Anselmo Salvador Chávez Capó / Profesor Investigador de la UPAEP
Uno de los fenómenos económicos que mayor preocupación genera en el actual entorno es la estanflación, la cual se define como es una combinación de dos fenómenos económicos que normalmente no se dan juntos: el estancamiento de la economía y la inflación.
Se debe considerar que en muchas ocasiones, cuando hay estancamiento de la economía, la inflación es baja porque la demanda se contrae y entonces el crecimiento de los precios es menor. Este fenómeno se produce cuando el crecimiento económico de un país es lento, el nivel de desempleo es alto y cuando los precios van en aumento.
Esta situación definitivamente incidirá en la economía popular, considerando que en el último trimestre de 2021 no se presentó crecimiento económico, el cual fue casi de cero, y la inflación anual se calculó en un 7.2%, por lo cual a la combinación de ambas circunstancias se hace evidente que estamos inmersos en este fenómeno a partir del último trimestre del año anterior.
Esta circunstancia puede afectar el poder de compra, así como el adquisitivo y de satisfacción en los hogares, ya que las personas con el mismo salario pueden acceder a menor canasta de bienes cuando suben los precios.
Este escenario se complica en una coyuntura de bajo nivel socioeconómico con bajos niveles de empleo. Es difícil que los salarios puedan resistir el embate inflacionario, debido a que los incrementos en este rubro han sido erosionados por el incremento de los precios.
¿Cuál es el escenario económico para 2022?
Se debe considerar que estos últimos cuatro años serán considerados como perdidos para la economía mexicana.
Adicionalmente, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de México no recuperará los niveles que tenía antes de la pandemia hasta finales de 2022 o principios de 2023, por lo cual son los mejores deseos que la inflación tenga un punto de inflexión en este 2022 e inicie un comportamiento a la baja, sin que se prolongue a lo largo de este año y que se presente un crecimiento moderado. En caso contrario, el riesgo de la estanflación se mantiene presente.