Soliloquio
Felipe Flores Núñez
Morena puede presumir que al menos hasta ahora y pese al descalabro en Coahuila y el affaire de Marcelo Ebrard, sus procesos internos para definir candidaturas en todo el paÃs, incluyendo el caso de Puebla, han resultado exitosos.
En su trance selectivo, mediante encuestas y sondeos de opinión, ha definido a los que figuran como los mejores perfiles y a quienes, en consecuencia, ofrecen mayores garantÃas de ganar en los comicios del año entrante.
Esto siempre bajo la premisa de evitar a toda costa cualquier riesgo de fractura, por insignificante que pudiera ser, y en eso seguirán siendo implacables.
Bajo esos criterios resulta interesante seguir a detalle la ruta selectiva que habrá de resolver el caso de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, una plaza de especial significado que Morena desea recuperar.
Además, representa la posibilidad de acopiar una importante cantidad de votos que eventualmente incidirÃa para el caso de la elección presidencial y de la conformación del Congreso federal.
En este escenario seguramente ya se analizan las actuales circunstancias en la capital poblana, asà como el proceder de quienes aspiran, que son muchos, a esa importante posición.
También se revisan los factores que pudiera provocar alguna escisión, entre los que habrÃa que anotar el derivado por la incursión de último momento del empresario José Chedraui Budib.
Esta semana el tablero morenista se modificó también de manera ostensible, luego que Claudia Rivera Vivanco expresó su deseo de participar en la contienda por la presidencia municipal –serÃa su tercera intentona–, además de anotarse como aspirante para la segunda fórmula del Senado.
Si bien tiene derecho a ese doble juego, tras haber sido la mujer con el mejor posicionamiento en las encuestas para la Coordinación Estatal de Defensa de la 4T, tal decisión no dejó de ser sorpresiva.
Y no sólo al interior de su partido, también entre las filas del frente opositor, que la perciben como una contendiente débil y, eventualmente, fácil de vencer.
Es cierto que Rivera Vivanco tiene muy altas calificaciones en cuanto a niveles de conocimiento, que equivalen a popularidad, pero al evaluarla por capacidad tras su muy mala gestión como alcaldesa, francamente sale reprobada.
En este aspecto la alta dirigencia de Morena –donde tiene fuertes nexos– también se ha visto infranqueable, al grado de insinuar que no desea más casos como el de Cuauhtémoc Blanco en Morelos.
Para justificar su doble intención, Rivera Vivanco sostiene que no es una mujer aferrada al poder y que finalmente estará donde los poblanos quieran que esté, de tal modo que lo más probable es que se le vea en el futuro ocupando un escaño en el Senado, lo cual ya es demasiado.
De ser asÃ, la extensa lista de aspirantes se reduce para que, con posibilidades reales, salvo sorpresas imprevistas, quede un cuarteto conformado en apego al criterio de equidad por Nora Merino Escamilla y Elisa Molina Rivera entre las mujeres.
Por lo que corresponde a los hombres figurarÃan José Chedraui Budib y Alejandro Carbajal Hidalgo, asà como un tercero a definir entre Rodrigo Abdala Dartigues y Gabriel Biestro Medinilla.
El abanico es más amplio y da ocasión para especular, pero entre los citados podrÃa encaminarse la decisión, sin descartar toda una serie de imponderables.
Entre las evaluaciones que pudieran mover la balanza destaca, desde luego, la relación que las y los aspirantes tengan con la dirigencia nacional.
Asimismo, habrá que considerar el punto de vista que en su momento pudieran expresar el mandatario estatal Sergio Salomón Céspedes y, por supuesto, el virtual candidato a la gubernatura Alejandro Armenta Mier.
Más allá de las encuestas que sean aplicadas en su momento, a todo ello debe agregarse una reflexión final en la que se valore, como referÃamos al principio, cuál candidata o candidato asegura la victoria y, al mismo tiempo, hacer que la unidad partidista no sea vulnerada.
Por ahora es sabida la inconformidad de quienes se sienten con más derecho por ser incluso fundadores y auténticos acólitos de la 4T, y es justo en ese bloque donde se vislumbran por ahora posibles fracturas.
Y si en el caso de Morena nada está escrito todavÃa, algo similar ocurre también en el frente opositor.
Esto, ante el inesperado autodestape de la panista y activista social Violeta Lagunes Viveros, quien al revelar su interés de postularse a la candidatura amagó con recurrir a todas las instancias para que se respete a su favor la igualdad de género.
Su incursión, por lo pronto, le dificulta el camino al diputado federal Mario Riestra Piña, quien transitaba sin aparentes dificultades hacia la postulación tras el consenso tanto de la dirigencia del PAN, como de los partidos que irán aliados, PRI y PRD.
Hay pues muchos motivos para deducir que en todos los frentes la lucha será cerrada y dará todavÃa mucho de qué hablar. Por mientras, para la AlcaldÃa de Puebla capital, nada parece estar escrito todavÃa.