Su familia no quería que practicara halterofilia, pero a base de resultados y triunfos, Wendy Reyes les demostró y sobre todo se convenció a ella misma que podía destacar y después de nueve años practicándolo, hoy es campeona nacional y una multimedallista que apunta a clasificar a Juegos Olímpicos.
Ella se define como una mujer con agallas y sus acciones así lo demuestran pues persiguiendo su sueño, dejó su natal Xalapa a los 17 años de edad y junto a su entrenadora, llegaron a Puebla, entidad a la que ahora representa y que se ha convertido en su hogar.
Aunque ha sido testigo de comentarios machistas sobre sus compañeras halteristas, ella se ha ganado el respeto de propios y extraños, porque si bien con sus 87 kilos de peso es capaz de levantar pesas de 101 kilogramos, su mayor fortaleza no está en sus brazos y piernas, sino en su mente.
DEL FUTBOL A LA HALTEROFILIA
Wendy Reyes platicó con La Crónica Puebla sobre cómo conoció la halterofilia en su natal Xalapa, revelando que antes de las pesas, sus papás la acercaron a deportes como la gimnasia, taekwondo e incluso el futbol, pero que a la edad de 11 años por una casualidad conoció el levantamiento de pesas y se enamoró.
“Yo inicié en el deporte a los seis años, mis papás siempre me tuvieron en el deporte, primero estuve en gimnasia y de ahí en taekwondo y futbol, pero de pura casualidad el gimnasio de halterofilia estaba frente a mi casa y decidí ir a ver, me hicieron pruebas y la verdad me gustó mucho, había muchas niñas y veía que levantaban mucho peso y me emocionaba porque quería levantar como ellas y ser campeonas como ellas, y decidí quedarme, eso es por ahí de 2012 ó 2013 cuando inicié, yo tenía 11 años de edad”, recordó.
Desde el principio tuvo facilidades para este deporte ya que después de unos meses de adaptación, su aprendizaje fue rápido lo que le permitió meterse de lleno y comenzar a competir unos meses después de haber iniciado.
“Hasta eso tuve la facilidad para la halterofilia, se me facilitó el hecho de hacer todas las posturas iniciales, los levantamientos y pues la verdad no me costó nada, mi adaptación fue rápida, unos dos meses y después ya me entró la cosquillita de que tenía que seguir entrenando y fue padre porque al principio cuando me estaba preparando para mis primeras competencias pues decía que ojalá que ganara, no tenía mucho peso levantando y mi primera competencia obtuve la de oro y así me fui, primeros lugares y segundos”, dijo.
SU FAMILIA NO QUERÍA QUE FUERA HALTERISTA
En cada entrenamiento, en cada competencia, en cada envión, Wendy demuestra su fuerza, sus agallas, pero una de las pruebas más difíciles que tuvo al inicio fue convencer a su familia de que podía destacar.
“Mi mamá la amo y me ha traído en el deporte, igual mi papá, pero por cuestiones del trabajo no estaba tan cerca y también no estaba tan de acuerdo que levantara pesas, ni mi demás familia, pero eso fue hasta el día que competí y demostré que tenía agallas y valor para esto y ya fue que empezaron a apoyarme, vieron que tenía ganas de seguir creciendo, de no dejar el deporte y hasta la fecha me han seguido apoyando”, señaló.
Ya con el respaldo de sus seres queridos, la pesista no hace más que persistir, trabajar y aprovechar para seguir evolucionando, algo que le ha dado frutos.
“Yo creo que le he echado muchas ganas, la perseverancia es importante porque el que persevera alcanza, me he dedicado mucho, he sido perseverante en el trabajo, en los entrenamientos que he hecho, se han dado las cosas, uno está aprovechando el tiempo y las ganas que tiene para seguir creciendo para ser la mejor y se está demostrando”, apuntó.
EN PUEBLA DESDE 2017
Debido al poco apoyo económico que había en Veracruz, Wendy fue consciente que para triunfar tenía que dejar su casa y por eso, con 17 años de edad, llegó a Puebla acompañada por su entrenadora.
“Llegué a Puebla en 2017 ya que por falta de recursos en Veracruz tuve que venirme para acá. Venía con mi entrenadora originaria igual de Xalapa, y nos acoplamos con el grupo de halterofilia que estaba aquí, así que me hice parte del grupo y aquí estoy porque Puebla se ha convertido en mi hogar”, recordó.
