Si la natación poblana tiene un futuro muy prometedor en gran medida es gracias a Valeria Uresty, quien a sus 15 años de edad, ya es una de las mejores nadadoras de la entidad incluso con un Premio Municipal del Deporte en su palmarés.
Antes de empezar a caminar, ella ya estaba en una alberca y siguiendo los pasos de su hermana comenzó a practicar la natación desde muy pequeña incluso iniciando su etapa competitiva cuando apenas tenía once años.
Sus anhelos son muchos, el convertirse en una estudiante-atleta, conseguir una beca en alguna universidad estadounidense y ganarse un lugar en la Selección Mexicana para involucrarse en competencias internacionales.
EN LAS ALBERCAS DESDE LOS SEIS MESES DE EDAD
Los poblanos nacen donde ellos quieren, como Valeria, quien si bien vio la luz en Morelia, desde muy pequeña se fue con su familia a Belo Horizonte, en Brasil, pero fue en Puebla donde se desarrolló como la sirena que hoy es.
“Por el trabajo de mi papá nos tuvimos que ir a vivir a Brasil cuando tenía dos meses y como allá hacen mucho deporte y sobre todo la natación, porque prácticamente todas las casas tienen alberca, pues cuando tenía seis meses me metían a la alberca con mi mamá para que poco a poco aprendiera a no ahogarme”, comentó.
Todavía en Brasil comenzó a ir a una escuela de natación, aunque fue en Puebla donde inició su camino hacia convertirse en una de las nadadoras prodigios que tiene la entidad, siendo su primera competencia a los 11 años.
“Me metieron a clases de natación con mi hermana, de hecho, ella empezó a nadar desde México, cuando estaba ahí nadaba con mi mamá y me metieron por mi hermana. Ella iba a las competencias y yo solo le echaba porras, pero llegué a los siete años y empecé a entrenar en el preequipo, y ya en Puebla entré a la escuela Nelson Vargas y ahí empecé a entrenar más fuerte y empecé a ir a más competencias a los 11 años”, indicó.
A LOS 11 AÑOS SOSTUVO SU PRIMERA COMPETENCIA Y SU PRIMERA MEDALLA
A pesar de que todavía era una niña, a los 11 años se embarcó en su primera competencia y si bien tuvo que vivir un momento de confusión y hasta angustia por un mal manejo de la alberca por parte de los organizadores, vivió un debut de ensueño porque se pudo colgar la medalla.
“A los 11 años tuve mi primer nacional en Guadalajara, en la categoría más chica y me fue bien, gané mi primera medalla de bronce, aunque la Federación Mexicana se equivocó y le echó mucho cloro a la alberca, entonces había nadadores quemados. A mí me empezó a quemar la cara y muchos se estaban yendo de la competencia, porque estaba complicada la situación, algunos estaban vomitando sangre, pero como yo nadé en los primeros días pude ganar”, explicó.
2019, AÑO DE LA EVOLUCIÓN
Su primera presea simplemente marcó el inicio de su evolución porque un año más tarde, en el 2019, comenzaron los buenos resultados como en el Campeonato Nacional Élite en Veracruz donde regresó con tres podios.
“Son experiencias padres y te dan una madurez, al principio cuando no me iba bien lloraba, pero ya cuando empecé a crecer entendí muchas cosas, empiezas a crecer y darte cuenta de las cosas gracias a las competencias. Al siguiente año empecé a mejorar, comencé a entrenar en el Alpha y con 12 años participé en el Nacional de Veracruz, gané tres medallas, oro en 50 y 100 metros y en el 200 gané el bronce. Me puse muy feliz porque no me la esperaba, no estaba ranqueada en los primeros lugares y bajé mucho mis marcas”, apuntó.
Estos triunfos le brindaron la posibilidad de recibir su primer llamado a un representativo nacional para asistir en febrero del 2020 a la llamada Copa de la Unión Americana de Natación (UANA) donde obtuvo el que es uno de sus mejores resultados hasta el momento.
“Me clasifiqué a la Copa UANA, por primera vez fui seleccionada nacional y competí en febrero. Me fue bien, quedé en tercer lugar de 50 pecho y segundo lugar en relevo mexicano de combinado, estuvo padre y fue una experiencia bonita, me fui sola con la selección y fueron algunos papás encargados y nos estaban cuidando, nos quedábamos en los cuartos con otras nadadoras y fue una experiencia muy bonita”, señaló.
