Mariana Flores
Hoy se retoman las clases presenciales en toda la entidad poblana por indicación del gobierno federal, luego de 17 meses de haber prohibido la asistencia de estudiantes a las aulas como parte de las medidas para evitar la propagación de la COVID-19.
El 14 de marzo de 2020, la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado anunció la suspensión de clases. El ciclo escolar 2019-2020 culminó a distancia, luego del regreso del periodo vacacional de Semana Santa. El ciclo escolar 2020-2021 fue completamente a distancia.
Pese a no estar en semáforo epidemiológico verde, como había estipulado el gobierno estatal, al menos un millón 700 mil estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y de nivel medio superior iniciarán el ciclo escolar 2021-2022 bajo el esquema híbrido en 11 mil instituciones educativas.
EMOCIÓN E INCERTIDUMBRE
Alondra Nolasco Valdez, estudiante de secundaria, dijo estar lista para acudir a clases la siguiente semana. En su escuela, los alumnos acudirán conforme a la letra del abecedario con la que comienzan sus apellidos.
Su madre, la señora Leticia Valdez Pérez, considera que es importante que su hija acuda a la modalidad presencial, pues los aprendizajes no se comparan con los adquiridos en casa.
Alondra, quien ya tiene preparada la mochila con los útiles escolares dentro, está ansiosa por ver a sus compañeros y a sus maestros, no obstante comprende el riesgo de contagio por COVID-19, por lo que también tiene lista la botella de gel antibacterial, el cubrebocas y su careta.
MAESTROS, CAPACITADOS
La SEP en Puebla informó que fueron convocados 65 mil docentes –previamente vacunados contra el coronavirus–, además de personal administrativo y de intendencia de las instituciones educativas, quienes fueron capacitados para implementar el modelo híbrido de educación.
Esta propuesta establece que cada escuela determinará los horarios de asistencia con base en sus condiciones, características y cantidad de alumnos.
Y es que el sistema híbrido incluye las modalidades presencial, a distancia y trabajo autónomo. Además, la dependencia sentenció que el retorno a las aulas es voluntario.
TEMOR JUSTIFICADO
Los mellizos Santiago y Sebastián, estudiantes de primaria, reconocieron que ellos preferirían seguir en casa, pese a que sus padres optaron por enviarlos a las aulas. Y es que, de acuerdo con sus tutores, el ciclo escolar anterior no fue efectivo.
Lejos de la emoción de ver a sus compañeros en la escuela, los hermanos manifestaron temor a contagiarse de COVID-19.
Igual que Alondra, tienen preparados sus útiles en las mochilas, el uniforme limpio y planchado, además de los zapatos boleados.
COOPERATIVAS, LISTAS
Quienes también tuvieron que preparar las instalaciones fueron los encargados de las tiendas de comida de las escuelas.
La señora Silvia Pozos comentó que, de acuerdo con las indicaciones que recibió el pasado jueves por parte de la escuela primaria en la que labora, los alimentos se servirán sin diferencia que en los años pasados.
No obstante, el área destinada al consumo fue marcada con puntos, para que los estudiantes mantengan la sana distancia, además se colocaron lavabos, para que los alumnos laven sus manos antes de ingerir alimentos.
Por lo anterior, la señora Silvia, encargada de la cooperativa, tuvo que acudir ayer a la escuela, para realizar labores de limpieza y dejar el lugar apto para el consumo de alimentos.
Ante pérdidas, generar espacios de expresión
Algunos estudiantes volverán a clases en la modalidad presencial tras haber perdido a un ser querido por la pandemia de COVID-19; por ello, los docentes deberán generar espacios en los que los alumnos expresen los sentimientos que esas ausencias repentinas les causan, en un ambiente de respeto.
Esa fue la reflexión de Dulce María Pérez Torres, doctora en pedagogía, quien explicó a Crónica Puebla que al retomar las actividades para el ciclo escolar 2021-2022, deben establecerse normas de sana convivencia entre estudiantes, que les permitan aludir a la solidaridad y evitar escenarios de bullying.
Para la especialista en tanatología infantil, en un contexto de pérdida de un ser querido –que puede ser un abuelo, un tío, un primo o un padre–, el maestro deberá encontrar las actividades que permitan que el alumno se exprese para poder continuar con el proceso de aprendizaje académico.
Una de las actividades que recomendó es la de hablar en público de su situación, mientras el resto de la clase guarda silencio y escucha. O bien, escribir y leer una carta donde exponga lo que quisiera decir al ser querido que perdió.
Señaló que muchos niños comenzarán a expresar lo vivido durante los meses de confinamiento, por lo cual el docente deberá establecer actividades de sana convivencia que eviten que los compañeros se burlen, estableciendo límites dentro de sus posibilidades pedagógicas.
Pérez Torres reconoció que existe el riesgo de que, en un escenario catastrófico, algunos alumnos con problemas emocionales piensen en el suicidio, por lo que resaltó la importancia de evitar actos de bullyng.
“En manos del maestro está gran parte, pero no es su responsabilidad. El 90% es de los papás, desde casa”, sentenció.