Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó / Profesor Investigador de la UPAEP
Parecía que no faltaba ninguna situación negativa que afectara al mundo; estamos saliendo de una pandemia sanitaria sin precedente en la historia actual, la cual ha dado como resultado una crisis económica que ha afectado a la gran mayoría de sus pobladores, con efectos en las variables macroeconómicas como la inflación más alta en los últimos 20 años, y ahora se presenta un posible conflicto armado entre dos pesos pesados en efectivos de ejércitos y armamento.
Cuando se baten los tambores de guerra en el mundo, una de las materias primas más afectadas es el petróleo.
La reciente inestabilidad generada en la región occidental de Rusia, en su frontera con Ucrania, donde el posible inicio de una conflagración bélica entre dos de las naciones más poderosas del mundo –las cuales presentan un ambiente interno sumamente enrarecido por las elecciones de medio término en la Unión Americana y los problemas sociales a los que se enfrenta la Federación Rusa–, son un excelente caldo de cultivo para que, como pretexto de evitar que tanto Ucrania como Georgia formen parte de la Organización del Tratado de la Atlántico Norte (OTAN), se dé el primer conflicto bélico del Siglo XXI.
Las causas y posibles efectos han sido analizados por internacionalistas en este mismo medio, por lo cual la manera que se abordará el tema en esta colaboración será en el sentido del impacto de este conjunto de circunstancias en el precio del petróleo.
Antes de que se presentara de manera evidente la posibilidad de una confrontación bélica, las expectativas económicas señalaban que los precios de la energía y los alimentos crecerían a tasas más moderadas en 2022, de acuerdo con la información que presentaban los mercados de futuros, mismos que señalaban que se esperaba que el precio del petróleo aumentara cerca de 12% y el precio del gas natural en un 58% este año.
Con el actual escenario, el barril del Brenth ha roto la barrera de los 90 dólares el día martes 25 por primera vez desde octubre de 2014.
Por su parte, la mezcla mexicana de exportación sumó 1.09 dólares y llegó a 82.11 dólares el barril el miércoles 26 de enero de 2022.
Se trata de la cotización más alta para el crudo mexicano en lo que va del año y la mayor desde el 8 de octubre de 2014, cuando cerró en 82.53 dólares; durante este año el precio se ha elevado en 10.82 dólares, equivalente a 15.1%.
En caso de que no se puedan detener las tensiones podrían provocar un pico importante en los precios del petróleo, considerando que Rusia es el máximo exportador de esa región del mundo y que Arabia Saudita (también un exportador muy importante a nivel mundial) ha sido víctima de ataques terroristas por parte de rebeldes hutíes que están asentados en Yemen.
Esta coyuntura genera incertidumbre en el mercado energético e incluso es probable que los mercados se vean afectados si las tensiones se convierten en un conflicto, lo cual impactará los precios de este insumo, generando una escala inflacionaria.
En la siguiente colaboración ampliaremos el impacto de estos incrementos en las finanzas públicas.
Saludos cordiales y hasta la próxima semana.