Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava / correo: [email protected] / web: parmenasradio.org
[…] Los intelectuales en general, también dejaron de mediar entre las ideologías, las necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos comunes. Escriben sobre el mundo, pero no con el mundo.
Boaventura de Sousa Santos
Giovanni Sartori sostenía que el mundo actual es uno de imágenes –por ello el homo videns– y que se ha dejado a un lado las lecturas, sobre todo profundas o de tratados sumamente extensos. Ahora, a decir de Zygmunt Bauman, en estos Tiempos líquidos, las ideas y lo que se pretenda transmitir debe ser muy corto, sobre todo los textos, porque las personas comúnmente no estarán concentradas por un tiempo prolongado en leer; por el contrario, se quedarán con la primera impresión y no avanzarán mucho en las pocas lectura que hagan. Por ello, no hay tiempo para debatir las ideas, menos aún para profundizar en ellas.
Así, el profesor en Sociología Bauman afirmaba que, lejos de poder ejemplificar nuestros tiempos con la vida de un buzo, que busca las profundidades, hay que hacerlo con la vida de un surfista, que se mantiene en la superficie del mar y no busca más allá.
El éxito de las redes sociales ha sido, por tanto, las imágenes y las ideas cortas, en las que no se puede profundizar mucho, porque las personas se han vuelto impacientes o, en definitiva, porque no tienen tiempo.
Con ellas basta para mantener a las personas pendientes de lo que se publica; es decir, de imágenes atrayentes y noticias negras, sensacionalistas, de escándalo, sexo, que promueven el morbo y dejan a un lado la parte cultural.
Razón por la cual, para atraer, es necesario maximizar las noticias; posiblemente, es el origen de las famosas fake news; es decir, las noticias que no son verdaderas, pero que, en parte, tienen algo de verdad.
Y así, entonces, nacen los líderes de opinión por las redes sociales, que no profundizan (porque, en parte, no tienen la capacidad de ello), sino que simplemente sacan una idea al aire y la magnifican.
El problema de toda esta cultura que se está formando es que las personas, lejos de tomar un libro, una revista o, incluso, un diario, se quedan con esas noticias de ocasión, esas que, así como salieron un día y fueron la sensación, al otro día son olvidadas y nadie recuerda, precisamente porque son de ocasión.
Es esta la problemática que hoy concierne a gran parte de la población mundial y, desde luego, nacional; que atañe, principalmente, a los niños y jóvenes, quienes tienen los recursos para contar con internet, electricidad y un dispositivo electrónico, con los cuales tienen la posibilidad permanente y a toda hora de consultar a unos intelectuales de ocasión, líderes de opinión, que, finalmente, no transmiten nada más que indecisiones y opiniones al vapor, todo porque sean seguidos y puedan vender mejor lo que comercializan.
Si quienes se educan permanentemente con las redes sociales hubieran leído un poco más de Michael Foucault, Noam Chomsky, Zygmunt Bauman, Slovan Žižek, o, en nuestra región, de Eduardo Galeano, José Pablo Feinmann, Boaventura de Sousa Santos, por citar a algunos, entenderían que las propias redes sociales están coaptadas y dicen lo que el sistema quiere que digan; que si a veces sostienen ideas cortas, desde luego, pero antagónicas al sistema, es para hacer creer que existe la libre expresión en esos medios y que son democráticos, aunque no sea así.
Y no lo son porque hay una permanente vigilancia en las redes sociales de qué es lo que se publica, ya sea por medio de robots o seres humanos. Por ello, cultivarse y educarse en las redes sociales sin haber tomado un libro, una revista o un diario entre las manos es forjarse como el zombie que requiere el propio sistema: unos con las ideas a favor del sistema y otros sin profundizar en ninguna que vaya en contra del sistema.
Pareciera que los que se forjan con la cultura de las redes sociales no han escuchado la sentencia romana que dice “divide y vencerás”. Desde luego, es un sistema que requiere una población dividida, pero, principalmente, made in Facebook. (Web: parmenasradio.org)