Por: Jesús Peña
Promover opciones de movilidad sostenible, así como la innovación tecnológica del país y contribuir a la inclusión y equidad de género son los tres objetivos de Zacua, la empresa pionera en autos eléctricos en México, que lidera Nazareth Black.
En entrevista con Crónica Puebla, directora ejecutiva de esta ensambladora de automóviles con sede en Puebla, habla acerca de los retos que tiene la marca, las características del producto y las motivaciones que tienen para impulsar un cambio de mentalidad sobre el medio ambiente, que se basa en un concepto: cambiar a energías limpias es sí o sí, de lo contrario nos suicidaremos en el camino.
—¿Qué es Zacua?
—Somos el primer auto eléctrico mexicano y es un superlogro. Somos una marca emergente, pero le estamos ganando a marcas globales a tener autos eléctricos rodando. Se trata de un coche de primera generación, que lamentablemente ha sido señalado con información errónea.
Lanzamos una edición especial de 100 unidades y nuestros primeros clientes son gente con conciencia ecológica muy desarrollada, que ya no quiere contaminar el medio ambiente.
Sabemos que la inversión de salida es un poco más elevada que en un auto normal, inaccesible para muchas personas, y no es que uno quiera tener un producto con un precio alto, es lo que te cuesta producir.
Escuchamos que la gente clama por autos eléctricos baratos, pero nosotros lo podemos explicar así: cuando eliges un auto de gasolina tienes más de 2 mil opciones diferentes –entre versiones, presupuesto, tamaño, color, marca y otras características–, tuvieron que pasar más de 125 años de industria –porque el primer auto patentado fue en 1896–, para que estemos hablando hoy de un auto eléctrico, cuya planeación comenzó hace 20 ó 30 años, pero apenas tenemos un par de años de que se está impulsando fuertemente.
Hoy no se puede exigir muchas opciones y que sean asequibles, porque nuestra industria apenas está en formación, además, hace falta conciencia ecológica por parte del consumidor, que lleguen nuevos jugadores y evolucione la tecnología para tener opciones económicas.
—¿Cuáles son los objetivos de Zacua?
—Tenemos básicamente tres y los podemos definir así:
1.- Promover opciones de movilidad sostenible, porque las necesitamos, porque hay una crisis de salud ambiental, que se visualiza en el cambio climático. Así que tenemos que aportar nuestro granito de arena.
2.- Promover al país como un jugador en el área de la innovación tecnológica. Estamos en el top mundial como ensambladores de coche, pero eso quiere decir que armamos, exportamos y hacemos piezas para los coches de los demás, cuando lo que hace falta es una industria propia, un desarrollo de marcas. No tiene nada de malo ser un país de mano de obra, pero debemos saltar a la siguiente etapa.
3.- Trabajar en inclusión y equidad de género, que es una necesidad; es más, es un tema de congruencia. En Zacua, la mujer tiene un espacio para trabajar y avanzar, eso no quiere decir que sea una empresa sólo de mujeres, sino que el equipo se conforma con equidad. El caso más claro es nuestra línea de ensamblaje, que es artesanal, armamos pieza por pieza, y esa línea es atendida mayormente por mujeres. Por ejemplo, en una planta convencional automotriz son pocas las mujeres que participan, en la nuestra es mitad y mitad. Nosotros lo tomamos como una forma de combatir la brecha de género y la brecha salarial, no por presión social, sino por convicción.
—¿Cómo surge Zacua?
—Este proyecto lleva gestándose 22 años. Inició en el 2000 y apenas estamos saliendo al mercado. La idea es de nuestro fundador Jorge Martínez, cuya familia es de origen poblano. Fue él quien vio la problemática social de movilidad, especialmente en Ciudad de México, con la contaminación de aire y auditiva, entonces visualizó que el futuro de la movilidad son los autos eléctricos.
Hay que aclarar que había autos eléctricos antes que los de gasolina, sólo que la tecnología se dejó estacionada porque fue mucho más fácil aventarles gasolina que poner la infraestructura eléctrica necesaria.
Entonces, Jorge Martínez se pone a trabajar en la parte de la tecnología a desarrollar, luego nos unimos personas con esa filosofía de vida de querer aportar a un país mejor y así se va conformando el equipo, hasta que, en 2017, hicimos la presentación del auto, aunque todavía no teníamos la planta.
