Felipe Flores Nuñez
Ninguna actividad humana ha escapado de la acometida del coronavirus, que alteró la cotidianidad del mundo entero hasta dividir la época actual en “antes” y “después” de la pandemia.
En el “durante”, las universidades marcaron pauta.
Crónica Puebla preguntó a las cuatro principales instituciones privadas asentadas en Puebla, que dan servicio educativo a 30 mil alumnos, cuáles son los nuevos paradigmas de la educación superior.
Esto equivale a medidas sanitarias, nuevos modelos educativos que la circunstancia exige, la eventual afectación la calidad educativa, las dificultades de adaptación de las nuevas tecnologías para docentes y alumnos los retos que todo ello implica.
De manera institucional, respondieron a un mismo cuestionario la Universidad Iberoamericana Puebla; la Universidad Popular Autónoma de Puebla; el Tecnológico de Monterrey campus Puebla; y la Universidad de las Américas Puebla.
A partir de hoy presentamos de manera consecutiva las respuestas de cada institución, conforme remitieron sus respectivas respuestas. En todos los casos, los protocolos serán vigentes hasta el próximo diciembre.
Universidad Iberoamericana Puebla / Paradigmas de la educación superior frente a la pandemia
La Universidad Iberoamericana Puebla acepta que tras la pandemia, la transición a la modalidad a distancia a partir de marzo pasado no ha sido sencilla y los cambios rápidos han generado mucho trabajo; no obstante, los resultados a la fecha son satisfactorios.
Señala también afectaciones económicas y reducción en su matrícula, por lo que han ofrecido apoyos a sus estudiantes y descuentos de hasta el 50 por ciento en las colegiaturas.
Se plantea como reto institucional salir fortalecidos de la pandemia y mantener la calidad académica, entendida como pertinencia social.
—En el actual escenario, ¿cuáles son los principales criterios de su nuevo modelo educativo?
—En este periodo se ofrecen asignaturas en la modalidad virtual e híbrida, además de una oferta de actividades extracurriculares en línea.
Modalidad virtual: La materia se imparte en un entorno virtual de aprendizaje. Para uniformar la estructura y secuencia didáctica se creó una plantilla esbelta que se precarga en la plataforma Moodle que permite el rediseño de los cursos presenciales a la modalidad a distancia, y donde la plantilla funciona como elemento de modelación y planeación tecno-pedagógica.
Modalidad híbrida: Parte de la materia se imparte desde un entorno virtual y cuando las condiciones lo permitan (semáforo epidemiológico en Verde) se podrán llevar a cabo sesiones de forma presencial. La estructura, secuencia o estándares de calidad del curso no se verá afectada por el cambio de modalidad.
En modalidad híbrida se encuentran asignaturas de primero y segundo semestre y aquellas que requieren del uso de laboratorios y talleres.
Es importante señalar que también hemos privilegiado para su inscripción a estudiantes que están por concluir su programa.
Prácticas profesionales y servicio social se ofrece en modalidad virtual y en casos excepcionales algunas actividades de prácticas profesionales pasarán a presencial.
—¿Qué tanto impactó la pandemia del COVID-19, qué afectaciones han tenido hasta ahora y cómo han superado la contingencia?
—Las afectaciones más importantes tienen que ver con la necesidad de hacer cambios rápidamente y eso ha generado mucho mayor trabajo para docentes y encargados de la gestión académica.
En la parte económica, en previsión de los efectos de la pandemia se ha ajustado el presupuesto institucional y se ha establecido una subcomisión que analiza los escenarios futuros.
En este periodo registramos una disminución de la matrícula de nuevo ingreso por problemas económicos y por no querer ingresar a la universidad en modalidad a distancia.
Para apoyar a los estudiantes, durante primavera se hicieron descuentos en las últimas parcialidades. En el verano se hicieron descuentos de entre el 20 y el 50% en las asignaturas inscritas y en este momento se optó por apoyos específicos a estudiantes con problemas económicos para lo que fue creada una comisión que analiza caso por caso.
—¿Cuáles son los principales retos institucionales a corto, mediano y largo plazo?
—Salir fortalecidos de la pandemia que como toda crisis implica oportunidades y riesgos. Nuestro reto principal es mantener la calidad académica, entendida como pertinencia social, durante estos meses en modalidades a distancia.
—Los cambios prontos y radicales a los que están obligados en los procesos de enseñanza, ¿podrían incidir en perjuicio de la calidad académica?
