Soliloquio
Felipe Flores Núñez
¿Es Claudia Sheinbaum una narcocandidata? ¿Xóchtil Gálvez es una candidata corrupta? No en absoluto en ambos casos, pero esas fueron los apelativos que una y otra se endilgaron durante el debate del pasado domingo.
Las dos no tenían pruebas, aunque sí aparentes razones.
La aspirante oficialista le endosó a Xóchitl los antecedentes de recientes gobiernos del PRI y del PAN, pero eso por añadidura no la convierte en corrupta.
A su vez, la candidata opositora retomó presuntos nexos y hasta apoyos de la delincuencia organizada con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero eso no la involucra con el narcotráfico.
Ninguna de las dos podría acreditar sus incendiarios calificativos.
Nada los sustenta, pero sus dardos fueron lanzados sin el mayor recato.
En dicho debate, Gálvez llamó mentirosa una y otra vez a Sheinbaum porque a su juicio sus aseveraciones faltan repetidamente a la verdad, mientras que la morenista diría después que en el PRIAN hay mucho odio y eso los llevará a la derrota.
“Lo que los mueve es el odio, es la calumnia y el pueblo no quiere eso; la gente en México no quiere eso. Mexicanos y mexicanas quieren construir con base en el amor’’, expresó.
Como sea, finalmente, los golpes están dados y algún moretón quedará.
¿Se vale?
No en estricto rigor, ni tampoco en apego a la ética política.
Los más puristas dirán que el debate es un espacio para plantear propuestas, ideas, proyectos de nación, no para enfrascarse sin pudor alguno en una guerra de lodo y descalificaciones.
Otros lo entenderán como la consecuencia de una guerra en la que se vale todo, cuyo principal propósito es aniquilar al rival.
El caso que la etapa final de las campañas –estamos a menos de un mes de los comicios– parece propicia para echar el resto, así sea con falsedades o lanzando agravios de alto calibre.
En eso, aquí no cantamos malas rancheras. La semana que concluye fue pródiga en ataques entre los dos principales contendientes a la gubernatura.
A Eduardo Rivera se le acusó de recibir recursos económicos de España.
Eduardo García Casas, uno de los voceros de Alejandro Armenta, aseguró que la secta secreta de El Yunque en España, por medio de la organización “Hazte oir”, estaría triangulando recursos a contratistas del ayuntamiento de Puebla, para apoyar a Rivera y amagó con denunciar el caso a la Unidad de Inteligencia Financiera y ante las autoridades electorales.
El exalcade en tono burlón subió a sus redes sociales una fotografía junto al Rey de España, “para que vean que con ellos se llevan bien”.
En contraparte, una publicación del portal Latinus sirvió el fin de semana para atacar a Alejandro Armenta y al aspirante a la alcaldía José Chedraui Budib.
Se trata de un presunto audio en el que el exoperador político Eukid Castañón afirma estar maniobrando a favor de los candidatos morenistas, además que presume tener aun la influencia y las estructuras suficientes.
En una reunión con líderes de Iglesias Cristianas, realizada en el restaurante Casa Reyna de la capital poblana, en la grabación Eukid aseguró además que el exgobernador Miguel Barbosa mandó a matarlo varias veces, además que conoció a figuras de la delincuencia organizada, como Aurelio Arizmendi, hermano de Daniel, el llamado Mochaorejas; al ahijado de El Mencho y al contador de El Chapo Guzmán.
Por su cuestionado antecedente, la presunta reaparición de Eukid Castañón con lazos a Morena hizo mucho ruido en el ambiente político, al grado que el dirigente nacional del PAN insinuó que presentarían una denuncia.
Marko Cortes aseguró que “a Morena le gusta abrazar a criminales y en esta elección decidieron sacar personas de la cárcel para hacerlos candidatos, darles fuero o ponerlos a operar campañas. No permitiremos que arropen delincuentes, por eso presentamos una denuncia en contra de Castañón”.
Por lógica, tal versión fue negada de manera rotunda en el seno de Morena, donde aseguran que el audio es falso, un montaje elaborado posiblemente con el recurso de la inteligencia artificial.
Voceros de Morena calificarían este viernes dicho audio como “una simulación más del PRIANRD, porque se encuentran desesperados al saber que perderán la elección”.
El mismo Alejandro Armenta rechazó la veracidad de la grabación al asegurar que sus adversarios están desesperados.
“Dan ternurita” porque reflejan la psicosis que ya tienen al sentirse derrotados. “A lo mejor mañana si hace erupción el Popocatépetl me acusan a mí también de ser responsable de la erupción o de una granizada, porque ya están en ese nivel de psicosis por la derrota”.
“El PRIAN vuelve con sus viejas prácticas: inventa historias, construye montajes y quiere engañar al pueblo”, señaló al dejar claro que su equipo de campaña lo conforman el fundador de Morena Rodrigo Abdala como coordinador, Abraham Quiroz, primer candidato a gobernador de Morena, y Vicky González Melgarejo, obradorista auténtica, junto con Gabriel Biestro, en el municipio de Puebla”.
Por su parte, José Chedraui negó también que Eukid formara parte de su equipo de campaña, aunque asumió que desde hace tiempo es su amigo.
De este tamaño fue el bombardeo de esta semana. Estamos hablando entonces de encarnizadas batallas, de campañas sucias para debilitar al rival.
Es muy probable que la acusación contra Eduardo Rivera por recibir financiamiento desde España y de su enriquecimiento inexplicable sean meras falacias.
Es de dudarse también la veracidad del audio difundido y es muy improbable que los candidatos morenistas hayan recurrido a pedir apoyo y asesoría a Eukid Castañón.
Ninguno de los dos casos podrá probarse, pero lo cierto es que son indicativo de que los contendientes ya entraron al terreno fangoso y de ahí no se saldrán hasta el día de la jornada electoral del 2 de junio.
Respecto a que si los duros embates que irán subiendo de tono podrían incidir en el resultado final, también es para ponerlo en duda.
A estas alturas, todo parece estar definido, pero en todo caso será el ciudadano finalmente el que lo sopese, lo interprete y lo valore al momento de ejercer su voto.
Por lo pronto, y como se esperaba, habrá que esperar mayores estruendos en el cierre de campañas.
En realidad, el discurso del juego limpio no pasó de ser una buena intención.
Más que una utopía.
Tan poco viable, como pedir en el desierto una Coca-Cola con mucho hielo.