Por: Manuel Martínez Benítez/ @manuelmtzb
El Producto Interno Bruto es en palabras simples el valor monetario que tienen los bienes y servicios producidos por un país en un periodo, es decir cuánto vale todo lo que un país produce, hace o vende.
Generalmente, todos los países del mundo hacen cálculos de los datos del PIB para conocer el estado de su economía y poder comparar esta con un periodo anterior, y de esta forma saber si su economía está creciendo o decreciendo.
En México, el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) hace las mediciones de este (y otros muchos indicadores) y ayer, jueves 30 de julio, dio a conocer la estimación oportuna del PIB del segundo trimestre del año.
Y usted lector dirá ¿por qué hace tanto ruido esta publicación? Pues muchos de los especialistas económicos de nuestro país esperaban este dato, para saber el tamaño del golpe en la economía de esta crisis provocada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV 2 (COVID-19).
Y aquí comienzan, y déjeme informarle, las malas noticias: en el segundo trimestre de 2020 (de abril a junio) en México el PIB cayó en un 17.3% con respecto al primer trimestre anterior y aún peor es la caída respecto al PIB del segundo trimestre del 2019, 18.9%.
Es decir que en México, a diferencia de lo que pasaba en abril-junio de 2019, dejó de producir, vender y cosechar casi una quinta parte del valor de nuestra economía; este golpe duro es muy grande y en algunos sectores es mayor que en otros.
Y esto lo digo porque esta caída (y déjenme usar la comparación con los datos del 2019) es de un 26% en las actividades secundarias; en el trimestre tenemos una caída del 15.6% en actividades terciarias y una de 0.3% en las actividades primarias. (Ver tabla 1)
Es importante destacar esto porque nos demuestra que el golpe, si bien es muy grande en todo México, es mayor todavía en algunos sectores en específico. Para tener claro el impacto, déjeme recordarle que las actividades primarias son las de explotación de los recursos naturales (agricultura, pesca, ganadería, etcétera), las actividades secundarias abarcan la construcción y la transformación de bienes (minería, generación de energía, industria de todos los giros) y las actividades terciarias son las de servicios y comercio (comercio formal, transporte, ventas, servicios financieros, servicios culturales, restaurantes, etcétera).
Entonces podemos decir que el sector económico más afectado (en este trimestre) fue la industria, donde se perdió uno de cada cuatro pesos producidos, en comparación de lo producido el año pasado. Le sigue el sector de servicios (el terciario), que perdió el 15% de su valor, y el sector primario (la agroindustria) solo perdió el 0.3% porque la gente siguió necesitando insumos para comer, pero aun así hay una caída del indicador en el sector.
Esto nos refleja una muy mala cifra económica; pero el problema mayor es que esto se suma a seis trimestres consecutivos de decrecimiento en el PIB nacional, es decir que desde abril del 2019 no ha habido un crecimiento del PIB en el país, dejando claro que estamos en medio de una grave recesión desde el año pasado, y que esta terrible pandemia nos la ha agravado y acentuado.
(Ver tabla 2) Viendo estos datos, debemos tener claro que vendrán meses y tal vez años muy complicados para la economía mexicana y con una gran pregunta: ¿qué hará el gobierno federal? Es al que le toca sortear este reto para estabilizar en primer lugar la caída y posteriormente buscar una recuperación del país. Por cierto, yo soy de los que creen que nuestra suerte económica está tomada de la mano de la economía de Estados Unidos, y que si ellos crecen pueden ser uno de los motores para nuestro crecimiento.
Pero habrá que darles condiciones a sus mercados, de tal manera que confén en nuestras industrias, ayudar a estas industrias a sobrevivir este momento y que no se cierren o pierdan empleos del sector y, por último, debemos esperar que primero se recuperen ellos. Y esto lo digo porque también este jueves conocimos la cifra de la caída del PIB de los EU: 32.9%.