Delfina, de Zacatlán, estuvo presa 10 años y 8 meses en Estado de México, sentenciada por asesinato, sin pruebas de que ella hubiera envenenado a su pareja, un violentador que la golpeaba y maltrataba a sus tres hijos.
El viernes pasado fue liberada, por intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos mexiquense.
El 22 de febrero de 2003, la pareja de Delfina murió por haber bebido plaguicida.
El 21, la golpeó a ella y le dislocó un hombro a un hijo.
Delfina fue acusada de homicidio, sin evidencia ninguna, y sentenciada a 21 años de cárcel.
El personal de Derechos Humanos corroboró que el hombre, alcohólico, la agredió en forma reiterada con insultos, humillaciones, devaluaciones y rechazo; la lesionó con armas cortantes, una plancha caliente y quemaduras de cigarro.
Él la forzó a trabajar y le quitó su pago todo el tiempo que estuvieron juntos.
Un abogado privado le mintió y el defensor público la abandonó en las audiencias.
Nadie la defendió en el juicio.