Por: Jorge Luis Hernández/ [email protected]
Ni más ni menos
En las palabras del entrenador argentino Marcelo Bielsa, sobre el comportamiento del futbolista mexicano promedio, señala que desafortunadamente éste apenas comienza a triunfar en la Liga MX y de inmediato “pierde piso”, por lo que se distrae de su carrera y la trunca por indisciplina y falta de mentalidad.
Dicha aseveración no fue del todo bien recibida por el gremio futbolístico en nuestro país, ya que dicen que la verdad no peca, pero incomoda. Desafortunadamente lo que Bielsa dijo es la triste realidad de la mayoría de futbolistas en nuestro país y vaya que sabe del tema, pues él dirigió en nuestra Liga hace años y la situación no ha cambiado.
Para muestra, basta recordar lo que ha sucedido recientemente con los jugadores del Guadalajara, que apenas llegaron al conjunto tapatío como flamantes refuerzos y de inmediato fueron protagonistas de escándalos extracancha. Jugadores como Cristian Calderón, Alexis Vega, Uriel Antuna, Alexis Peña y Eduardo López, se vieron involucrados en temas de excesos que no van de acuerdo a la carrera de un futbolista profesional.
Sin embargo, los casos de los jugadores de Chivas –muchos ahora exjugadores del Rebaño Sagrado– no son los únicos, quizá los más recientes. Pero este problema no es exclusivo del Guadalajara, sino que es un problema que aqueja a la mayoría de jugadores jóvenes y no tan jóvenes en México.
En mi andar como periodista deportivo, he sido testigo y me han contado de jugadores que han salido han abusado de la ‘fiesta’ apenas comienzan a destacar en sus carreras, como consecuencia, estas jamás llegan al punto más alto que pudieron alcanzar, pues si bien el talento es importante, la disciplina en un futbol cada vez más competitivo física y mentalmente a nivel mundial, también lo es, incluso me han asegurado algunos entrenadores, la disciplina en el futbolista moderno en particular, suele ser más importante que el talento.
Sí, no debe ser fácil para un chavo lidiar con todo lo que una carrera naciente destacada conlleva, dinero, reflectores, fama, cuates y “cuatas”, todo eso que –de no tener bases de comportamiento y cultura sólidas– terminan por deslumbrar al joven jugador y hacer que pierda la “brújula en su carrera”.
Este tema va más allá de aquellos jugadores que se pierden en la fiesta, sino que engloba a aquellos que caen en un área de confort –que a todos nos puede llegar a pasar–, pero hablando de futbol sucede cuando los falsos amigos y representantes, le “doran la píldora al jugador” para hacerle creer que todo lo que hace dentro y fuera del terreno de juego, está bien.
Cada persona es libre de hacer con su tiempo y dinero lo que quiere, pues a cada quien les costó su esfuerzo, pero Jorge Valdano alguna vez señaló que desafortunadamente “el futbolista latino deja de correr cuando alcanza lo que pretendía ganar de dinero”, frase cruda pero cierta, y más aún en un país como el nuestro, donde los sueldos en Primera División son onerosos a comparación de cualquier otro empleo común.
Al tema económico hay que agregar la trascendencia de jugar en equipos que por su naturaleza, tienen reflectores para el medio nacional e internacional, jugar en América, Chivas, Pumas, Cruz Azul y los equipos regios –por el tema de los salarios–, debe ser un “trancazo” para cualquier chavo que apenas hace unos meses llegaba a los entrenamientos en colectivo y de repente salir en portadas de revistas, programas de televisión o redes sociales, debe ser demasiado para alguien que no tiene quién los guíe por ese bello pero engañoso camino del éxito. Entrenadores como Ricardo Ferretti, Miguel Herrera, Sergio Bueno o Carlos Poblete –que son los que escuchado y he hablado al respecto con ellos– fueron señalados como “metiches” por aconsejar a sus jugadores jóvenes sobre qué hacer con dinero y naciente fama, de hecho, Herrera les decía a los chavos del América, “compren casa primero y luego carro, no sean pen&·$&, la carrera es más corta de lo que creen”, en tanto que Ferretti siempre les ha recomendado que inviertan y se alejen de los malos amigos.
El jugador mexicano es talentoso, no tengo la menor duda al respecto, los títulos en Mundiales para menores de edad así lo indican, pero estos jóvenes talentos necesitan ser arropados por sus propias familias, los clubes donde juegan y compañeros de equipo, sí, los veteranos, los que ya saben de qué se trata esto de ser futbolista, sobre todo, el futbolista joven debe estar abierto a escuchar recomendaciones y consejos que lo lleven a no sólo tener una carrera prometedora, sino una realidad para su equipo, familia y para sí mismos.