Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Tiene muchas lecturas la muy amplia participación en las marchas ciudadanas del pasado viernes y la forma violenta como concluyó en el zócalo capitalino la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Todas son dignas de ponderación.
Está por un lado la confirmación de que falta mucho para garantizar la prevalencia de una sociedad absolutamente igualitaria, en la que se respeten en extremo los derechos de las mujeres. Este es un saldo pendiente y un compromiso que todos deberíamos asumir.
En otra vertiente, no menos importante, está el lamentable suceso que de algún modo empañó el evento, al suscitarse un enfrentamiento entre un grupo de sujetos claramente infiltrados con la consigna de desestabilizar las marchas, que hasta entonces habían transcurrido de manera pacífica.
En la confusión y el caos, como suele suceder, se cometieron seguramente varios excesos por parte de la fuerza pública que habría que indagar y proceder como corresponda, así como en el caso de la persona que se asegura fue detenida de manera fragante arrojando proyectiles explosivos en el inmueble del Palacio Municipal.
Sobre estos hechos, el gobernador Sergio Salomón Céspedes lanzó una puntual condena a “cualquier forma de violencia e intimidación”, y destacar que “se debe salvaguardar el derecho a la libre manifestación”.
Más allá de que se indague a profundidad y que de ello se deriven acciones en el marco de la ley, quizá lo más relevante ahora sea conocer quiénes son esos sujetos que violentaron las marchas, así como quién los patrocina y con qué propósitos.
Despejar esas dudas es de la mayor importancia, sobre todo porque no es la primera vez que sospechosamente tipos enmascarados se involucran como auténticos vándalos en manifestaciones públicas, como ocurrió recientemente en un acto de protesta de ciclistas por los cierres en la Vía Atlixcáyotl.
Esas irrupciones, que no son casuales, deberían en todo caso ser un llamado de alerta en el contexto del proceso electoral en curso. De no asumir las previsiones necesarias podríamos esperar que hechos similares pudieran ocurrir en la jornada electoral del 2 de junio y eso sí tendría efectos sumamente devastadores.
RIESGOS DE ESCISIÓN
Con la fotografía difundida profusamente en redes sociales donde todos aparecen sonrientes no concluyó el conflicto interno de Morena en Puebla. Quizá apenas comienza y eso lo sabremos con absoluta certeza hasta el 2 de junio, el día de la crucial jornada electoral.
¿Qué fue lo que pasó el fin de semana, por qué se movieron las aguas en forma tan abrupta e intempestiva?
Pues nada, que en una reunión con militantes morenistas en el municipio de Ajalpan, el diputado federal y ahora candidato a una senaduría Ignacio Mier Velasco llamó abiertamente a inconformarse ante la imposición de candidatos y pidió que sea respetada la voluntad del pueblo.
“Hay voces de gente molesta porque creen que hay imposiciones; yo lo he dicho, tengo un compromiso con la gente, mis compañeros de Morena, por eso debemos decir no a las imposiciones… nuestro movimiento se revela contra cualquier tipo de injusticia, no debemos permitir injusticias”, exclamó ante la aprobación de los oyentes.
Fue en efecto un discurso disonante a la narrativa morenista. Nadie, ni Marcelo Ebrard en su momento, había puesto el dedo en la llaga con tal temeridad y es por eso que, para muchos, eso pareció todo un acto de absoluta rebelión.
Tan fue así que horas después, Mier Velasco recibió un “enérgico extrañamiento” a través de un comunicado suscrito por los dirigentes de la coalición de Morena, Verde Ecologista, Partido del Trabajo y Nueva Alianza.
Al interpretar que su postura promovía la división por supuestas imposiciones en el proceso interno, los firmantes lo exhortaron “a que se conduzca con mesura, prudencia y madurez política, para evitar que se vulnere la vida interna de los partidos y así fortalecer la unidad dentro de su alianza”.
Tras el coscorrón y el jalón de orejas, Nacho Mier no se amilanó. Rebelde y tozudo como es, al día siguiente, en entrevista radiofónica, lamentó la reacción de los dirigentes partidistas que lo impugnaron y acusó que son ellos los que estaban actuando en forma inmadura.
Dijo no estar dispuesto a quedarse callado y hasta amagó abandonar su postulación al Senado.
“Si el costo de mi candidatura es que me quieren poner un bozal, antes de que me lo pongan, yo la dejo, no tengo inconveniente”, enfatizó.
En ese trance, poco ayudó la intervención del secretario general morenista en Puebla, Agustín Guerrero Castillo, quien, respecto a la selección de candidatos, apuntó que la estrategia nacional es ganar la elección, no darle gusto a los morenistas, aunque eso tenga un costo; incluso reconoció que algunas imposiciones también han generado inconformidades en otras entidades, como Yucatán, Guanajuato, Querétaro, Ciudad de México, entre otros lugares.
El caso es que el ruido mediático provocado por la “incitación a la división” de Nacho Mier llegó pronto a los más altos niveles y obligó al dirigente nacional Mario Delgado a convocar a una reunión urgente parta evitar la propalación del fuego.
De ahí la fotografía aludida en que aparecen, como si nada hubiera pasado, el propio Mario Delgado e Ignacio Mier, pero además Alejandro Armenta, candidato a la gubernatura de Puebla y César Yáñez (léase Claudia Sheinbaum), presencia de estos dos últimos de particular significado.
Para minimizar lo que parece a todas luces un acto de rebelión, el presidente del CEN de Morena, Mario Delgado, dijo no ver ninguna división ni tampoco riesgo alguno “mientras se actúe con responsabilidad, inclusión y mucha transparencia” y aseguró que Ignacio Mier promueve que la gente se queje y que exija el derecho a la participación “como lo haría cualquier militante”.
Suena bien la exculpación, pero no acomoda en el formato de Morena en el que la disidencia y el cuestionamiento simplemente no tienen cabida, aunque habría que reconocer que, en este caso, en voz de Ignacio Mier, tal postura parece por demás incompatible.
Lo que más preocupó en Morena fue que las expresiones del diputado Mier Velasco se hayan vertido justo en la víspera de la definición de las candidaturas a diputaciones locales y de las presidenciales municipales, así como de la visita que este domingo hará a Puebla la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, quien estará en Tehuacán, Tepeaca y San Pedro Cholula.
De lo que ocurra en esos acontecimientos se verá si tuvo eco el llamado a rebelarse a las injusticias y a las imposiciones en las que figuras políticas externas y no militantes acreditados han sido postulados como candidatos.
Pero, más aún, el efecto real de ese centralismo y el desprecio a las bases al interior de Morena se conocerá a plenitud el domingo 2 de junio, el día de la elección, fecha en la que podría desplegarse toda una rebelión de los vencidos.