Un 21 de diciembre de 1994, sirenas de patrullas y altavoces donde militares les daban la orden de evacuar sus casas, cambiaron las fiestas de fin de año en las comunidades cercanas al volcán Popocatépetl.
En Santiago Xalitzintla, niños y mujeres fueron los primeros en salir porque los hombres buscaban resguardar sus pertenencias, ante una salida improvisada por la nula existencia de planes de protección civil en la época.
Fotografía: Cupreder, de archivo La Jornada de Oriente