Maribel Rosas / Servicio de limpia
«En el trabajo me cuido yo misma: compro mi cubrebocas y trabajo prácticamente dos turnos por esta economía tan dura. Somos tres en casa. Mi esposo se quedó sin trabajo y prácticamente con lo que yo gano vamos saliendo. Hay muchos problemas; tengo que seguir trabajando fuerte y cuidarme yo para cuidarlos a ellos.»
Ignacio Rodríguez / Empleado en gasolinera
«En el trabajo uso cubrebocas, me lavo las manos con agua, jabón y cloro y uso gel antibacterial. Lo pide la empresa, pero también lo hago por decisión personal. En la economía familiar sí nos afecta todo el asunto del coronavirus un poquito, porque si no hay clientes, pues no hay para más. En la casa somos nada más mi esposa y lo, pero sí hemos tenido que economizar porque el ingreso bajó más del 50 por ciento.»
Jesús Tapia / Talachero
«Ninguna autoridad nos ha pedido ninguna medida de seguridad ni nos pasan a revisar. Yo sí me cuido. No me puedo quedar en el confinamiento; tenemos que salir a trabajar para llevar el sustento a casa, no hay de otra. Sí da miedo enfermarse, pero tratamos de cuidarnos. Aquí en la chamba con el cubrebocas y trato de no acercarme a la gente.»
Carolina Hernández / Expendedora de periódico
«Para cuidarnos de los contagios, sí tenemos que estar alerta; más que nada protegernos con el uso del cubrebocas, lavarnos las manos seguido y mantener la distancia porque a veces no sabemos la otra persona cómo esté. Nadie sabe cómo está. En el dinero, sí nos está afectando. Hay que pagar luz, hay que pagar renta; nos vamos ayudando vendiendo dulces, además del periódico, porque ha bajado bastante. Tratamos de no gastar en cosas innecesarias, más que nada porque no alcanza el dinero, porque sí estamos muy apretados en todo, igual en la comida, a lo que alcance.»
Policía municipal en Tlahuapan
«En el trabajo no nos dan equipo para protegernos. Nosotros tenemos que comprar nuestros cubrebocas y, si no los utilizamos, nos arrestan ocho horas porque dicen que es nuestra obligación. De medidas de protección no tenemos nada de eso. En el ayuntamiento es igual, siguen trabajando de manera normal, a los jefes les vale la pandemia o el cuidado de los empleados.»
César Méndez / Operador de transporte público
«Sí nos ha pegado mucho la pandemia, apenas y sacamos para algo, no queda de otra que aguantarse. Bajó mucho la cantidad de pasajeros y sí hemos tenido que recortar gastos y, ni modo, nos afectó mucho en la economía de la familia. Todos los días hacemos limpieza en las unidades cada vez que llegamos a las bases, limpieza sanitaria. Hay gente que se dedica a eso y cuando llegamos a las bases se ponen a desinfectar principalmente los tubos y a trapear. Es por seguridad de los usuarios y de nosotros mismos.»
Rodrigo Huerta / Guía turístico
«Me atrevo a decir que la pandemia afectó más al sector turístico porque los hoteles chicos, los que no son cadena ni franquicia se cerraron totalmente, la mayoría de los vuelos fueron cancelados y siguen sin reabrirse y nosotros nos quedamos sin trabajo prácticamente desde el primer día que se anunció la emergencia en marzo. Desde la primera quincena de abril hubo despido de personal. Así pasó en la empresa donde yo estaba. Prácticamente empecé a sobrevivir desde que la cuarentena comenzó. Muchos amigos sufrieron lo mismo. Me doy cuenta que somos uno de los sectores más menospreciados; después de casi tres años de trabajo sólo valemos para las empresas una quincena de salario mínimo. Algunos tuvimos opción de invertir en algo y comenzar un negocio, otros buscaron trabajo, pero la situación no favorece en estos días y menos a quienes tenemos perfil laboral completamente turístico; somos la última opción. El turismo no es la primera opción de gasto de los mexicanos, a pesar de que hoteles, aeropuertos, arrendadoras y demás garanticen la salud y la prevención. Seremos el último sector en reponerse después de que se regrese a la supuesta normalidad.»
