Hasta el 10 por ciento de los adultos mayores en México tiene dificultades de movimiento, se encuentra en cama o postrado y está imposibilitado para trasladarse a puestos de vacunación, de acuerdo con datos de la Secretaría del Bienestar.
La cifra se deriva de los registros internos de la dependencia, y de la proyección de los resultados del primer contacto con los ancianos, el cual se realizó vía telefónica y ha formado parte del plan de vacunación contra COVID-19.
De acuerdo con datos actualizados al pasado 8 de febrero, brigadistas y voluntarios lograron comunicarse con 3 millones 383 mil 332 viejitos, de los cuales 336 mil 301 mostraron interés por la inmunización, pero dijeron estar impedidos para desplazarse a los puntos definidos por autoridades. Argumentaron enfermedad o deficiencias físicas.
Esta realidad fue sumada a un subgrupo etiquetado como: “Acepta vacuna, pero no puede trasladarse”. Si estos datos se proyectaran a nivel nacional, serían alrededor de 1 millón 600 mil en condiciones adversas de movilidad, considerando los 15 millones 600 mil personas mayores de 60 años en el país, según datos de CONAPO.
Aunque en estos casos la 4T se ha comprometido a llevar la vacuna a casa, los riesgos en el manejo de las vacunas -la mayoría de las cuales requiere refrigeración o ultracongelación- y, sobre todo, los posibles efectos secundarios de la aplicación (llamados ESAVI: Eventos supuestamente atribuibles a ésta) han obligado al gobierno federal a implementar la estrategia “Adopta un anciano”, la cual busca reducir al máximo el porcentaje de vacunación a domicilio, mediante la ayuda de familiares -cercanos o lejanos-, amigos, vecinos o voluntarios, quienes deberán responsabilizarse del traslado del adulto mayor.
El objetivo es pasar del 10 al 1 o 2 por ciento, es decir, vacunar en sus hogares sólo entre 20 y 35 mil ancianos en todo el país.
Este miércoles, por ejemplo, comenzará la vacunación a domicilio en la Ciudad de México.
Desde el fin de semana del 5 al 7 de febrero fueron activados miles de Servidores de la Nación -los operadores de los programas sociales, a cargo de superdelegados estatales y de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo- a los hogares de los abuelos con este perfil, para aplicar un cuestionario. La idea ha sido verificar su condición física, corroborar su inmovilidad y asegurarse de la falta de familiares dispuestos al apoyo.
De ser así, el segundo paso ha sido realizar trabajo comunitario para convencer a un amigo o vecino del auxilio.
Esta labor se ha enfatizado más en ciudades medianas y grandes -como la CDMX-, porque en las áreas rurales hay trecho avanzado en organización, con el pago directo de la pensión bimestral.
«La brigada casa por casa tendrá que ser de un universo pequeño, lo estrictamente indispensable, por el problema de los efectos secundarios a la inmunización. Se trata de que haya un médico cercano para atender una emergencia. Más que aplicar el cuestionario, es ver que efectivamente no puedan moverse o no haya un familiar o alguien que tenga posibilidad de llevarlo al punto de vacunación cercano”, fue la orden a los brigadistas.
“Se trata de llegar a donde está el adulto mayor en postración y buscar otro nivel de voluntarios, encontrar a alguien de la comunidad que lo asista. Una especia de ´adopta a un adulto mayor´, para que la persona se quede con él la media hora que se necesita después de la aplicación y checar la reacción; o bien, que tenga un vehículo, la comunidad se organice, y puedan llevar a 3 o 4 viejitos hasta el punto de vacunación y regresarlos a casa”.
Las autoridades, tanto de Bienestar como de Salud, contemplan la instalación de islas o campamentos atendidos por al menos un médico, quien será el responsable de atender al anciano con alguna secuela por la vacunación. También se ha comenzado a desarrollar una logística para transportar de urgencia a un hospital a quienes se vean afectados con mayor intensidad.
“Ya estamos depurando la propuesta de vacuna casa por casa. Para que funcione, necesitamos primero hacer las visitas domiciliarias a estos más de 300 mil que ya tenemos identificados. Si son 16 millones de adultos mayores, serán 1 millón 600 mil que tendremos que ir a buscar”, dijo García Hernández, Coordinar Nacional de Programas de la Presidencia de la República, de acuerdo con el testimonio de diversos delegados estatales.
“Según algunos experimentos que hemos estado haciendo, es probable que, de 10 adultos mayores, encontremos ayuda en 8, y sólo en 2 casos moverlos sería un problema y hay que llevarles la vacuna hasta su domicilio. Ya empezamos a visitar personas de manera experimental: dicen que sus rodillas, que tienen que cuidar a sus esposos o esposas, pero no están en enfermedad. Esos no, sólo a los que están en postración les llevaremos la brigada”.
Las acciones desarrolladas por SN se han denominado “Jornadas de información para adultos mayores en postración”.
Entre el 6 y el 8 de febrero, por ejemplo, se visitaron un promedio de 10 mil ancianos diarios con este perfil, la mayoría habitantes de la Ciudad de México, Estado de México, Tamaulipas, Guanajuato, Sinaloa, Nuevo León, Veracruz, Baja California, Jalisco y Puebla.(La Crónica de Hoy)