Mario Riestra, Rafael Micalco, Mónica Rodríguez y Eduardo Alcántara se manifestaron respecto a la renovación de la dirigencia estatal
Diana López Silva
Ningún candidato perdedor debe ser dirigente estatal, es la conclusión en la que coinciden diferentes actores del PAN tras la derrota en Puebla del 2 de junio pasado, en especial sobre el intento de la actual dirigencia de heredar el cargo al excandidato a gobernador Eduardo Rivera Pérez.
Desde la semana pasada, tras reconocer el resultado con el que Morena arrasó en los comicios en Pebla, la dirigente estatal del PAN, Augusta Díaz de Rivera, insinuó que los candidatos perdedores de la elección a gobernador y a la alcaldía poblana, Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra, serían las opciones naturales en la sucesión de la dirigencia estatal.
Sin embargo, en esa misma conferencia de prensa, los panistas presentes gritaron el nombre de Marcos, en alusión a Marcos Castro, actual secretario general del PAN.
El destape de Augusta Díaz de Rivera prendió los focos de quienes buscarán la sucesión en la dirigencia estatal y quienes destacan la necesidad de revisar los resultados de la elección antes de tomar decisiones de relevancia para el partido.
APRENDER DE LA DERROTA
“Lo peor que nos puede pasar es que el PAN siga exactamente igual”, sentenció el excandidato de ese partido a presidente municipal de Puebla, Mario Riestra Piña, quien anunció en sus redes sociales la solicitud de una sesión del Consejo Estatal para hacer un proceso de análisis y autocrítica tras la derrota electoral.
El panista señaló que Acción Nacional necesita “aprender de la derrota, para volver a dar la batalla y ser opción para la ciudadanía. Debemos comprender lo sucedido para otorgarle al país y a Puebla la mejor versión de nuestro partido”.
En su opinión, asumiéndose como liderazgo del PAN, opinó que el partido debe anteponer la inclusión en las decisiones, abrirse a la sociedad y reflexionar sobre su política aliancista.
Tras perder la elección, dijo que “no se trata de buscar culpables, sino de entender lo sucedido para mejorar”.
LEVANTA LA MANO
“No hay que comer ansias, humildad y cabeza fría”, pidió el coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local, Rafael Micalco Méndez, después de que Augusta Díaz de Rivera abrió la com petencia hacia la renovación de la dirigencia estatal.
Sin embargo, levantó la mano para dirigir al partido y, si la convocatoria es para una mujer, destapó a su compañera de curul Mónica Rodríguez Della Vecchia.
Si bien Micalco Méndez defendió a Augusta Díaz de Rivera; rechazó que tenga que renunciar a la dirigencia estatal tras la derrota del 2 de junio y respaldó su propuesta de hacer limpia de traidores en el partido, reconoció que “hay muchos cuestionamientos sobre decisiones que se tomaron”.
En caso de que Eduardo Rivera manifieste abiertamente su interés en la dirigencia estatal, Rafael Micalco aseveró que no sería conveniente.
Señaló que las posturas de Mónica Rodríguez, Mario Riestra y la suya “no son en contra de nadie”, pero sí urgió la necesidad de una “catarsis” en Acción Nacional “para empezar a hacer cosas diferentes”.
RECHAZA SECTARISMO
La diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia resaltó que “todos los tipos de líderazgos se tienen que tomar en cuenta”, en referencia a que las candidaturas recayeron en el segmento representado por el grupo de ultraderecha, el Yunque.
La legisladora consideró que se tiene que generar una apertura al interior del instituto político para todos los grupos existentes, sin sectarismo, para la repartición de espacios y no únicamente privilegiar intereses personales de un grupo.
En cuanto a la actual dirigencia, dijo que “no es de pedir renuncias, es de pedir resultados”, por lo que coincidió con Mario Riestra en la necesidad de una asamblea, para analizar los resultados e identificar las áreas de oportunidad para el 2027 y “empezar a trabajar desde hoy para recuperar presidencias municipales, diputaciones locales y federales, después de que, como nunca en la historia”, quedaron 16-0 y 26-0.
REPROCHA QUE LO IGNORARON
El diputado Eduardo Alcántara Montiel, actualmente fuera de la bancada del PAN, recordó que él había advertido este resultado y lo ignoraron:
“Advertí que Eduardo Rivera y Mario Riestra iban a perder, que su soberbia y su cerrazón, que su sectarismo, nos iban a llevar esta consecuencia por no haber incluido no sólo a toda la militancia, sino a toda la sociedad también; sólo vieron para sus cuates y para sus cuotas”.
Criticó a todos los que han levantado la mano para buscar la dirigencia, con tono de “caudillos”, porque “ni siquiera hemos acabado de entender qué pasó y todo mundo quiere dirigir el barco sin hacer una evaluación si el barco todavía puede flotar”.
Lamentó enterarse de que Eduardo Rivera “ya está en el albazo, en el interior del estado, pidiendo a los Comités Municipales sus firmas, para que no haya elección a los militantes”.
Finalmente, se lamentó por quienes se quedarán sin trabajo en el ayuntamiento de Puebla, porque “el Yunque sólo va a ver por su séquito y se irán a refugiar a la burocracia del partido”.
Todos los interesados en la sucesión de la dirigencia estatal del PAN señalaron que esperarán la convocatoria.