—La transición a la modalidad a distancia a partir de marzo no fue sencilla, implicó poner en marcha rápidamente procesos de capacitación docente; diseñar estrategias tecno-pedagógicas y fortalecer aspectos tecnológicos, así como una logística que permitiera a estudiantes y profesores continuar con las actividades de enseñanza-aprendizaje. En este trabajo ha sido fundamental contar con una Dirección de Innovación e Internacionalización Educativa que tiene a su cargo las coordinaciones de Educación Virtual y Formación de Profesores que han sido esenciales para lograr el cambio y adaptación a la nueva modalidad.
Desde el momento de la transición en marzo, pusimos en marcha mecanismos de seguimiento para saber qué ocurría en las aulas virtuales, qué problemáticas surgían y cómo podíamos resolverlas.
Debemos reconocer que para muchos profesores fue difícil, sin embargo, logramos obtener buenos resultados.
La evaluación docente de Primavera 2020 –un instrumento que aplicamos en cada periodo académico– obtuvo un promedio institucional sobresaliente y lo mismo ocurrió en el Verano; los estudiantes hicieron poco más de 8 mil comentarios en los que reconocieron los esfuerzos de sus profesores por mantener y cumplir los objetivos y también nos dieron sugerencias y recomendaciones que nos sirvieron como insumo para la planeación del periodo Verano 2020, en el que tuvimos una buena inscripción a pesar de que las condiciones parecían no favorecerla.
Durante el verano además de aplicar la evaluación docente, se diseñaron dos formularios para recoger información estratégica de los docentes y alumnos, mediante siete preguntas cerradas y una abierta.
El objetivo fue recabar información útil y relevante sobre el arranque del periodo de verano en línea y a partir de ello, identificar aspectos de mejora, necesidades de apoyo y aprendizajes sobre la experiencia. En ambos instrumentos destaca que los mayores problemas que enfrentan ambos actores es el acceso a una buena conexión de internet, así como el tiempo que le dedican y el cansancio que eso implica.
También se aplicó una encuesta a los alumnos para conocer sus expectativas sobre el periodo de otoño 2020.
Estas herramientas fueron importantes para la planeación del otoño 2020. Para este periodo, se continúa con el proceso de formación de profesores para lo cual se generó un nuevo curso. Se han formado más de 500 profesores desde la virtualidad y otros 130 profesores se han enrolado en el aula de autoaprendizaje entre finales de junio y principios de agosto.
También se actualizaron documentos con estrategias académicas dirigidos a estudiantes, profesores y gestores académicos y se amplió el número de recursos (tutoriales, guías, videos de aprendizaje) que están en el micrositio de la Dirección de Innovación e Internacionalización Educativa. Se pueden consultar en:
Además durante todo el período de otoño 2020 estará activa el aula de Autoaprendizaje para que los profesores puedan dialogar entre ellos y con los expertos de las coordinaciones de Formación de Profesores y Educación Virtual, se lanzó una oferta pertinente para continuar la formación del profesorado y los profesores que imparten laboratorios y talleres han estado ingresando a la universidad para poder preparar cápsulas de video que les permitan mejorar la calidad de las clases.
—Se habla de la necesidad de aplicar toda una reingeniería académica, ¿cambiarán a futuro próximo los modelos de enseñanza que están diseñados para clases presenciales o en su momento habrá un retorno al esquema educativo tradicional?
—A propuesta del rector, se creó la Comisión de Balance Institucional Covid, integrada por académicos y personal administrativo de la institución que justo se dio a la tarea de analizar, reflexionar y plantear cambios que deberán hacerse en la universidad como consecuencia de lo vivido. Este trabajo será presentado en breve a la comunidad.
Es importante señalar que la universidad regresará, cuando las circunstancias lo permitan, al modelo presencial, pero se analizarán nuevas opciones y herramientas para fortalecer el trabajo académico derivado de la experiencia de la pandemia.
En la parte administrativa también se están revisando los modelos laborales y si es viable que algunas áreas continúen en trabajo a distancia aún después del fin de la pandemia.
—¿Qué hacer en los casos que implican la convivencia entre alumnos, por la necesidad de utilizar talleres, laboratorios o centros de trabajo comunitario?
—Se privilegiará las asignaturas vinculadas con laboratorios y talleres para el regreso en semáforo Verde.
Además, se ha producido material para apoyar la enseñanza-aprendizaje, se han adquirido plataformas y softwares que apoyen la labor docente y en algunos casos estaremos facilitando a los estudiantes el uso de herramientas en casa durante el periodo hasta que no podamos pasar a modalidad híbrida.
—¿Cómo se podrían suplir elementos fundamentales en el proceso educativo y formativo, como la interacción, el debate, el trabajo en equipo, la experiencia vivencial?
—Las herramientas tecnológicas permiten actividades diversas que incluyen el diálogo y el trabajo colaborativo, pero sin duda lo que más extrañan los estudiantes es el contacto cara a cara con sus profesores y sus compañeros. Esta necesidad es una realidad y es imposible sustituirla, de ahí que se haya planteado un regreso escalonado cuando las circunstancias lo permitan.
