Mario Galeana
El municipio de Huaquechula forma parte del primer programa de voluntariado internacional entre México y la embajada de Francia aprobado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el fin de compartir conocimientos sobre la restauración del patrimonio histórico a través de materiales tradicionales como la cal, la madera y la cerámica, entre otras.
El programa sólo contempló a los municipios de Cuautla, Morelos, y Huaquechula, donde se impartió un taller de buenas prácticas enfocado en el uso exclusivo de la cal a restauradores, asociaciones civiles y voluntarios, para anticipar la protección de inmuebles, taludes y muros prehispánicos.
“Este es el primer proyecto con una metodología de voluntariado internacional aprobado por el INAH, y consiste en que especialistas vienen a ofrecer sus conocimientos en este tipo de materiales tradicionales, pero el fondo es incentivar a que más jóvenes se sumen de forma voluntaria a proyectos de restauración”, explicó Manuel Villarroel Vázquez, director del Centro INAH Puebla.
En el mundo prehispánico, la cal ocupó un papel central en el proceso de alimentación, pues era utilizada para la nixtamalización, además de la construcción, puesto que ciudades enteras como Tenochtitlan fueron levantadas a raíz de la explotación de grandes yacimientos de cal.
“En la segunda mitad del siglo XX la cal fue menospreciada por la llegada de materiales más contemporáneos; décadas después, los expertos terminaron regresando a la cal, porque es lo que funciona para los edificios. Curiosamente, lo que impide el uso de la cal actualmente no es el abastecimiento del producto, sino la ignorancia o el desconocimiento respecto a las técnicas y los materiales”, expuso Mario Juan Alarcón, director de la empresa Oxical.
Según Alarcón, los talleres autorizados por el INAH abaten una brecha generacional, puesto que los maestros constructores de la actualidad ya no recuerdan el conocimiento sobre el uso de la cal.
En este programa de voluntariado colaboran dos organizaciones civiles, la Asociación Mexicana de Voluntariado Internacional y Rempart, un conglomerado que conjunta a 75 asociaciones civiles de Francia dedicadas a la restauración y la transmisión del patrimonio futuro.
“El patrimonio no es sólo una cuestión de expertos; es un asunto que nos atañe a todos. Saber las técnicas para restaurar el patrimonio es una cosa; pero otra es construir un vínculo social con el patrimonio, saber movilizar a los ciudadanos en el marco de proyectos sostenibles. Ese es el propósito de este programa”, expuso Marie-Georges Pagel-Brousse, presidenta de Rempart.
Como un ejercicio de intercambio cultural, la consejera de la Junta de Cooperación de la Embajada de Francia, Marie Lande Mathieu, anunció que los jóvenes voluntarios que sean capacitados también acudirán a Francia a impartir talleres en restauración durante los siguientes años.