Al pie de la letra
Rodolfo Rivera Pacheco
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En las últimas semanas (realmente desde hace algunos meses, pero recientemente se intensificó) hemos sido testigos de la aparición de varios personajes que han aceptado, velada o abiertamente, que buscarán la candidatura a la gubernatura de Puebla en 2024, por parte de Morena.
Desde el año pasado yo he venido escribiendo del tema: una vez que concluye un proceso electoral, los protagonistas de la vida política en el estado y el país se empiezan a preparar con miras a buscar algún cargo (otro o reelegirse en el siguiente). Es el ritual partidista-electoral cíclico en toda democracia. Vaya, no nos debe extrañar y menos espantar.
Y en el partido que ostenta el poder, sus proyecciones son positivas (preferencias a favor evidentes en todas las mediciones) y la lucha por las candidaturas siempre es intensa. Así lo era en tiempos de las glorias del PRI: lograr una candidatura significaba automáticamente ganar el cargo de elección disputado. En tiempos de los gobiernos federales del PAN así ocurrió también; todos querían ser candidatos. Rafael Moreno Valle usó todo tipo de triquiñuelas para lograr sus candidaturas y ganar. Y su séquito hacía lo mismo. Era normal.
Por eso me da risa que hoy medio mundo se extrañe de que en Morena habrá una seria contienda por las candidaturas a todos los cargos de elección popular. Empezando por la de presidencia de la República, en la que hay claramente tres finalistas: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y en lejano tercer lugar Adán Augusto López Hernández (y algunos colados como Gerardo Fernández Noroña o el rezagado Ricardo Monreal). Sigo pensando que la jefa de Gobierno de Ciudad de México será la candidata de Morena, pero también habrá que esperar la reacción de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes amenazarán con romper con el partido si no son favorecidos.
Y desde luego en Puebla hay y habrá una dura lucha por la candidatura a gobernador. Pero también por las de senador, diputados federales, diputados locales y alcaldes. Todas las encuestas serias indican hoy que Morena puede ganar la mayoría de esos cargos. Y, pues lógico, hay una intensa carrera para lograr una de esas candidaturas.
En el PAN también, aunque hoy con menor intensidad. Y en el PRI creo que se conformarán con lo que les deje el PAN, en esa alianza que anuncian como segura para 2024. Cualquier cosa es buena para el PRI y obvio el PRD en estos momentos.
Entonces, pues, la lucha por la candidatura de Morena ha comenzado… aunque no formalmente. Es delito electoral mencionar que se busca una candidatura en estos momentos y la mayoría de los que sí quieren se han cuidado de no decirlo abiertamente. Pero todos sabemos quiénes son: el diputado federal Ignacio Mier prácticamente lo reconoció el sábado en su informe de legislador. El senador Alejandro Armenta ha seguido recorriendo el estado con diversas actividades. Y los personajes identificados con el gobernador también siguen buscando claro posicionamiento, aunque creo que los finalistas serán Olivia Salomón (la única mujer de todos los de Morena), Melitón Lozano, el diputado Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el doctor José Antonio Martínez.
De uno de estos siete personajes saldrá el próximo candidato de Morena al gobierno de Puebla en 2024. No hay más. Todos tienen fortalezas y debilidades. En los próximos meses habrá todo tipo de movimientos, encuentros y desencuentros.
El presidente de la República seguro tendrá que ver en la definición, al igual que quien sea candidato (a) presidencial. Y desde luego el gobernador, pues es un estado con la máxima autoridad procedente de Morena.
Y, por supuesto, habrá encuestas y mediciones de todo tipo. Y a eso nos dedicamos en el BEAP. Pero, tranquilos…
aún faltan casi dos años para que haya elecciones y más de un año para que se defina esa candidatura. Pueden pasar tantas, pero tantas cosas… Los poblanos sabemos que todo cambia en minutos. Literal.