“Proyecto análogo”, fundado por dos poblanos, muestra en nueva york la documentación de los momentos de una ciudad que parece derretirse
Mario Galeana
Los fotógrafos poblanos María Prieto y Pablo Argüelles, fundadores de Proyecto Análogo, tienen los pies en un tiempo y el lente apuntando hacia otro: un tiempo pasado, suspendido entre la nostalgia y la memoria.
Afincados en Nueva York desde hace dos años, los artistas presentaron recientemente su primera exposición internacional en solitario, “Thawed City” (Ciudad en deshielo, en español), que reúne fotografías de Veracruz, Ciudad de México y sobre todo Puebla, la ciudad en la que crecieron.
“Queríamos jugar con la idea de la nostalgia. Cuando pensamos en Puebla y vemos los negativos de las fotografías que realizamos allá, es como pensar en un mundo que está suspendido, un hielo que a pesar de que se está derritiendo continuamente nunca desaparece. Como evocar un recuerdo que no se desgasta”, explica Argüelles.
Las imágenes expuestas en la Gala Art Center, en la ciudad de Nueva York, fueron tomadas entre 2017 y 2022, durante los primeros cinco años de Proyecto Análogo, una iniciativa en la que integran la literatura, el diseño editorial y la fotografía en diversos formatos.
Si algo apuntala la exhibición, es que la mirada de los fotógrafos está puesta en el desplazamiento del tiempo, en la manera en que el ritmo cotidiano del presente destila la huella del pasado.
“Creo que nuestra mirada no ha cambiado demasiado, porque incluso hay fotografías que tomamos aquí en Nueva York y que hubieran podido encajar con la exhibición. Lo que fotografío podría estar aquí o en Puebla, y no es que la ciudad sea la misma, es sólo que siempre procuro buscar estos espacios cotidianos envueltos en la nostalgia, la decadencia”, apunta Prieto.
Esta saudade de la que están impregnadas las fotografías de la muestra parece estar asociada a la misma fundación de Proyecto Análogo.
En 2015, María Prieto consiguió una antigua Polaroid con la que arrojó sus primeros disparos. La secundó Pablo Argüelles, quien meses después recibió la vieja cámara de su abuelo. Comenzaron a experimentar juntos, crearon un perfil en Instagram, y al poco tiempo más gente empezó a regalarles sus propias cámaras analógicas.
“Creo que la gente se sintió atraída porque las fotos les hacían pensar en una época que habían vivido. En mi caso, la fotografía fue una salida que me permitía pensar en lo que existía antes en ciertos lugares o revivir las historias que nos contaban en familia. He tratado de recrear ese pasado que nunca viví”, detalla Prieto.
Para realizar la selección final de “Thawed City”, los fotógrafos llevaron desde Puebla alrededor de 50 rollos en los que había al menos 600 fotogramas distintos. Revisaron todas las imágenes durante un mes, incluso algunas que ni siquiera recordaban o que no habían podido ver impresas.
“Cuando estábamos en Puebla trabajamos con los únicos dos laboratorios disponibles y sin ellos Proyecto Análogo no habría sido posible. Pero ahora, estando en Nueva York, nos dimos cuenta de que nos perdimos el 80% del proceso, porque recibíamos los negativos pre-velados, y eso influye completamente en el resultado final. Por eso queríamos revisarlos todos, reinterpretarlos, tener a la mano ese gran archivo”, dice Argüelles.
Dos ciudades a un disparo de distancia
Los fotógrafos llegaron a Nueva York en 2022 becados por el Centro Internacional de Fotografía (ICP, por sus siglas en inglés) para estudiar una maestría en esta disciplina.
Pronto echaron lazos con una parte de la diáspora, con los migrantes que han construido, dentro de una ciudad ajena, la suya: Pueblayork.
La exposición “Thawed City” los ha llevado a reflexionar sobre esta conexión evidente entre Puebla y Nueva York.
Por ejemplo, Jesús Mejía, el manager de uno de los laboratorios en los que suelen revelar, es oriundo de Izúcar de Matamoros. Incluso el conductor de Uber que los llevó a la galería para iniciar el montaje de la fotografía resultó ser otro poblano.
Pero existe un lazo mucho más oculto, inmaterial, que es la vida en las ciudades y su lento proceso de homogeneización.
“Al revisar nuestro archivo nos hemos dado cuenta de que tanto en Puebla como en otras ciudades va siendo más difícil encontrar lugares singulares que conserven esta esencia. Parece que después de la pandemia se está arrasando con todos estos rincones. Hablamos de gentrificación, sí, pero sobre todo de homogenización, como si todo debiera ser igual, con la misma pintura, la misma arquitectura, hasta el mismo color de semáforos”, desliza Argüelles.
En la búsqueda de estos sitios peculiares, resistentes al paso del tiempo, los fotógrafos reencontraron la Zaragoza Mexican Deli, una miscelánea administrada por Pompeyo y María Martínez, dos poblanos originarios de Zaragoza que migraron a Nueva York en la década de los setenta, para abrir su restaurante veinte años después.
Antes de mudarse a Nueva York, María Prieto y Pablo Argüelles habían visitado la ciudad un par de veces, por separado, y habían descubierto el negocio de la familia Martínez.
Ahora que viven en la misma ciudad, se dieron cuenta que en aquella pequeña tienda mexicana anidaba tanto la historia de los Martínez como una pequeña pizca de la suya.
Con esto en mente, iniciaron un proyecto fotográfico y literario sobre la historia de la Zaragoza Mexican Deli, por la cual recibieron una beca de 5 mil dólares por el ICP, la agencia fotográfica Magnum y la editorial Aperture.
“Este 2024 la Mexican Deli cumple 25 años y nos pareció que era el momento adecuado para emprender este proyecto y presentarlo en el lugar en el que nació, con una exhibición y la presentación de un libro”, concluye Prieto.
María Prieto
Diseñadora editorial y fotógrafa. Su trabajo ha sido reconocido por instituciones como la Documentary Arts INC, y publicado por revistas internacionales como Viceversa Magazine. Participó en la exhibición colectiva Lifelines en el ICP, junto a más de 60 artistas internacionales. Actualmente trabaja en el laboratorio digital y cuarto oscuro del ICP. Forma parte del colectivo Small Table Collective, junto a otros diez fotógrafos internacionales.
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Pablo Argüelles
Escritor y fotógrafo. Ha escrito para El Universal y la revista Este País. En 2019 presentó su libro “Vampiro” en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Participó en la exhibición colectiva Lifelines en el ICP, junto a más de 60 artistas internacionales. Forma parte del colectivo Small Table Collective, junto a otros diez fotógrafos internacionales.
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