PREMIO MUNICIPAL DEL DEPORTE A LOS 14
Una vez concluida la aventura peruana, volvió a nadar en el Grand Prix de Monterrey colgándose otra medalla de oro en su especialidad, los 50 metros en estilo pecho logrando incluso su clasificación a los Juegos Centroamericanos Junior.
“Después de la Copa UANA regresé y una semana después me fui a Monterrey al Grand Prix, ahí quedé en primer lugar del 50 pecho donde clasifiqué a los Centroamericanos Junior, pero se cancelaron por la pandemia. Pero en ese mismo lapso fue cuando gané el Premio Municipal del Deporte”, recordó.
La calidad no tiene acta de nacimiento, el valor de sus medallas fue analizado y gratificado por parte del gobierno municipal de Puebla y en el 2020 le entregaron, con 14 años de edad, el Premio Municipal del Deporte, algo que incluso la tomó por sorpresa.
“Fue algo muy padre, no sabía que lo podía ganar, mi entrenador me dijo que metiera los papeles para ver si algo salía y pues al final sí lo gané, nunca me lo imaginé y pues fue algo diferente, porque daban premios de muchas cosas y empecé a ver lo que podía ganar”, precisó.
VA POR LA MEDALLA EN LOS JUEGOS CONADE
Con el envión anímico que le representó sus grandes actuaciones en los dos años anteriores, en el 2021 siguió su buen camino clasificando a sus primeros Juegos Nacionales Conade, en los que compitió con nadadoras más grandes que ella.
“Todo esto me motivó y después de que se retomaron las competencias empecé a entrenar más horas, clasifiqué a lo que era la Olimpiada Nacional, me fue más o menos, me faltó concentración, estuvo bien por
que fueron mis primeros Juegos Conade, llegué a la final en la categoría 14 y 15 años, pero todas las finalistas tenían 16 porque recorrieron las edades por la cancelación del 2020”, dijo.
Esto la dejó con ganas de revancha para la edición de este año, por lo que en sus siguientes dos pruebas que tuvo, dio lo mejor de sí y además de mejorar sus tiempos, cada vez domina más el nerviosismo de nadar en categorías que superan su edad.
“Después de los Juegos Conade fui a Guadalajara a los Nacionales de invierno, fue diferente porque ya era Primera Fuerza, competí con niñas hasta de 25 años y mejoré mi marca. Hace un mes en Cancún tuve el Grand Prix Junior y quedé en primer lugar del 50 metros en pecho. De lo más difícil de competir en categorías más grandes es controlar los nervios, todas estamos igual, ellas están igual de fuertes que yo, pienso que a lo mejor tienen más experiencia y pues me intimido y empiezo a perder concentración, lo importante es que sepa lo que voy hacer y que no me deje intimidar o pensar que tengo desventaja”, comentó.
Por eso, ya tiene la mira puesta en lo que serán sus segundos Juegos Conade en mayo a los que irá con la expectativa de ahora sí colgarse una medalla que la coloque como una de las mejores del país.
“Ahora otra vez soy la pequeña de la categoría, porque soy 15 y 16 y acabo de cumplir 15, pero espero medalla este año porque estoy ranqueada en cuarto lugar, todas traemos la misma marca en 50 metros pecho, sólo nos separan una décimas entonces ese es mi objetivo”, apuntó.
CONSEGUIR BECA EN ESTADOS UNIDOS, LA META FIJADA
Valeria quiere seguir trascendiendo en las albercas, demostrar que puede brillar en una de las categorías más emocionantes que tiene la natación, su gran meta es usar su habilidad deportiva para abrirle oportunidades académicas en Estados Unidos.
“Estoy estudiando la secundaria y en agosto voy a entrar a la prepa, estoy analizando opciones para ser becada. Todavía no sé qué quiero estudiar en la universidad, me gustaría algo sobre los idiomas, pero no le he definido. Mis metas son poder estudiar con la natación, tener buenas becas para la universidad y volver a estar en Selección Nacional para ir a otra competencia internacional, aunque lo que más quiero es poder entrar a una universidad en Estados Unidos con beca deportiva”, finalizó.