Por: Dr. José Manuel Nieto Jalil/ Director del Departamento Regional de Ciencias en la Región Centro-Sur
Tecnológico de Monterrey Campus Puebla
El 12 de septiembre de 1962, en plena Guerra Fría con la URSS, el entonces presidente John F. Kennedy anunciaba, en la Universidad de Rice, su intención de que Estados Unidos lograra llegar a la Luna antes de que terminara la década. Lo consiguieron el 20 julio de 1969 los astronautas del Apolo 11 Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins; nos enseñaron que podíamos hacer realidad lo imposible.
Doce astronautas hasta ahora han caminado en su superficie, a través de seis misiones Apolo, que culminaron con el Apolo 17 en diciembre de 1972. Por otra parte, sólo la antigua Unión Soviética y China han logrado posar allí robots de exploración. Desde entonces no se ha regresado a la Luna y aunque el satélite se aleja de nosotros cuatro centímetros cada año, el regreso está más cerca que nunca y probablemente será una mujer la encargada de dar el pequeño paso, gracias al programa Artemis.
El nuevo programa para el regreso a la Luna por parte de la National Aeronautics and Space Administration (NASA) es Artemis, programa que sucederá a las históricas misiones Apolo y que tendrá como objetivo permitir el regreso de astronautas estadounidenses a la Luna en el año 2025, cuando está previsto que un hombre y la primera mujer planten sus pies de nuevo allí y lograr establecer bases tanto en la órbita como en el suelo lunar.
El programa Artemis se ha dividido en tres fases: Artemis I, en la que se realizará el lanzamiento el próximo junio del megacohete SLS (acrónimo de Space Launch System), con el objetivo de ensayar su funcionamiento en el despegue, su conducta en el espacio durante el recorrido hacia la Luna y su comportamiento en el regreso a la atmósfera terrestre. Esta primera misión no será tripulada.
Artemis II contará con los primeros humanos a bordo. Se tiene previsto que cuatro astronautas volarán lo más lejos que la humanidad jamás ha llegado para probar todos los sistemas de la cápsula Orion y el Módulo de Servicio Europeo. Orbitarán la Luna durante unos 10 días con el objetivo que los astronautas realicen pruebas de navegación, desempeño y maniobrabilidad.
Finalmente, Artemis III tendrá como objetivo descender en la superficie lunar. Según el programa, cuatro astronautas, entre ellos la primera mujer que pise la Luna, aterrizarán en nuestro satélite y estarán una semana realizando experimentos de investigación y recogiendo muestras de la superficie, las cuales serán trasladadas a la Tierra para exámenes más complejos.
Según el programa, la nave Orion atracará en la nueva estación espacial lunar, Gateway, donde la tripulación pasará alrededor de una semana; posteriormente se trasladará al Sistema de Aterrizaje Humano, diseñado por SpaceX. En concreto, se trata de Starship, un sistema de lanzamiento y aterrizaje reutilizable, apoyado por 36 cohetes Raptor, los mismos que impulsan los exitosos vehículos espaciales Falcon y Crew Dragon.
En el programa Artemis, la estación orbital, denominada por la NASA The Gateway, es un elemento clave y constituye la antesala de entrada a la Luna y un punto de parada a futuros viajes a Marte; está diseñada para orbitar permanentemente alrededor de la Luna y constituye un espacio de intercambio e investigación para las tripulaciones que lleguen desde la Tierra en la cápsula Orion.
Posteriormente, los astronautas se dirigirán de camino a la superficie lunar, donde aterrizarán cerca del polo sur de nuestro satélite, para después caminar por sus alrededores y tomar muestras sobre el terreno. Un momento histórico que probablemente se pueda seguir en directo.
Según los planes de la NASA, los astronautas vivirán en la cápsula del sistema de alunizaje, el cual, después de esta semana de trabajo, los llevará de vuelta a la órbita lunar, donde abordarán la cápsula que los traerá de regreso a la Tierra. Una vez se completen las tres primeras fases del programa, se tendrá la seguridad de poder establecer una presencia permanente de humanos en la superficie lunar.
El objetivo inicial de la NASA será establecer un campamento base en la Luna formado por tres elementos importantes. En primer lugar, una plataforma de movilidad habitable que han denominado Habitable Mobility Platform (HMP); será un tipo de rover presurizado que tendrá el doble propósito de servir como módulo de vivienda y como vehículo de desplazamiento de largas distancias. En segundo lugar, un vehículo despresurizado para el terreno lunar denominado Lunar Terrain Vehicle (LTV), que es un elemento para transportar astronautas por la superficie mientras están usando su traje presurizado para traslado de cortas distancias. Y, en tercer lugar, el hábitat de superficie, denominado Foundation Surface Habitat (FSH), que tendrá la capacidad para albergar a cuatro personas hasta por 60 días.
Con la reconquista de la Luna, misiones posteriores pernoctarán en las futuras instalaciones del campamento base del programa Artemis, una infraestructura en la que en el futuro se podrá desarrollar todo tipo de experimentos científicos entre diferentes naciones con la mirada puesta en la conquista de Marte.
La colaboración entre científicos y países en este tipo de proyectos es importante, y no debe de limitarse. Por ejemplo: ante la crisis que se está viviendo con la invasión de Rusia a Ucrania y después un mes de amenazas y polémicas entre las agencias espaciales estadounidense y rusa, el astronauta de la NASA Mark Vande Hei ha regresado la semana pasada a la Tierra en una nave Soyuz en compañía de los cosmonautas rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov. El astronauta Vande Hei y el cosmonauta Pyotr Dubrov han estado en la Estación Espacial Internacional (ISS) durante 355 días; juntos, completaron 5 mil