Manuel MartÃnez BenÃtez
El próximo martes celebraremos en nuestro paÃs el DÃa de la Niñez, también DÃa del Niño y la Niña, sector de la población en que es necesario enfatizar la necesidad de mejorar sus condiciones de bienestar, a través de polÃticas públicas que impulsen el nivel de educación y bienestar.
La niñez es una etapa crucial en la vida de millones de personas que en México enfrentan una diversidad de desafÃos y oportunidades.
Según datos del Instituto Nacional de EstadÃstica y GeografÃa (Inegi), aproximadamente el 32% de la población mexicana está constituÃda por niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.
A pesar de representar una parte significativa de la población, muchos de ellas y ellos se encuentran en situaciones de vulnerabilidad debido a la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos.
En términos de educación, México ha realizado avances significativos en las últimas décadas, con tasas de escolarización en aumento. No obstante, aún persisten desafÃos importantes, como el acceso desigual a la educación de calidad y la alta tasa de deserción escolar, especialmente en áreas rurales y marginadas.
En este contexto, le comparto que conforme a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene una de las tasas más altas de deserción escolar entre los paÃses miembros.
Por otra parte, la pobreza en el sector de la niñez continúa siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo integral. A partir de datos reportados por el Consejo Nacional de Evaluación de la PolÃtica de Desarrollo Social (Coneval), aproximadamente 40% de las niñas y los niños en nuestro territorio nacional vive en situación de pobreza, l o que, por supuesto, afecta negativamente su acceso a una alimentación adecuada, atención médica y oportunidades de educación.
Otro aspecto relevante es el desarrollo infantil temprano, etapa fundamental para sentar las bases de un futuro exitoso.
Pese a ello, muchas niñas y niños en México enfrentan obstáculos en su desarrollo debido a la falta de acceso a servicios de salud y nutrición de calidad.
Al respecto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), ha referido que aproximadamente el 14% de los menores de cinco años sufre de desnutrición crónica, lo que sin duda tendrá efectos duraderos en su salud y bienestar.
Un rubro que no podemos dejar a un lado es la violencia y la inseguridad, toda vez que representan importantes desafÃos para la niñez en nuestro paÃs; las infancias están expuestas a entornos violentos en sus comunidades, lo que puede tener un impacto devastador en su bienestar emocional y psicológico.
Además de estos inconvenientes, la niñez en México también enfrenta barreras en el acceso a servicios de salud mental y apoyo emocional. La estigmatización y la falta de recursos provocan que los menores no reciban la atención adecuada para problemas como la depresión, la ansiedad y el trauma.
Para superar estos desafÃos, es imprescindible implementar polÃticas públicas integrales que aborden las causas subyacentes de la pobreza y la desigualdad, asà como fortalecer los sistemas de educación y salud para garantizar el acceso equitativo a servicios de calidad para todos las niñas y los niños.
Asimismo, se requiere un enfoque multidimensional que involucre a la sociedad en su conjunto, incluidos gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general, a fin de crear entornos seguros y protectores donde los niños puedan crecer y desarrollarse plenamente.
Para tal efecto, la inversión en la primera infancia es fundamental; permitirá garantizar un futuro sostenible para México. Al proporcionar acceso a programas de educación y cuidado infantil de calidad, asà como a servicios de salud y nutrición, se puede promover un desarrollo integral desde una edad temprana y reducir la brecha de desigualdad en la niñez mexicana.
De igual manera, el empoderamiento de las comunidades locales y la participación activa de los niños y adolescentes en la toma de decisiones que afectan sus vidas son elementos clave para construir un futuro más justo y equitativo.
Aunque la niñez en México enfrenta una serie de desafÃos, también representa una oportunidad para invertir en el futuro del paÃs y, con ello, se puede crear un entorno donde todas las niñas y los niños en México tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al crecimiento y desarrollo de la nación.