Por; Daniel Aguilar Twitter: @Danny_aguilarm
2, 2 y 2
Con la ilusión intacta, la frase que repite mi amigo Manuel de la Torre cada que arranca la campaña. Así nació la ilusión de cada fanático cuando el jueves, por la tarde, se dijo lo que ya sabíamos: habrá temporada.
Y no es que un servidor sea brujo o tenga contactos en las Ligas Mayores (ojalá así fuera), simplemente no existía poder humano que cancelara la campaña. Al final, así como hubo muchos intereses para posponer el inicio, también los había para arrancar. Mi duda era ¿con cuántos juegos?
Afortunadamente la razón y el sentido común llegaron a ambas partes y sí, tendremos la contienda de 162 partidos, donde 29 equipos pelearán por el título y uno sólo se ve obligado a alzarlo para evitar el fracaso; desde 2009 no lo logran.
Las reuniones dejaron sus secuelas y sobretodo sus pequeños pendientes burocráticos. Así es la vida y el mundo en general, no sólo la pelota caliente. Hoy tenemos beisbol y lo vamos a disfrutar, de los detalles que quedaron en el aire se encargará las partes correspondientes.
Al saber que tendríamos campaña no sólo hubo festejo de los fanáticos, también de los agentes libres al ver que el mercado estaba liberado desde ya. Los agentes y gerentes deben reunirse pronto, porque los peloteros están reportando en este mismo instante que usted lector mira la presente columna.
Aún no quiero empezar con los pronósticos o malas ilusiones. Hay equipos que todavía faltan por moldear su roster con piezas que andan ahí, buscando unos cuentos verdes. Pero eso sí, el corazón gana y veo un buen equipo rayado para competir. ¿Bajo qué argumento? Su historia. Ya el mánager y jugadores se pueden encargar de lo contrario.
La llegada de la nueva campaña también nos trajo nuevas reglas, que fueron parte de la negociación. Salieron a relucir los puristas y no sé si me considero purista, porque a pesar de todo estoy a favor de la sabermetría.
El bateador designado universal me parece uno de los temas más controversiales, en del tamaño de las bases no tanto (y sigo sin entender por qué pierden la cabeza con eso), pero algo es cierto: ambas reglas atienden a intereses de mercadotecnia y dudo mucho que deportivos.
Pero disfrutemos el momento y ya después nos podremos “quejar” de la situación actual de la pelota. Al final, los dueños y sindicato ya nos dieron lo que tanto queríamos: la temporada.
Ahora nos queda empezar a ver qué equipos sacan la chequera, qué jugador llega a una novena para sumar en el terreno o sólo en su billetera. Y poco a poco ver quién se perfila como contendiente, aunque eso ya no sea garantía de nada, la prueba son los Gigantes del año pasado.
Entre tanto, volvió el beisbol y con ello la felicidad en cada corazón de los fanáticos. Sólo recuerden una cosa que se dijo aquí y en Contacto Deportivo Extrainnings: la temporada no se iba a cancelar.