Mario Galeana
Cuando la Unesco decretó a la cerámica de talavera que se fabrica en Puebla y España como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2019, también demandó que las autoridades locales comenzaran un plan para rescatar técnicas y procesos de su elaboración.
El llamado no era casual: ese año, sólo nueve talleres en Puebla habían certificado que las piezas de talavera que fabricaban cumplían con las técnicas artesanales tradicionales que se remontan al siglo XVI, mientras que otros tres talleres se encontraban en proceso de cumplir con esa certificación.
Ahora, tres años después, la Secretaría de Cultura del estado arrancó oficialmente un proyecto para preservar estas técnicas: “Plan Especial de Salvaguardia de los Procesos Artesanales para la Elaboración de la Talavera”.
A través de un comunicado emitido ayer, la dependencia llamó a los artesanos y a los talleres a inscribirse en el proyecto para recabar información sobre el estado actual de las técnicas, y comenzar a definir un plan de acción que garantice la preservación de la cerámica de talavera.
El registro culmina el próximo lunes15. Sólo podrán participar aquellas personas y talleres que cumplan a cabalidad con los procesos descritos en la Norma Oficial Mexicana 132, que desde 1998 recalca que el proceso debe ser manual de tipo artesanal, y emplear materias primas tradicionales centenarias.
El plan especial de la Secretaría de Cultura se realizará junto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Consejo Regulador de la Talavera, que a principios de mayo también manifestó su intención de crear una escuela para artesanos dedicados exclusivamente a este tipo de cerámica.
En comparación con España, México empieza tarde con los preparativos para preservar estas técnicas.
Desde junio de 2021, en el municipio de El Puente del Arzobispo ya se habían compilado los procesos de los talleres artesanales y aplicado 69 medidas para revertir la posibilidad de perder este conocimiento, según dio a conocer el coordinador del plan, Bienvenido Maquedano.
A nivel local, la posible pérdida de los procesos artesanales de talavera está relacionada con la compra de utensilios de menor precio que se elaboran con otros materiales –como el plástico–, pero también a la falta de aprendices y nuevas generaciones interesadas en aprender estas técnicas.
“Los talleres fueron desapareciendo por envidia entre artesanos, por falta de cultura, por falta de información y de interés de querer difundir un conocimiento. Siempre se pensó que era algo que tenía que ser compartido, pero después comenzó a verse con mucha envidia”, reconoce Germán Gutiérrez Camacho, presidente del Consejo Regulador de la Talavera.
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