Diana López Silva
“Si yo muero, ¿quién buscará a mi hija?”.
Tres madres que buscan a sus hijos desaparecidos enfrentan angustia, incertidumbre, adversidades para las búsquedas. Una más, que ya encontró a su hijo, advierte que se queda a luchar por los de otras.
Hoy, nada que festejar.
MIEDO: MORIR SIN HALLAR A SU HIJA
Maricela Rodríguez es mamá de Karina Yazmín Alducin Rodríguez, desparecida desde el 21 de agosto de 2016, a los 21 años de edad, en Tehuacán.
Narró que su hija inició relación sentimental con Oscar Isaac Martínez Lezama, días antes.
El mismo 21 de agosto, el hombre envió a Maricela –quien estaba de viaje– fotos desde su teléfono para decirle que Karina Yazmín y él estaban en un “antro”; la chica no regresó a casa.
Maricela cree que su hija fue “enganchada” en una red de trata de personas y que hay agentes investigadores involucrados, dado que el caso ha tenido omisiones, demoras y pérdida de pruebas.
Acusa al responsable de la investigación, Arturo Hernández Arvide, de borrar los videos captados por cámaras de seguridad del local. Sin embargo, ella obtuvo una videograbación con elementos de prueba que entregó a los agentes; siete meses después, el agente Juan Calderón Ortigoza, negó que existieran tales videos.
Y fue amenazada. Ella interpreta que descubrió la complicidad de los investigadores.
“El día que me entreguen los restos de ella va a ser otra historia, pero ahorita creo que mi hija va a volver y me va a decir: despierta, mami, fue un sueño muy largo”.
Esa es su ilusión, que un Día de las Madres Karina Yazmín vuelva.
“Yo decía, al ver a otras madres buscadoras: si a mí me pasa, me muero; pero, desgraciadamente no te puedes morir porque, si me muero, ¿quién busca a mi hija?”.
RASTREAR ES SU VIDA
Nadia Guadalupe Morales Rosales, estudiante del bachillerato Gabino Barreda, está desaparecida desde octubre de 2017. Tenía 17 años de edad.
Su madre, María del Carmen Victoria Rosales Camacho, no ha cesado de buscarla. En Puebla, Hidalgo y Veracruz.
Se ha unido a otras familias que buscan por sus medios a sus desaparecidos.
“Me estoy enfocando en las búsquedas, porque yo sé que aunque mi hija desapareció aquí en Puebla, podría ser que la encuentre fuera de aquí. Estos cuatro años la he buscado. ¿Por qué me la desaparecieron? Sólo Dios sabe”.
Ha sacado tierra en fosas clandestinas, buscado indicios en fosas comunes, mirado cadáveres en anfiteatros. Sabe que su hija tiene derecho a ser buscada y localizada.
CASO INMOVILIZADO
Guadalupe Meza busca a su hijo Miguel Ángel Campos Meza desde el 1 de abril de 2014.
Él tenía 18 años de edad. Estaba sentado frente al centro de salud de San Pedro Zacachimalpa.
Testigos dicen que recibió una llamada en su teléfono y abordó un chevy rojo, aparentemente por su voluntad.
Era jinete. Vivía con la madre de sus dos hijos: en ese momento el niño tenía dos años y medio y la bebé había nacido 15 días antes.
A ocho años de ello, la Fiscalía no ha avanzado en la investigación, señaló Guadalupe Meza.
INDIGNACIÓN Y NOSTALGIA
Maria Luisa Núñez inició por sus propios medios la búsqueda de su hijo Juan de Dios Núñez Barojas (23 años), desaparecido el 28 de abril de 2017 en Palmar de Bravo, junto con sus amigos Abraham (26) y Vicente Basurto Linares (29).
Las familias perdieron contacto con los tres cuando ellos fueron detenidos por un retén.
Iban de Tehuitzo –Palmar de Bravo– a Tecamachalco.
En febrero pasado, cuatro años y diez meses después, fueron hallados los cadáveres de los tres. No hay detenidos ni explicación de lo sucedido.
“Hoy, 10 de mayo, se acentúa la nostalgia, pero sobresale la indignación”, dijo María Luisa Núñez Barojas.
Descartó que vaya a dejar la insistencia ante instancias de gobierno para acelerar la búsqueda de personas y dar acompañamiento a familias que se acercan al colectivo que ella fundó, “Voz de los desaparecidos”, por asesoría y apoyo.
“Yo ya no busco a mi hijo; sigo buscando a los demás. Y la empatia, el dolor y la indignación con la que yo empecé esta lucha, perdura. Haber encontrado a mi hijo no quiere decir que lo mío ya sanó, que ya se me olvidó y borrón y cuenta nueva, claro que no. La búsqueda continúa y cuando me refiero a las madres que buscamos, es porque yo sigo buscando a los demás desaparecidos que también son míos”.