Es Relativo / Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Estamos viviendo en un mundo en el que sólo la experiencia nos ayuda a resolver problemas.
Aunque se dice que la experiencia es el nombre que le damos a nuestros errores o equivocaciones, según Oscar Wilde, de esto surge el conocimiento, pues éste es precisamente el principio de toda experiencia.
De todas formas hay que tener experiencia en estos tiempos aunque se desconozcan aspectos de las ciencias, entre ellas la de la economía y de las finanzas.
Señalamos lo anterior porque los problemas que se presentan en la sociedad, siempre, de una u otra forma, nos llevan al tema de la economía, denominada economía pública.
Esta es la base sustancial e indispensable para que la sociedad o el ser humano constituyan o lleven una vida organizada y con ello logren un desarrollo equilibrado.
El tema a veces se divide en lo que se denomina macroeconomía, que se ocupa de lo que sucede en el acontecer diario del ser humano y afecta la economía en su conjunto; y la microeconomía que es la base que sirve para llevar una existencia organizada y así planear y ordenar nuestras vidas en la sociedad y en lo individual, y este mecanismo es en el que debemos interesarnos.
El de la economía no deja de ser un tema complejo en todos los aspectos, desde la propia definición de lo que es ésta, y en especial porque no todo problema económico tiene soluciones puramente de este tipo.
Sí podemos afirmar que la economía es una ciencia que tiene su base en la sociedad, sin ella confirmamos que las personas no sabrían cómo administrar sus gastos, actuación que repercute en la satisfacción de sus necesidades en forma especial.
Se nos dice que la economía se denomina política, porque la política (no electoral) tiene que ver con el desarrollo de este tema en la población.
A muchos de nosotros se nos hace difícil entender los fenómenos económicos, lo que sabemos es porque como ciudadanos vivimos esos fenómenos, los padecemos y generalmente nos enfrentamos a ellos, porque los que saben nos dicen: cuida tus pequeños gastos, porque un pequeño agujero puede hundir el barco.
Por ejemplo, escuchamos la palabra “inflación” que es el fenómeno por el cual se elevan los precios de satisfactores o productos, causado por el aumento de la demanda sobre la oferta, o bien porque hay un incremento de la oferta de dinero o también se da por la disminución del valor del dinero como consecuencia del alza de los precios.
Los gobiernos tienen que tomar serias medidas para controlar y desacelerar el avance de la inflación porque puede convertirse en hiperinflación (y entonces a rezar).
La recesión económica, que se caracteriza por lo que puedo denominar freno o baja de la producción, baja de las fuentes de trabajo no hay circulación suficiente, es decir no hay compra de mercancías, de bienes o servicios; es más, no hay tiempo de ahorrar.
Puede tener varios orígenes como nos pasó con la reciente pandemia; lo que generó a su vez baja en la recaudación de impuestos que sirven para, en su caso, beneficiar a la colectividad.
Influyen fenómenos mundiales como hoy en el caso de lo que podemos llamar la guerra de las monedas, en la que también hemos corrido con suerte porque tenemos el llamado “peso fuerte” que beneficia a algunos segmentos internos de nuestro país, a lo mejor esto se debe en parte a que el gobierno actual no ha solicitado créditos nacionales ni internacionales y a otros factores como el dinero en dólares que envían los mexicanos que trabajan en el extranjero.
En conclusión, debemos observar que muchos países afrontan problemas que afortunadamente nosotros no tenemos.
No dejamos de observar en nuestro país los fenómenos de la delincuencia, la violencia, fenómenos naturales perjudiciales, problemas ancestrales y nuevos.
Organizar nuestro comportamiento personal en cuanto a cuidar el ingreso, a cuidar la fuente de trabajo, a respetar la naturaleza y a tomar a la ley como sistema de vida son acciones con las que ayudaremos a la economía y a todos los mexicanos y mexicanas.
Necesitamos, pues, tener sentido de la economía y las finanzas como lo tienen, por ejemplo, las amas de casa que día a día administran “el gasto” que manejan y saben cómo hacerlo.
Yo creo que a la experiencia le agregan el sentido común (aunque se dice que creer en el sentido común es la primera falta del sentido común), que es dicho sentido el mismo en que se apoya la construcción de toda verdad económica y social.
El sentido común se apoya en la razón, a veces la mayoría de las equivocaciones en la vida, nace de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos.
Tenemos el sentido común como apoyo de nuestra economía frente a los tiempos de hoy.