En Puebla se juega el mejor futbol para ciegos del país, pero eso en gran parte es gracias a Raúl Ortiz que una vez conoció esta modalidad, se aventuró a formarse como entrenador llevando al equipo de Topos a un tricampeonato nacional, ganándose así su puesto como el actual líder del seleccionado mexicano.
El momento que cambió la vida de Raulito fue cuando conoció en 2007 a Jorge Lanzagorta, años después anotador de gol en Juegos Paralímpicos y ganador del Premio Estatal del Deporte, pero que en ese momento tenía poco de haber perdido la vista, aunque había aprendido a jugar a la pelota sin la necesidad del sentido de la vista.
Juntos fundaron a los Topos Puebla en 2010 y desde entonces se ha convertido en el equipo más exitoso de México y para muestra está, además de sus campeonatos, La Madriguera, su cancha que en agosto será sede del Grand Prix de futbol adaptado en donde jugarán las mejores selecciones del planeta.
APASIONADO DEL FUTBOL
Gracias a sus padres, Ortiz siempre estuvo ligado al deporte, aunque una vez entró en contacto con el futbol se volvió un apasionado y convirtió este juego en la guía de su vida llegando a las fuerzas básicas del Puebla, que en su momento gestionó el destacado formado José Luis Arce.
“Mis papás siempre me inculcaron la parte deportiva, pasé por varios deportes como natación y taekwondo, pero el único que me enganchó fue el futbol, desde los cinco años le agarré amor, destaqué, fue al que más interés le puse y a los 11 años ya comencé a practicarle de una
forma más seria, pero puedo decir que toda mi vida estuve cerca del balón. A los 12 años me metieron a la escuela que tenía el doctor José Luis Arce como fuerzas básicas del Puebla, ahí comencé a verlo en forma más profesional con viajes y participaciones en torneos locales y nacionales”, recordó.
El primer gran punto de quiebre en su vida se dio a los 18 años de edad cuando salió de los camoteros pensando en aprovechar sus habilidades futbolísticas para conseguir una beca universitaria y formarse académicamente, aunque no todo salió como esperaba.
“Este formato de futbol lo dejé a los 18 años cuando estaba en Segunda (División) y el que era mi entrenador Gustavo Flippy Pérez me llevó a probarme a la UDLAP para ser becado y me animé porque también me quería desarrollar académicamente. Ya había pasado los filtros, ya solo faltaba que firmara mi beca, pero de buenas a primeras despidieron a Flippy y llegó el brasileño Albeni Sabino y sacó a todos los de nuevo ingreso y pues me tocó salir, las cosas pasan por algo”, señaló.
UN VIAJE A CIEGAS DURANTE 12 AÑOS
Todo este trajín lo llevó a matricularse en la Universidad Ibero en donde estudió Mercadotecnia, licenciatura en la que cono
ció a Jorge Lanzagorta, que a los 25 años de edad perdió la vista, pero que apoyado por sus padres se empezó a capacitar para jugar el futbol adaptado.
“En la Ibero conocí a Jorge Lanzagorta y cambió todo porque él fue el que me indujo al futbol para ciegos, soy honesto, en ese momento yo ignoraba la existencia de la modalidad de este futbol, ni siquiera sabía cómo interactuar con una persona ciega, pero hicimos buena relación, a los dos nos apasiona el futbol, le vamos al Puebla, hasta que un día armamos una reta de futbol para ciegos y ahí fue cuando conocí este mundo”, comentó.
Esa cascarita con los ojos vendados fue lo que le cambió la vida porque lo llevó a decidirse a iniciar una preparación para sumergirse en esta modalidad para transformarse en entrenador y sin saberlo, crear el mejor equipo de México.
“Te mentiría si te dijera que mi plan de vida estaba estructurado para ser entrenador de un equipo local y luego una selección nacional de futbol adaptado, pero todo cambió con ese partido amistoso, me di cuenta de toda la dificultad que conlleva, fue así que nos surgió las ganas de formar un equipo ya bien definido y Jorge me dijo que yo lo entrenara, aunque no tenía la experiencia de siquiera entrenar en el convencional, pero inicié y me fui preparando también motivado porque en 2010 comenzó la búsqueda de un representativo para los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara, pero no había nada, entonces nosotros iniciamos como los pioneros en México”, declaró.