Un año después comenzó a representar a Puebla presentándose en la Olimpiada Nacional Juvenil y lo hizo con el pie derecho, pues arrasó en todo el proceso hasta llegar podio nacional.
“En 2018 ya estaba representando a Puebla, fue la etapa estatal de la Olimpiada Nacional y obtuve el primer lugar y el pase al Regional, igual obtuve el primer lugar y el pase para la fase Nacional me convierto en medallista nacional, por primera vez me subo a un podio nacional y muy contenta de que a pesar de que no estuve entrenando un año por completo, me fue bien e hice gran actuación dando medalla al estado”, comentó.
CAMPEONA NACIONAL EN PLENA PANDEMIA
Tras su esplendoroso debut, para 2019 regresó a la Olimpiada Nacional y repitió presea en su categoría de más de 80 kilos, esto gracias a que levantó 91 kilogramos en el arranque y en el envión, que es llevar la barra desde el suelo a lo hombros, logró 108 kilogramos, haciendo un total de 199 kilogramos.
Debido a la pandemia, en 2020 no hubo Juegos Nacionales, por lo que después de varios meses de incertidumbre, pudo participar en el tradicional Torneo Nacional del Pavo, que se celebra el último mes de cada año, pero que en esta ocasión fue virtual y ahí se convirtió en campeona nacional, logrando la que por ahora es su mejor marca, de 101 kilogramos de arranque, 120 kilos en envión y 221 kilogramos en total, colgándose tres oros.
“En las Olimpiadas Nacionales me doy el enfrentón con otras, no me he dejado vencer y en 2019 obtuve la plata en arranque y en el envión bronce. En 2020 no hubo, por la COVID, y sólo tuve una competencia que fue Torneo Nacional del Pavo y ahí me convertí en Campeona Nacional y contenta porque superé mis marcas, no me imaginé que iba a levantar eso”, precisó.
Ya para este 2021, regresó a los Juegos Nacionales de Conade y quedó subcampeona nacional, llevándose tres medallas de plata tanto en arranque, en envión y en el total, mientras que en el Campeonato Nacional de Halterofilia, se colgó un bronce.
QUIERE IR A UNOS OLÍMPICOS
Aunque la pandemia sigue generando suspensiones y por ende no tiene un calendario de competencias para 2022, por ahora se prepara para defender su campeonato en el torneo Nacional del Pavo, aunque mantiene la mentalidad de seguir creciendo y participar en el Campeonato Panamericano de Halterofilia.
“Ahorita nos estamos preparando para en diciembre competir en el Nacional del Pavo en San Luis Potosí, la primera o segunda semana de diciembre, y ya después no tenemos próximas competencias por lo mismo de la contingencia, pero espero estar en los Panamericanos del 2022”, explicó.
Con 20 años de edad, sueña con participar en unos Juegos Olímpicos buscando emular lo que han hecho mujeres como Soraya Jiménez, Luz Acosta, Damaris Aguirre y recientemente Aremi Fuentes en Tokio.
“Como todo atleta mexicano quiero representar a mi país, estaría encantada y orgullosa, prepararme para los siguientes Juegos Olímpicos es mi próxima meta y por el momento serían para Los Ángeles 2028. La verdad orgullosa de ella (Aremi Fuentes) veía que nadie creía en ella y pues dio lo mejor de ella y está hecha a lo mexicano y por eso estoy orgullosa porque como todo deportista queremos estar en un podio olímpico y ella lo ha logrado a su corta edad, bastante el trabajo que ha hecho con su entrenador”, declaró.
“TE VAS A PONER COMO HOMBRE”
Wendy Reyes tiene una fuerza increíble, una potencia como pocas y una convicción que la pone como una de las mejores del país, pero la cualidad que le permite avanzar es la fortaleza mental, esa que le ayuda a saber evadir el machismo que sigue existiendo en el país, y en específico en la halterofilia, donde las mujeres que la practican son señaladas.
“Para ser halterista necesitas fuerza, resistencia y tener bien presente que vas a levantar pesas, que es para competencia y no es un hobby, de mi parte me ha funcionado prepararme física y mentalmente y no dejarme decaer. He tenido la suerte de que todas las personas que me conocen siempre me han apoyado, nunca he escuchado malas palabras contra mí, pero sí me ha tocado ver que a otras compañeras les han dicho eso, de que se van a poner como hombres, de que no vas a crecer, pero yo no me he topado con eso y lamentablemente así es México, espero que cambie la sociedad su mentalidad de pensar”, finalizó.