Soliloquio
Felipe Flores Núñez
La política es tiempo y circunstancia. Se atribuye esa definición al ideólogo Jesús Reyes Heroles. Hoy le ajusta a la medida a Sergio Salomón Céspedes Peregrina, recién designado gobernador sustituto de Puebla.
El pasado julio, el exalcalde de Tepeaca había sido el primero en levantar la mano ante la convocatoria para que los aspirantes a la sucesión en 2024 expresaran su interés de participar, en su momento, en el proceso interno de Morena.
Desde entonces, los pronósticos jugaban a su favor.
Todavía como legislador y al frente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política en el Congreso del Estado, había afirmado a este reportero que estaba concentrado en su trabajo legislativo y “esperando respetuosamente los tiempos que marca la ley”.
Como aspirante, asumía no tener obsesión alguna. “Si nos toca hacernos a un lado, nos haremos, no pasa nada, tenemos que ser muy responsables porque no es un juego; es el futuro de muchas familias, de muchas generaciones”.
“Mientras tanto estamos concentrados a nuestro trabajo en el Congreso para generar condiciones que permitan que nuestro Estado salga adelante y en el fortalecimiento de la institución; en ello estamos enfocados”, afirmaría.
En ese entonces, vislumbraba un “escenario político alentador” y dejaba insinuar que rumbo a 2024 la congruencia es el reto que afronta Morena, “que los principios básicos de no robar, no mentir y no traicionar se mantengan, además que son parte de la obligación que tenemos como funcionarios públicos”.
“Si hacemos un trabajo adecuado, eso nos llevará a un futuro político; si no lo hacemos, no tenemos futuro político”.
En plática para Crónica Puebla, también afirmaría no tener obsesión por lograr la candidatura: “Lo digo con mucha certeza, la gubernatura no es mi obsesión, tampoco un berrinche o una sola idea”, aunque no dejaba de desconocer que “lo trabajamos, lo vivimos, pero ahora no evalúo ese tema, porque mi punto hoy es el trabajo; mi trabajo siempre me ha llevado a algún otro lado, estoy seguro que mi trabajo permitirá que la ciudadanía sea la que nos evalúe”.
Y mientras tanto, pugnaba “por seguir promoviendo el proceso de transformación que se ha impulsado, porque México ya no aguanta más, el pueblo ya no aguanta, tenemos que seguir avanzando”.
Hoy, tiempo y circunstancia incidieron para llevarlo a la gubernatura tras el inesperado deceso de Miguel Barbosa Huerta.
La suplencia ocurrió horas después, mediante determinación pronta y mayoritaria del Congreso, ante una seria amenaza de albazo que, por burda, no pudo concretarse.
La decisión fue bien acogida en todos los sectores, con la expectativa de que ofrece amplias garantías de estabilidad política y social, así como buenos augurios en el desarrollo de los diversos programas de gobierno.
Desde su toma de protesta como gobernador sustituto, Sergio Salomón Céspedes Peregrina ha delineado la ruta y el compromiso de mantener vigente el proyecto de estado de Miguel Barbosa Huerta.
Ha sido enfático: “Tengo la comisión de dar continuidad al proyecto de transformación iniciado por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta. Al igual que él, creo en el respeto estricto de la ley y la justicia social como base para alcanzar una sociedad más justa e igualitaria”.
Luego, frente a los miembros de su gabinete, ajustado hasta ahora sólo en la Secretaría de Gobernación con la inclusión pertinente de Julio Huerta, afirmaría que “Puebla está firme y no se detiene”.
Para clarificar el perfil de su gobierno, asentó que “habrá de continuar con el combate contra las desigualdades y trabajar para mantener la gobernabilidad y la seguridad, así como el desarrollo económico y político de la entidad”.
Todo ello, subrayó, “con valores, justicia social, transparencia y respeto a los derechos humanos”.
También ante medios de comunicación, afirmó que mantendrá abiertas las puertas de su gobierno y que en la nueva era de la administración estatal que se inicia, “seguirá el combate a la corrupción, habrá cero impunidad y la ley se aplicará de manera irrestricta”.
Queda claro por sus primeras acciones de gobierno que jugará con las cartas abiertas, sin desvaríos ni ocurrencias de última hora.
Sus mensajes han sido, en efecto, plenos de certeza tras su convicción de que “nuestro líder político y moral ha partido, pero su legado permanece”.
Apenas este sábado rubricaría que la seguridad pública será un tema de la mayor prioridad, al sostener que se mantendrá el compromiso “frontal e inamovible para mantener la seguridad, el orden y la paz social”.
Al presidir una ceremonia de honores a la Bandera en el Complejo Metropolitano de Seguridad, enfatizó que en Puebla habrá respeto a la ley “y no será tolerado ningún acto de violencia, ni nada que ponga en riesgo la integridad de los poblanos”.
“Tenemos la tarea de redoblar esfuerzos para seguir dejando en claro, a todo aquel que quiera profanar este suelo, que en Puebla el que la hace la paga, que el estado no tolerará violencia y nada que ponga en peligro a nuestra sociedad”.
Con una bitácora bien definida, Sergio Salomón Céspedes Peregrina está hoy en Casa Aguayo.
Llegó, quizá antes de lo previsto, su oportunidad.
Tiempo y circunstancia que deberá ahora traducir en resultados.
La tarea es ardua y el plazo muy corto, pero se percibe ánimo y voluntad para el futuro, que él mismo ha dicho, debe vivirse con el mayor fragor.
Por algo, confesó a este reportero, una de sus frases favoritas que hace alusión a los días por venir y a la mejor forma de afrontarlos.
Diría en forma convincente: “El futuro lo vivo intensamente; hay que ser feliz todos los días, es muy corta la vida como para serlo solamente los fines de semana”.