LABOR SIN FINES DE LUCRCO
Desde entonces han pasado doce años en los que Topos se convirtió en el mejor equipo de México, pero sobre todo en una motivación para expandir este deporte por todo el país, por lo que incluso Raúl fue invitado a capacitar a otros entrenadores en diferentes estados.
“Ese mismo año nos invitaron a presentaciones en los medios tiempos del torneo de Street Soccer y nos llevaron hasta la final en Ciudad de México donde nos vio Arturo Elías Ayub, allí es donde también se formó la selección que fue a los Juegos de Guadalajara. A partir de eso que hicimos que este formato comenzó a llamar la atención, ya como Topos capacitamos a varios equipos del país para que iniciaran el proyecto, porque también nuestro objetivo es que hubiera mayor competencia y demostrar que somos los mejores no sólo por ser los únicos”, explicó.
En este camino, Topos ha ganado tres títulos nacionales, además de que es el vigente monarca de la recién creada Liga Mexicana de Futbol para Ciegos, además de que sus integrantes han participado en certámenes internacionales como el propio Jorge Lanzagorta, que fue seleccionado nacional y anotó en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
“El futbol para ciegos cobró una relevancia importante porque ya se podía practicar como alto rendimiento y no sólo como recreativo, con torneos nacionales, Copa América, Mundiales e incluso con la ilusión de llegar a unos Juegos Paralímpicos”, dijo.
Sin embargo, todo lo logrado lo han hecho sin recibir ni un peso a cambio, ya que la labor de Raúl como entrenador tanto de Topos como de la Selección ha sido sin fines de lucro, ya que los jugadores que incorporan lo hacen para darles a conocer el deporte y no como una forma de sustento.
“Desde 2010 a la fecha jamás alguien del cuerpo técnico de Topos ha recibido un solo peso, no cobramos por entrenamiento, todo lo hacemos sin fines de lucro, porque nuestra intención nunca ha sido exprimir a los jugadores ni obtener alguna ventaja, lo único que se les pide a los jugadores es compromiso y responsabilidad y así hemos logrado formar una familia, porque dentro de la cancha hay respeto, pero afuera somos amigos y nos podemos ir de fiesta y apoyarnos”, puntualizó.
“QUEREMOS IR AL MUNDIAL”
Fue en 2017 cuando por sus méritos fue nombrado como el director técnico de la Selección Mexicana de Futbol para Ciegos y desde entonces ya se presentó en una Copa América, Juegos Parapanamericanos y un Mundial, aunque ahora su gran objetivo es ir al Mundial de Birmingham, pero para eso deberá ganar el Gran Prix Puebla 2022 que se celebrará del 27 de julio al 8 de agosto.
“Llegué en 2017 a la Selección Mexicana porque hubo un cambio en la directiva de la Federación Mexicana de Deporte Adaptado y me dieron la oportunidad junto a Ricardo Bonet, respaldos por los buenos resultados con Topos. Debutamos en una Copa América en Chile, tuvimos poco tiempo de trabajo, pero logramos el pase a los Parapanamericanos de Lima en 2019 y el Mundial de España que fue la primera vez que México asistió”, reseñó.
Esta será la primera vez que el Gran Premio se juega fuera de Japón y fue Puebla elegido porque es la ciudad cuna de esta modalidad en el país, algo que buscará aprovechar Raulito para guiar al Tri hacia un buen resultado.
“Fortuna de tener un acto de esta magnitud, un torneo que por primera vez saldrá de Tokio y llega a Puebla, pero para esta ocasión será clasificatorio del Mundial del siguiente año en Birmingham, entonces nuestro objetivo es estar en el medallero y poder obtener el boleto, aunque sabemos la calidad de equipos como Brasil y Argentina, pero nuestro único rival somos nosotros mismos”, comentó.
EL DEPORTE, LA MEJOR FORMA DE ENFRENTAR UNA DISCAPACIDAD
Raúl Ortiz no tiene alguna discapacidad, pero entiende a la perfección las necesidades, pero sobre todo las virtudes de las personas que las padecen, por eso es un convencido de que la mejor forma de enfrentarlas es a través del deporte.
“Todos estamos expuestos a sufrir alguna discapacidad, pero estoy convencido que una de las formas de poder manejarla es a través del deporte, porque te deja muchos valores y es la mejor forma de combinar la salud con la inclusión, porque nos ha tocado historias de chicos que llegan con depresión por haber perdido la vista, pero con el futbol se vuelven a reencontrar con personas con las que se sienten identificados porque en la sociedad muchas veces son discriminadas”, finalizó.