—Una amplia encuesta reciente entre estudiantes de la UNAM revela que ya padecen problemas sicológicos, como ansiedad y depresión, así como temores en su regreso a clases.
¿Cómo afrontar esta realidad?
—En efecto, los estudiantes y también los profesores están sufriendo estrés y algunos han experimentado ansiedad o afectaciones psico-emocionales, por esta razón la universidad, a través del área de Orientación Educativa y del Departamento de Ciencias de la Salud está ofreciendo apoyo psicológico para quienes lo necesiten. Además, nuestra clínica de Orientación Psicológica (OPTA) está funcionando y continúa dando apoyo a distancia.
También la clínica de nutrición está dando consultas a distancia.
—Los jóvenes están habituados al uso de diversas plataformas, pero no todos tienen habilidades e incluso algunos carecen de recursos económicos para dotarse de equipos tecnológicos. ¿Qué hacer en estos casos?, ¿se corre el riesgo de exclusión?
—En efecto, los alumnos reportan sobre todo problemas de conexión, no podemos olvidar que 50% de nuestra matrícula es foránea y muchos de los estudiantes provienen del sureste donde la conectividad puede ser menor.
Hemos tratado de establecer mecanismos de seguimiento para los alumnos que nos reportan problemas para conectarse y hemos pedido a los profesores que sean flexibles y apoyen a los estudiantes cuando tienen este tipo de problemas. También hemos adquirido y puesto a disposición de los estudiantes licencias de software que es necesario para sus asignaturas (en este periodo casi 30 softwares distintos).
Respecto a las competencias digitales, es cierto que muchos de ellos, aunque permanentemente están conectados a redes, no tienen habilidades avanzadas, por esta razón hemos generado webinars, videos, tutoriales, infografías y dado talleres de capacitación en el uso de las plataformas para apoyarlos. La coordinación de Educación Virtual está acompañando y resolviendo las dudas que se generan.
Es importante decir que en el proceso de rediseño curricular que tenemos en marcha se ha incorporado como competencia genérica de todos los programas, la competencia digital y este contexto nos ha confirmado la pertinencia de esta decisión.
—¿Qué hacer con los profesores que no están habituados a la enseñanza virtual y no cuentan con herramientas pedagógicas para dar clases en línea; podrían incluso los docentes estar en riesgo de perder sus empleos ante esta adversidad?
—Desde el inicio de la contingencia se activó un proceso de formación y acompañamiento de los docentes.
Para el periodo de otoño, se generó un nuevo curso. Tan sólo para este periodo se han formado más de 500 profesores desde la virtualidad y otros 130 profesores se han enrolado en el aula de autoaprendizaje.
Además, se actualizaron los documentos de estrategias académicas dirigidos a estudiantes, profesores y gestores académicos.
Se amplió el número de recursos (tutoriales, guías, videos de aprendizaje) que están en el micrositio de la Dirección de Innovación e Internacionalización Educativa.
Durante todo el período de otoño 2020 estará activa el aula de Autoaprendizaje para que los profesores puedan dialogar entre ellos y con los expertos de las coordinaciones de Formación de Profesores y Educación Virtual.
ACCIONES FUNDAMENTALES PARA OPERAR MEDIDAS SANITARIAS
1.- Disminución de densidad poblacional: no más del 30% de aforo en la universidad.
2.- Todos los salones, talleres, laboratorios y demás espacios formativos tienen señalética para la mantener rigurosamente la distancia saludable y se han diseñado protocolos de funcionamiento para cada tipo de espacio que permitirán cumplir con las medidas sanitarias.
3.- Equipamiento de termómetros, cámaras termográficas, tapetes sanitizantes, lavabos portátiles colocados en distintos puntos del campus, dispensadores de gel antibacterial, entre otros.
4.- Filtros sanitarios para el acceso de los miembros de la comunidad.
5.- Capacitación para todo el personal de la universidad sobre la prevención y manejo de COVID-19.
6.- Remodelación de espacio del servicio médico institucional.
7.- Ampliación del equipo médico institucional.
8.- Capacitación a personal de limpieza sobre nuevas formas de desinfectar y limpiar espacios institucionales.
9.- En la modalidad híbrida las sesiones de clases tendrán una duración de 1:30 minutos de manera que entre cada materia haya 30 minutos para que el personal de limpieza desinfecte las aulas, talleres y laboratorios.
10.- Uso obligatorio de cubreboca durante toda la estancia en el campus y además de mascarilla en las personas que el servicio médico determine.
11.- El servicio médico cuenta ya con la calculadora de riesgo de todo el personal de tiempo completo institucional.