Fernando / Taxista
«Yo llevaba muchos años de taxista. Tenía mis placas, mi carro, y de eso mantenía a mi familia. Pero desde que surgieron las aplicaciones como Uber bajó mucho el trabajo. Y luego la pandemia nos vino a dar en la torre. Ya no hay clientes. Tuve que vender el carro y rento las placas. Pero no me podía quedar así, no alcanza. Ahorita estoy vendiendo con mi esposa verdura y ahí la llevamos. A veces hay días buenos de 300 o 400 pesos, pero hay otros que hasta te dan ganas de llorar. La verdad, no aguanto trayendo el cubrebocas. Pero también, la gente si ve que no lo traes puesto ni se acerca a comprar, entonces lo tengo puesto, pero es muy incómodo. Me dicen que es por mi bien y de los demás, pero no estoy acostumbrado. También tengo un gel antibacterial para los que quieran usarlo, porque hay de todo, hay igual quienes vienen sin nada y ha señoras que vienen con careta.»
Ernesto Galindo / Vendedor de flores
«Sí tenemos una gran diferencia en la venta desde que hay pandemia, nos bajó un 70 por ciento, más o menos; ya no es como antes. Antes vendíamos como 20 docenas. Tuvimos que dejar de traer flores porque se nos quedaban. Usamos cubrebocas y gel. Como nos da el sol, nos cubrimos la cara desde antes del virus. Sí nos da miedo el contagio, pero nosotros dependemos de este trabajo. No tuvimos problemas con las autoridades porque nos dijeron que mientras siguiéramos con las recomendaciones no había problema.»
Juan Francisco Ortega / Lava autos
«Nosotros acabamos de regresar a trabajar. Estuvimos guardados dos meses, pero ya no podíamos seguir así. Ahorita que regresamos bajó todo, muchísimo. Si me tocaban 10 coches antes, ahora son, un buen día, nada más seis. No es que no haya carros en la calle; lo que veo es que no hay dinero. Aquí tenemos nuestras prevenciones. Como trabajamos con agua y jabón, no existe tanto riesgo; la empresa nos dio guantes y cubrebocas, mantenemos la sana distancia entre los compañeros, nos turnamos. Protección Civil ha venido a decirnos que no trabajemos. Pero tenemos que hacerlo.»
Karla / Vendedora de memelas
«Ha sido terrible. La venta nos bajó muchísimo. Seguimos teniendo clientes, pero nada comparado a como había antes de la cuarentena. Hemos pasado de vender 500 o hasta 600 pesos al día a unos de hasta 150 pesos, ¿crees que con eso nos va a alcanzar? Pues no, a veces ya me desespero. De esto vivimos mi hermana que está enferma y mi mamá. Trato de cuidarme y cuidar a mi mamá y mi hermana; uso cubrebocas, me lavo las manos, pero no le puedo decir nada a los clientes nada porque se pueden molestar y se me van. De salud hemos estado bien, pero también de momento tenemos ese miedo de que algo malo pueda pasar. No podemos dejar de trabajar porque no comemos.»
Anselmo Morales / Vigilante
«Afortunadamente, no paramos. No hubo descuento ni nada; seguimos trabajando normal porque es un negocio esencial. Aquí pasó al contrario de otros lados: la gente siguió llegando normal; como es un banco, pues no hay forma de parar. Cambió todo, no solo el uso del gel o el cubrebocas, ahora hay que tomarles la temperatura a las personas, pasarlas por el tapete, pedirles que no se peguen en la fila y, no se crea, sí es difícil a veces, hay gente que no le gusta. Sí me da miedo contagiarme. Pero tengo trabajo y es lo importante.»