, pero no se puede entrar por las restricciones, entonces me decidí por el medio maratón de Nueva York de septiembre, también pensando en clasificar al Mundial de Medio Maratón del próximo año en Oregón”, indicó.
Pato se siente en su mejor momento atlético por eso no hay otra cosa en su mente que la clasificación a París, pues si bien quiere lograr otras metas como el Mundial de Medio Maratón, nada lo distraerá de su camino hacia la gloria olímpica.
“El hecho de que para Tokio conseguí la marca olímpica quiere decir que tengo posibilidades de ir a París por eso todas la competencias que yo haga van ser con base en eso, lo que me importa ahorita son los Juegos Olímpicos, el Campeonato Mundial sí quiero participar, pero si las cosas se me dan, sino el camino es hacia París, pensar en estar clasificados ya en 2023 y hacer una súper preparación para dar una buena participación, también siendo consciente de que si tengo los cuidados necesarios podría tener hasta tres ciclos olímpicos más, pero no hay por qué esperar, París está a la vuelta de la esquina”, declaró.
ORGULLOSO DE SER PAHUATECO Y HUASTECO
Patricio Castillo es un fondista que en cada zancada y en cada brazada demuestra que cuando el entorno parece desfavorable para lograr un sueño, siempre hay formas de alcanzarlo, porque si bien él es un orgulloso y entendió muy rápido que para trascender tenía que dejar todo lo que conocía para crecer.
“Estoy orgullosos de ser poblano, de ser pahuateco, nosotros en Pahuatlán pertenecemos a la zona de la Huasteca y eso también me genera orgullo, sobre todo el hecho de que la gente de allá se sienta orgullosa de mí, eso me motiva mucho y me ha ayudado en los días que de momento me siento mal o decaído. Mi mayor motivación es en convertirme en el segundo poblano en participar en unos Juegos Olímpicos, porque el único que lo ha hecho fue José Palalia en 2004, y quiero ser el de mejor participación, es una motivación grande, demostrar que se puede”, finalizó.