EN LA MADRE…
En víspera de la“fecha fatal” marcada por el subsecretario de Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatelel, para esta semana, y ante un ascenso creciente de contagios y decesos en el país y en Puebla, parece pertinente que las medidas de prevención tengan mayor rango si queremos combatir con eficacia a la pandemia.
Se ha dicho, con base en cálculos científicos, que este miércoles se registrará el momento cumbre de la enfermedad, de modo que no tiene lógica escatimar acciones preventivas, sin llegar desde luego a los extremos que pudieran atentar contra los derechos humanos, sino con medidas como la que se aplicó desde el fin de semana: suspender venta de alimentos y bebidas en lugares fijos.
Preocupa mucho que aún ocurran hechos como los de este fin de semana en Puebla: un torneo de fútbol con cientos de personas en una unidad habitacional, o jóvenes trastocados realizando carreras y arrancones en el Bulevar Hermanos Serdán y el circuito Juan Pablo sin que nadie haga nada. Con tales complacencias, es inimaginable lo que podría ocurrir el próximo domingo, Día de la Madre. Aunque sea por respeto a ella, hagamos algo para prevenir.
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DE SABIOS
Bien dicen que rectificar es de sabios, y eso fue lo que ocurrió con la iniciativa que se pretendía impulsar en el Congreso del Estado para imponer sanciones a quienes usaran las plataformas digitales para difundir noticias falsas en el contexto de la contingencia.
La propuesta podría tener sentido, porque ciertamente hay mentes malévolas que han aprovechado la bondad
de las redes sociales, ahí está el ejemplo reciente de la versión que aseguraba la intención de esparcir COVID-19 en helicópteros de la Marina para infectar.
No obstante, tipificar esas acciones tentaría irremediablemente a cometer censura y atentaría a la libertad de expresión. Ya diversas organizaciones han advertido que una norma en ese sentido podría estigmatizar y criminalizar a la prensa, y constituiría una disposición ilegítima, innecesaria y desproporcional, conforme al test previsto en los estándares internacionales, para el establecimiento de restricciones a la libertad de expresión e información. Entre los pronunciamientos, destaca el expuesto por Artículo 19, que reconoce la
necesidad de disminuir la desinformación, sin embargo, “la modificación del código penal contraviene derechos humanos y podría incentivar la censura previa”, y refiere que el carácter punitivo de la propuesta muestra la ausencia de una visión preventiva que haga frente a la desinformación”.