Diana López Silva
En manos de los jueces está la calidad de vida de los huérfanos que dejan los feminicidios, frente a una ley que otorga la custodia al padre, quien en la mayoría de los casos es el asesino.
Coincidieron en ello el presidente de la Comisión de Justicia del Senado y dos magistrados.
El senador Rafael Espino explicó que los jueces familiares tutelan los intereses de los menores y deben revisar las circunstancias del caso y actuar en forma interdisciplinaria.
“Debe el juez asesorarse de voces expertas, en psicología, en diversas disciplinas y velar por los intereses del menor, analizar los precedentes en jurisprudencia; el cuidado de esos niños y adolescentes es una cuestión de orden público”.
María de los Ángeles Camacho Machorro, presidente de la Primera Sala en Materia Civil del Poder Judicial estatal de Puebla instó a los jueces allegarse información completa de cada caso.
Indicó que abogados alargan el tiempo de procesos por creer que va a ganar más honorarios; por ello, exhortó a que los litigantes sean éticos. “El ser humano es el primer obstáculo” para la justicia, dijo.
Apoyó que un solo juez conozca el problema, en vez de diversificar en otros juzgados, porque en este caso, si las son contradictorias, se alargan los procedimientos.
Héctor Sánchez, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia poblano señaló que hay juicios orales en que los jueces verifican el bienestar de los menores.
En uno de esos juicios, “un menor de edad quedó huérfano de madre y el padre biológico fue detenido como presunto feminicida; en 40 minutos que duró la audiencia, la custodia se le dio a la mamá de la víctima, a la abuelita”.
Aseguró que sólo en Puebla “ el juez va a la casa de la persona victimada y no hacemos que la persona vaya al juzgado”.