Ojalá podamos ayudar a que los colombianos rompan esas
jaulas de violencia, nacida de la injusticia social, la impunidad y el miedo, y a pleno pulmón reciben los vientos de libertad que con tanto sacrificio han ganado
Eduardo Galeano
Silvino Vergara Nava
correo: [email protected] web: parmenasradio.org
En las últimas noticias de finales de abril y estos días iniciales de mayo de 2021, resulta que en plena pandemia de coronavirus y la carestía de vacunas, al presidente de Colombia se le ocurrió presentar un proyecto de reformas fiscales denominado: Ley de solidaridad sostenible (Ley 594 de 2021) que determina generalizar el IVA, que en aquel país es de 19%, además de aumentar el impuesto sobre los ingresos –que provocará que muchas de las personas físicas tengan una carga tributaria considerable– y también crea un impuesto a los altos ingresos de las mismas personas físicas.
La característica principal de ese proyecto es que se grave a las personas físicas y no a las empresas o personas morales.
Esto ocasionó una serie de protestas por toda Colombia, en principio oponiéndose la población a esta serie de medidas debido a la situación que prevalece en el país sudamericano, sin embargo, las protestas se fueron haciendo mas generalizadas y con ello las autoridades que controlan el orden público también salieron a las calles, pero lejos de contener la violencia lo que se provocó fue más violencia, al grado de que hubo desafortunados decesos, detenciones y desapariciones; en las últimas noticias, el gobierno colombiano sostuvo que estas protestas y reacciones de la población colombiana fueron auspiciados por los grupos de narcotraficantes.
Desafortunadamente en México observamos estas noticias muy lejanas, simplemente pasan en los medios de comunicación muy fugaces, para que no se les preste atención, se nos ha educado en que siempre miremos hacia el norte y nunca hacia el sur, aunque somos más propiedad del sur que del norte, pero ese problema tan grave con que se nos ha ido formando provoca que caigan estas noticias en la indeferencia en nuestro país y poco es lo que nos permite ponernos a meditar que Colombia es muy similar a México.
En primer término, así como en México, a Colombia se le quitó por el gobierno de Estados Unidos de América una parte de su territorio, lo que ahora es Panamá; también son y han sido gobernados por muchos años por un sistema neoliberal, como el que gobierna hasta estas fechas en México, muy a pesar de que el gobierno actual sostenga en el discurso que es de izquierda, en realidad sus acciones y omisiones son neoliberales, basta con pocas muestras: mantiene el mismo sistema de educación, el mismo sistema tributario, el mismo sistema judicial, dejó a los pequeños negocios y empresas propiedad de nacionales sin ayuda alguna ante la pandemia, incluso se sostuvo que si quiebran esas empresas es responsabilidad de sus propietarios, sin considerar que en esas empresas hay trabajadores y familias que dependían de ellas para vivir… pero en fin, lo cierto es que el caso de Colombia es muy similar al de México.
Además, no se debe olvidar que así como hay el Plan Colombia de los Estados Unidos de América, también está el Plan Mérida para México, que consiste en una serie de medidas y apoyos del país del norte para combatir el narcotráfico, pero desde un sistema de represión y neoliberal, más datos que permiten sostener lo similares que son estos dos países –México y Colombia– no sobran: el trato y el despreció a los pueblos de origen, la dependencia económica con nuestro vecino del norte, son algunos de los ejemplos de que no debemos de dejar en el olvido lo que esta sucediendo en ese país.
Por lo pronto, aquí en México ya se ha indicado que la reforma tributaria de este sexenio que ya se está haciendo viejo, será para 2022, solamente están esperando que pasen las elecciones de junio de 2021, pero ya rondan datos como la creación de un impuesto a las herencias y falta saber de las demás ocurrencias que se puedan presentar, como es un supuesto congreso hacendario que, como siempre sucede, solamente tienen acceso las voces oficiales para legitimar una reforma dictada por algún despacho jurídico de los Estados Unidos de América
En fin, lo cierto es que debería de servir de experiencia lo que desafortunadamente sucede en Colombia, pues en ese hermano país latinoamericano “la mecha la prendieron los impuestos”.