—¿Cómo es la captación de personal?
—En México hay gente capacitada para hacer autos de gasolina y diésel, no eléctricos, así que tuvimos que capacitar, porque nuestro auto lleva elementos diferentes, componentes delicados, lo cual implica cuidados específicos.
En las áreas de ingeniería y mecánica sí contratamos gente que tenía experiencia, pero no sabía a qué se enfrentaba y hubo que enseñarles. Así surgió algo interesante: todos nos aportamos y mejoramos procesos, incluso hoy hay iniciativas de universidades y otras instituciones para formar gente que estudie mecánica para autos eléctricos.
—¿Por qué es un producto artesanal?
—Porque hacer Zacua es vivirlo, lo haces no sólo con las manos, tiene mucho que ver lo emocional. Cuando le pides a tu abuelita la receta de tus galletas favoritas te va a decir que el ingrediente principal es el amor y eso es una realidad. Cuando nosotros construimos un auto, pieza por pieza, sabes que va a ser para una personal en especial, que quiere mejorar su entorno, que quiere dejar de contaminar, que mejora el aire que todos respiramos, y nosotros tenemos en mente eso, que es para alguien que desea aportar a la calidad de vida. Somos conscientes del peso que lleva hacer un auto así, porque todos los ojos están puestos sobre nosotros, en especial los de esa gente mala que critica por criticar, que no sabe el esfuerzo que hay detrás, entonces tienes que empeñarte el doble para hacer lo mejor posible.
—¿Cuál es su producción y el costo del vehículo?
—Hoy podemos hacer un auto por día, pero estamos preparados para crecer a 18 diarios. No lo hacemos porque el mercado es muy pequeño aún y trabajamos sobre pedido. Tenemos sólo una línea, pero podemos pasar a tres, es decir, estamos listos para crecer junto con el mercado.
El costo del auto es de 599 mil 900 pesos en precio de lista, pero contamos con un bono si se paga de contado o con bancos afiliados para hacer que quede en 549 mil pesos. Es un auto biplaza, con concepto citycar, pensando en que la mayoría de las personas andamos solas por la ciudad, ello te da la facilidad de desplazarte y estacionarte prácticamente en cualquier lugar.
—¿Es la pila la principal pregunta que les hacen, tratándose de un auto eléctrico?
—Es el principal miedo y también un mito. Efectivamente es lo más costoso, pues representa la tercera parte del costo del vehículo. Por desconocimiento la gente piensa que es una pila común gigante y que, si se descompone,
es pérdida total del coche. En realidad es una caja que contiene celdas, cuya vida se mide no en tiempo, sino en ciclos de carga. La nuestra tiene duración de hasta 3 mil ciclos de carga –de 0 a 100–, que le da una autonomía al auto de 160 kilómetros. Suponiendo que todos los días se cargue, debe durar un mínimo de 8.2 años, pero si se carga un día sí y otro no, o incluso cada tres días, puede durar de 12 a 15 años.
En ese tiempo la pila puede ir perdiendo eficiencia, las celdas se van gastando, pero no quiere decir que se deba cambiar, pues es posible ir supliendo partes para revitalizarla, por lo que no hay necesidad de comprar una nueva hasta acabada por completo su vida útil.
Ahora, cuando llegue ese momento habrán pasado varios años y aquí hay un fenómeno interesante: se trata de tecnología, que con el tiempo mejora, se achica y se abarata, como pasa con los celulares, que cada año salen mejores versiones. Por ello la gente no debe preocuparse tanto por lo que costará la batería cuando llegue el momento de cambiarla, porque no va a ser ni del tamaño que es hoy, ni su costo será igual, y seguramente dará más autonomía al vehículo.
La carga dura ocho horas y se puede hacer en estaciones, que están siendo colocadas por la iniciativa privada y no tienen costo, o puedes hacerla en tu casa, solicitando a Comisión Federal de Electricidad un segundo medidor con corriente 220, con la finalidad de que el consumo de luz en tu casa no pierda el subsidio.
Además, somos la única empresa de vehículos eléctricos del mundo que tiene un plan para reciclar las baterías agotadas, pues las retomamos para generar electricidad en estacionamientos hasta que realmente agotan lo último de su potencial.