Por: Karla Cejudo/ Diana López Silva
“Un vasito de refresco”, “nada más un chocolatito”, “una rebanadita de pastel”, “no pasa nada”, “déjame en paz”, son frases recurrentes entre los enfermos de diabetes, un padecimiento que mata lentamente, pero con crueldad. Amputaciones y crisis son parte de un cuadro que termina por consumir a sus víctimas.
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, la diabetes constituye uno de los principales problemas de salud en México y en el mundo. Es una de las primeras causas de infarto, enfermedad vascular cerebral, muerte prematura y la principal responsable de ceguera y amputación no traumática.
DÍA MUNDIAL
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad que va en aumento y que representa una de las comorbilidades más asociadas con la vulnerabilidad en la pandemia de COVID-19, lo que pone en la mira a este sector de la población y refuerza la necesidad de prevención.
El Día Mundial de la Diabetes se instauró desde 1991, a propuesta de la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se eligió esa fecha en honor a Frederick Banting, quien, junto con Charles Best, trabajó en la creación de la insulina, cuyo descubrimiento cumplió 100 años en octubre pasado.
INCREMENTAN CASOS 24%
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (ESANUT), en México la prevalencia de diabetes en mayores de 20 años es de 10.3%, pues afecta a 8.6 millones de personas, de las cuales 11.4% son mujeres y 9.1% hombres.
El número de diagnósticos de Diabetes Mellitus No Insulinodependiente (tipo 2) incrementó 24% en un año en Puebla, debido a que del 1 de enero al 30 de septiembre de este año se presentaron 8 mil 928 casos, mientras que en el mismo lapso, pero de 2020, fueron 7 mil 153.
De acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal, esta enfermedad afecta más a mujeres que a hombres, debido a que, de los 8 mil 928 casos que se registraron en Puebla, 76% (5 mil 404) fueron mujeres y 24% (3 mil 524) hombres.
El número de casos que se diagnosticaron en Puebla colocaron a la entidad en el decimosegundo lugar a nivel nacional con más casos. Fue Estado de México la entidad con más reportes con 32 mil 326; seguida de Veracruz con 31 mil 713 casos; Jalisco con 21 mil 112; Baja California con 14 mil 101 y Nuevo León con 13 mil 278.
NI 10%, EN TRATAMIENTO
En Puebla, de los 13 mil 693 pacientes de 20 años y más responsabilidad de la Secretaría de Salud que dieron positivo a diabetes mellitus, sólo 9.1% (mil 239) ingresó para obtener tratamiento para el control de la enfermedad, de acuerdo con el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece).
El número de pacientes que se encuentran en tratamiento de diabetes colocó a la entidad como la número 16 con más casos.
El año pasado, en Puebla estuvieron en tratamiento 36 mil 837 pacientes, de los cuales 10 mil 679 controlaron la enfermedad, que representan 29%.
Este número disminuyó en un año, pues en 2019 estaban en tratamiento 48 mil 717 pacientes, de los cuales 18 mil 24 lograron controlar la enfermedad; es decir 36%.
SEGUNDA CAUSA DE MUERTE
De 40 mil 378 pacientes de hospitales de la entidad que fallecieron de enero a septiembre de este año, la primera causa fue COVID-19, con 10 mil 293 casos, entre casos identificados, mientras que la segunda fue diabetes, con 6 mil 583 casos.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, las muertes relacionadas con diabetes incrementaron 5% en un año, pues de enero a septiembre de 2020 se presentaron 6 mil 289 defunciones de este tipo.
Vivir con la enfermedad
Por: Karla Cejudo
Alan Jiménez Rosales tenía 14 cuando le diagnosticaron diabetes tipo 1. Desde ese momento su vida de adolescente cambió para siempre; ahora, con 21 años, trabaja constantemente para llevar un ritmo de vida normal.
“Estaba bien chamaco. Mis papás sí se llevaron una sorpresa bien grande porque no hay diabéticos en la familia, y pues la verdad no es que fuera un niño gordo o que no comiera bien; sólo que no produzco suficiente insulina”, expresó.
Al inicio, cuando le dieron la noticia, se resistió al cambio. No quería llevar una vida marcada por tomas diarias de sangre para medir su nivel de azúcar o llevar una dieta especial, pero poco a poco, y gracias a la paciencia de sus padres, fue adecuando hábitos que hasta el momento le han permitido tener una vida tranquila.
Alan indicó que convivir siete años con su enfermedad lo han vuelto disciplinado, atento a lo que su cuerpo le pide, y espera que algún día se encuentre una solución viable para resolver el problema de la diabetes.
Resaltó que no es fácil llevar una vida con una enfermedad que puede fácilmente desencadenar otra, y que cuando llegó la pandemia se asustó, al ser considerado grupo de riesgo, por lo que, si antes se cuidaba, sintió que ahora debía hacerlo al doble o triple.