Hervey Rivera / @herveyrivera
El pasado 16 de septiembre, durante el desfile cÃvicomilitar en la capital del paÃs, una delegación de militares rusos desfiló junto con otras de El Salvador, Ecuador, Cuba, Colombia, Chile, Panamá, Nicaragua, Nepal, Guatemala, Honduras, República Dominicana, Corea del Sur, Brasil, Belice, Uruguay, Venezuela, Sri Lanka y China.
Estos actos de amistad son frecuentes entre paÃses con los que llevamos una buena relación diplomática y también es frecuente que una delegación de militares mexicanos participe en las festividades de paÃses extranjeros.
Por lo general, son cadetes de academias o colegios militares quienes participan en estos actos.
Todas las delegaciones desfilaron sin armas de fuego, sólo con banderas y espadas en algunos casos.
La sensible opinión pública y un sector de la oposición al presidente y partido gobernante hizo un escándalo en medios y redes sociodigitales y secundó el mensaje de la embajadora de Ucrania en nuestro paÃs, quien se inconformó con la presencia del paÃs con el que sostiene un conflicto bélico, en el desfile de independencia.
El 1 de octubre de 2022, México votó a favor de condenar a Rusia por la anexión de territorios en Ucrania; de igual manera, el presidente ha efectuado un llamado a las partes en conflicto para una mesa de mediación.
El paÃs no ha hecho eco de las sanciones que han promovido los Estados Unidos, ni ha modificado su relación con Rusia de acuerdo con los principios de polÃtica exterior con los que nos hemos conducido desde el siglo XX.
La guerra que sostiene Rusia con Ucrania es un triste y lamentable suceso que ha modificado las relaciones de la primera nación con el resto del mundo, en particular con aquellas que pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una institución encabezada por los Estados Unidos de América, de la época de la Guerra FrÃa del siglo pasado y que paradójicamente aún perdura.
Atribuyo a esta fobia –odio o antipatÃa intensos por alguien o algo– a Rusia en México a resabios de la anterior Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS) y al pensamiento y práctica polÃtica del comunismo, que ya hemos abordado en anteriores colaboraciones.
Ejemplo de lo anterior es la masacre de trabajadores de la entonces Universidad Autónoma de Puebla (UAP), el 14 de septiembre de 1968, quienes en un paseo hacia la montaña Malinche pernoctaron en la comunidad de Canoa en el municipio de Puebla.
Fueron acusados por el párroco de comunistas y como resultado cuatro personas perdieron la vida y tres quedaron con heridas permanentes, todas vÃctimas de linchamiento de parte de pobladores de la localidad.
Esos resabios del anticomunismo aún afloran en México en pleno siglo XXI sin justificación alguna, pues la URSS desapareció en 1989 y con ello la influencia del pensamiento y acción comunista en el mundo.