Familias pasteleras ven las roscas de Reyes como una oportunidad de recuperar sus ingresos, por lo que desempolvan sus recetas familiares o se apoyan de personajes de series de televisión o de plataformas de streaming para mantener a flote las ventas en línea, durante la primera semana de enero de 2021.
Eduardo Olvera, propietario de Petit Blé, relata que desde diciembre trabajan en las versiones de las nuevas roscas para sus principales clientes: las cafeterías, que han sido afectadas por el cierre parcial como medida para evitar los contagios de COVID-19.
Baby Yoda se ha convertido en la opción favorita para las roscas de Reyes, por su popularidad en la serie de Disney+ The Mandalorian.
En la serie aparece un bebé de una mítica raza de un personaje de Star Wars, que en realidad se llama Grogu.
Además, ofertan la rosca de Reyes tradicional para 25 personas con un costo de 200 pesos.
Otro de los atractivos con los que buscan atraer al público son las chocobombas, esferas de chocolate rellenas con malvaviscos y otros toppings, que al entrar en contacto con fluidos calientes –por lo regular leche– exponen elementos del interior y endulzan la bebida.
Olvera lamenta que, debido a la pandemia, hay personas que elaboran roscas como negocio temporal y las venden a precios más bajos, lo que afecta a comercios establecidos como el de él; una desventaja, porque los otros no pagan impuestos.
Stephani Bergbauer, socia de Carola Bakery, se aventura por primera vez a vender roscas de Reyes.
La idea nace de la necesidad de ofrecer un producto mejorado de la receta familiar y comercializarla, por lo que ofrece dos opciones: la tradicional, que es el pan con base de nuez y fruta cristalizada en la parte de arriba, higo y naranja; o la segunda opción, que es la de conejos Turín, con pan de chocolate y betún de chocolate.
Bergbauer explica que tomaron como referencia los precios de otros negocios que llegan a vender roscas de hasta 900 pesos, y por ello sus opciones no rebasan los 380 pesos.
Sus roscas de Reyes son vendidas además de la capital del estado, en Comacalco, Tabasco.
De acuerdo con la Unión de Pequeños y Medianos Industriales del Pan, debido a la contingencia sanitaria la venta de esta tradicional pieza disminuirá 30%.