Por: Germán Campos Ramos
“Fueron los peores 20 minutos de mi vida, no puedo recordar un día peor, me imaginé durante varios segundos el impacto de bala que me iba a matar, luego me imaginé en un sótano, amarrado mientras pedían rescate”, relata a La Crónica Puebla Mirko Kosic, un ciudadano alemán avecindado en Puebla, que apenas el jueves resultó lesionado durante una acción de agentes ministeriales en Chedraui Selecto en la zona de Angelópolis, quienes presuntamente lo confundieron con un buscado delincuente.
Kosic, saltó del anonimato luego de que videos que se hicieron virales mostraron el momento en que un grupo de sujetos –ahora se sabe que son agentes ministeriales– lo inmovilizaban para subirlo a un vehículo carente de logotipos y sin mostrar orden alguna.
“Tuve el valor de resistir, no hacía caso, gané tiempo valioso para que llegaran otras autoridades (policías) y ya no me llevaran”, explica el alemán, que relató que estuvo en la plaza para una reunión, cuando todo cambió, incluso cómo estuvo retenido y luego, sin una disculpa, puesto en libertad.
“Cuando me soltaron me metí al Chedraui Selecto a pedir vídeos, grabaciones, y cuando salgo me dicen que unos coches que están estacionados allí vienen con ellos, entonces fuimos y sí tenían metralletas, pistolas, entonces me dijeron, te caíste, ¿verdad?, esas lesiones son porque te caíste, así como amenazando”, relata.
Y abunda: “Si te caes, te golpeas la nariz o la frente, no el ojo, al final por miedo les dije que sí, claro, para que ya se fueran”, cuenta sobre sus lesiones. Además, agrega: “Tengo miedo porque tienen las imágenes, los judiciales.
En la declaración avisé que cualquier cosa que me pase y a mi familia los haré responsables a los involucrados. No tengo enemigos, jamás he pasado por una situación parecida, llevo 12 años en México y agradecido con el país”.
“No se puede generalizar me considero medio mexicano, pero estas situaciones son difíciles, a ver qué pasa. Los judiciales están armados, tienen permisos, contactos, tienen acceso a base de datos, tomaron fotos de mi credencial”, subraya, como cientos de ciudadanos que en el país sufren una situación igual.
“Sí hay riesgo y miedo, pero no me voy a detener, no voy a permitir que mi calidad de vida se vaya a perjudicar”.
Sobre si escuchó el clásico, “usted disculpe”, el ciudadano alemán refirió: “Me preguntaron si quería una disculpa pública, les dije que eso no me sirve, no me importa y no me interesa, sería una mentira. Si fuera real, se hubiera hecho. Quiero justicia”, concluyó.
ASÍ SE VIO DESDE FUERA
Frente a la pantalla del smartphone, la acción es idéntica a un secuestro. El video de la detención errónea, ilegal, irregular y abusiva del ciudadano alemán es contundente: capta a un grupo de personas sin uniforme ni identificación echársele encima a gritos, golpes y empellones.
La tarde del viernes, las imágenes se viralizaron con la creencia generalizada de que se había tratado de un secuestro y de que varios autos escoltaban al que fue metido el hombre por la fuerza y en medio de escándalo. Se ve claramente, de frente, al hombre que, colérico, se acerca a zancadas al que documenta la acción y le ordena que no grabe.
La imagen se disuelve en forma repentina, con el movimiento que evidencia que hay forcejeo, manotazos, insultos. La indignación inundó las redes sociales pero, en forma adicional, el temor a que una banda de secuestradores estuviera operando en la zona de Angelópolis.
Por la tarde, la incertidumbre se transformó en indignación, al conocerse, de parte de la propia Fiscalía General del Estado, que se había tratado de una detención.
La presión ciudadana por que se hicieran públicos los detalles en redes sociales, tras difundirse las heridas del ciudadano maltratado por los policías, obligó a la autoridad a informar que se había tratado de una confusión.
Este diario recogió el viernes testimonios vivos de personas que, testigos por medios de comunicación y espacios digitales, se enteraron del hecho: coincidieron en repudiar la impunidad con que actuaron los policías, pues hasta el momento no se ha hecho pública reparación alguna de daño, que es el principal reclamo generalizado de quienes opina.
Abed, otra víctima reciente de la FGE
Por: Redacción
Apenas el 14 de febrero del año en curso, agentes ministeriales dispararon en contra de una camioneta Suburban, cuyo conductor se negó a detenerse sobre la Vía Atlixcáyotl y Periférico Ecológico.
El vehículo era propiedad del empresario Julián Abed, sin embargo, en el momento del incidente el conductor viajaba sin compañía.
En el sitio mandos ministeriales se disculparon con el empresario que acudió al sitio. La familia Abed sostiene que no existió un protocolo para pedirle a su chofer se detuviera, y que incluso, sin conocer la identidad de quienes lo seguían, intentó evadirlos.
Los ministeriales buscaban una camioneta con esas características por un robo a un lote de autos en la colonia La Paz.