Karla Cejudo / Diana López Silva
A cuatro años del sismo del 19 de septiembre de 2017, las grietas siguen, literalmente, abiertas. Al menos así ocurre en 13 escuelas y 46 monumentos catalogados como históricos en la capital poblana, sin contar viviendas, hospitales y otras estructuras.
La tardanza para su intervención reside, principalmente, en hacer válida la póliza de seguro.
Ante las nuevas problemáticas que aquejan a la población –como la crisis sanitaria causada por la COVID-19–, las medidas preventivas adoptadas después del movimiento telúrico quedaron en el olvido y sólo se retoman cuando vuelve a temblar.
MONUMENTOS SIN ARREGLAR
El Instituto Nacional de Antropología (INAH) indicó que dentro de su jurisdicción, y al corte del 30 de junio de este año, aún hay 46 monumentos que son catalogados como monumentos históricos que fueron dañados por el sismo que deben ser atendidos y reparados en la capital poblana, de los cuales 93% sigue en proceso de reparación.
Los datos indican que, de los 46 casos de la capital poblana, 43 se encuentran en proceso de reparación o “no aplica”; es decir, aún no se autoriza un monto para su reparación, pese a que existe una evaluación de los daños.
De los 43 espacios que a cuatro años aún se encuentran en proceso de reparación, pero sin reportar un avance específico, 22 tienen daños menores (51%), 19 poseen daños moderados (44%) y sólo dos poseen daños severos (5%).
Los dos monumentos con daños severos son el Templo Conventual de Santa Inés del Monte Policiano, así como el templo y Exconvento de San Pablo de los Frailes.
Ambos presentaron colapsos en diversas columnas, grietas en muros y daños en estructuras.
Otras obras emblemáticas que presentaron daños pero que no tienen avance alguno son la Casa de Alfeñique, el Templo de Nuestra Señora de la Luz, Templo de Nuestra Señora del Carmen, Templo de San Francisco de Asís, Monasterio de las Hermanas Clarisas Capuchinas de San Joaquín y Santa Ana.
AVANCE DE 85% EN INMUEBLES
En el caso de tres inmuebles que reportaron avances, se autorizó un monto de 20 millones 298 mil 573.9 pesos; en los tres aplicaron un seguro contratado con una institución bancaria.
El Templo Conventual de San Miguel y de los Santos Ángeles/ Santo Domingo de Guzmán tiene un avance de 85%, para el cual fueron destinados 6 millones 759 mil 308.19 pesos. Su diagnóstico fueron grietas severas y fracturas en bóvedas de sotocoro y coro.
Mientras que el templo parroquial de San José (y Capilla de Jesús Nazareno) también reportó un avance de 85%.
Fueron destinados 6 millones 805 mil 302.04 pesos para la reparación de grietas y fracturas en torres y bóvedas, pérdida de molduras, degollamiento y agrietamiento en pináculos.
Es el Templo de la Santísima Trinidad (Padres Redentoristas) el que reportó menos avance, con 80%, para el cual se destinaron 6 millones 733 mi8l 963.6 pesos para la reparación del desprendimiento de bóveda principal a muro, linternilla con grietas y degollamiento, contrafuertes fracturados, pérdida de ornamentación, molduras y elementos decorativos, pérdida de aplanados, afección a bienes patrimoniales.
ESCUELAS SIN AVANCE
El Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE) tiene dentro de su jurisdicción 393 inmuebles escolares para reparación en el municipio, de los cuales 13 reportan ningún avance; es decir, 3%.
El CAPCCE informó que, de los 393 inmuebles a su cargo, 375 ya fueron reparados en su totalidad: cinco tienen avances que van del 34 a 95% , mientras que 10 registraron cero avances y tres se encuentran sin atender.
De los 10 inmuebles que no reportaron avances, siete pertenecen al área de preescolar, dos a primaria y uno es un Centro de Atención Múltiple.
Los datos indican que todos tienen un monto autorizado de 9 millones 320 mil 986.69 pesos, a pesar de lo cual ninguno tuvo avance en las obras al corte del 30 de junio de este año.
Entre los planteles con mayor recurso asignado se encuentran la Primaria Licenciado Benito Juárez, con un presupuesto asignado para reparaciones de 2 millones 636 mil 32.42 pesos, y la Primaria Octavio Paz, con un monto asignado de un millón 123 mil 508.21 pesos.
PREVENCIÓN, NO REACCIÓN
Los sismos que han sacudido a Puebla y que dejaron secuelas tanto en inmuebles como en las personas han dejado una lección: lo mejor para atender situaciones de este tipo es la prevención, pues a pesar de que los movimientos telúricos son impredecibles, se puede estar listo para enfrentarlos.
Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, señaló que el gobierno debe tener planes de prevención para estos eventos, que estén basados en estudios realizados con las herramientas sísmicas que se tienen a la mano, para ver el panorama y saber qué hacer ante un sismo importante.
“El gobierno no debe de ser reactivo a los eventos; el gobierno debe ser preventivo; debe de formular las estrategias de prevención, más que de reacción; saber qué tipo de suelo estamos pisando”, apuntó.
El ingeniero comentó que se tienen que hacer revisiones periódicas a los inmuebles, como escuelas y hospitales, para saber el peligro sísmico y la vulnerabilidad que presentan ante estos fenómenos y, de ser necesario, intervenirlos antes de que suceda alguna catástrofe.
Apuntó que la revisión y las estrategias de prevención deben ser permanentes y no sólo cuando tiembla, que es lo que normalmente ocurre, no solo con el gobierno, sino con la sociedad, por lo que se debe tener presente que estamos en una zona de alta vulnerabilidad sísmica.
¿Otro 19S?
Consultado acerca de las especulaciones sobre la posibilidad de un nuevo sismo este 19 de septiembre, Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, explicó que los sismos, como el que se registró el pasado 7 de septiembre en la misma fecha que el de hace cuatro años, sólo coincidió con el día, pero “cada uno de ellos se presentó con diferentes características, magnitud y lugar de aparición”.
Puntualizó que el hecho de que en septiembre tiemble en nuestro país no quiere decir que sea un mes exclusivo para que se registren movimientos telúricos.
“Aunque haya varias coincidencias, con la presencia de estos fenómenos naturales en este periodo del año, es un fenómeno aleatorio; no hay una metodología científica para predecir con mucho tiempo de antelación la presencia de un sismo”, dijo.
“Para poder predecir los temblores se tienen que especificar por lo menos tres cosas: una es la magnitud del sismo; la segunda, la localización, y la tercera, la fecha en que ocurre”, finalizó.