Mariana Flores, Jesús Peña y Germán Campos Ramos
Para Juan, unos cuantos clics en una red social fueron suficientes para pactar con un desconocido la compra de faros de niebla usados.
Sin factura ni garantías, sin etiquetas, sin certificados de originalidad y sin seguridad de su procedencia.
Así lo narró a Crónica Puebla, con petición de anonimato. Él es uno de los casos con que este diario documenta la migración de vendedores de autopartes de procedencia ilícita de la 46 Poniente, donde el gobierno estatal emprende desde julio combate a este delito con decomisos y clausuras de locales.
A Juan le robaron los faros de niebla de su Chevrolet 2010 en el centro de Puebla capital. En febrero, lo dejó estacionado y en menos de una hora tenía solo los cables de conexión.
“Eran nuevos, los compré en diciembre con lo del aguinaldo; me salieron en 2 mil pesos cada uno. Eran originales, los compré directamente con el distribuidor, con el documento de garantía y manual en una caja”.
Buscó en internet las piezas, pero sobrepasaban su presupuesto. El mes pasado, se acercó a Marketplace de Facebook y encontró unos baratos.
El anuncio publicaba cada faro “original” en 300 pesos: menos de una sexta parte en mostrador de la marca.
Contactó al vendedor, preguntó por piezas originales y solicitó fotografías. Se pactó la venta por Whatsapp.
Hubo dos opciones de entrega: en persona o paquetería que cobra por distancia sin preguntar por la naturaleza del envío.
El perfil de Facebook es una supuesta tienda.
Cerca del Parque Ecológico, Juan encontró al vendedor y pagó en efectivo. “No hay facturas ni nada, es como comprar unas papitas en la calle, ni recibos ni tickets”, comentó.
Los faros estaban usados pero en buen estado. El vendedor le ofreció “cualquier pieza de cualquier carro” que buscara.
Fue el 9 de agosto, dos semanas después que los locales de la 46 Poniente fueran clausurados por vender autopartes robadas.
El negocio de las piezas de procedencia ilegal sigue floreciendo y con mejores precios que antes.
Recientemente, el gobernador Miguel Barbosa Huerta, reconoció un incremento en la venta en línea de autopartes que presuntamente serían de procedencia ilegal, y exhortó a la sociedad a formar una cultura de legalidad.
AUTOPARTES ROBADAS, MINA DE ORO
Desde que se instaló Volkswagen en Puebla, en el área de la 46 Poniente se originó el comercio ilícito de autopartes bajo la complacencia de ciudadanos que compran y autoridades omisas; ahora, con el cierre de locales el ofrecimiento de mercancía robada migró a redes sociales.
Las denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE) se duplicaron en siete años, al pasar de 575 en 2015 a mil 180 para 2021.
De enero a agosto de este año, las querellas presentadas ascienden a 691 (58.5% de las de 2021).
Pero estas son las denuncias; quienes prefieren “no perder el tiempo” en trámites representan 94 de cada 100 afectados, indica la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2022.
Las cifras de la Fiscalía muestran una reducción de las denuncias por robo de autopartes: en 2019 registró 514 y para 2020 –año de confinanmientos por la COVID-19– 60% menos, con 304 casos.
En 2021, año de la reactivación económica, las denuncias se cuadruplicaron a mil 180, pasaron de 0.8 a 3.2 reportes al día.
De las 691 denuncias en los primeros ocho meses de este año, en 98.8% de los robos mo medió violencia y 384 (57.5%) ocurrieron en la capital poblana.
En julio, el gobierno estatal emprendió un operativo para revisar los locales de la zona de la 46 Poniente; fueron decomisadas 220 toneladas de autopartes y 800 llantas, además de drogas y se clausuraron 21 locales.
LA HISTORIA
En 1964, la empresa alemana Volkswagen se instaló en territorio poblano y los primeros autos armados en 1967 fueron sedán, el vocho.
La venta prosperó, al ser el auto más barato y generó alta de demanda de autopartes que superó la capacidad de la firma.
Los primeros modelos habían llegado a México en 1954, 10 años antes que la planta, por lo que había ya una necesidad de piezas.
Entonces, algunos negocios se instalaron en lo que hoy es la zona de la 46 Poniente, corriendo la voz de que tenían las partes o podían “conseguirlas” para el vehículo. Los compradores no cuestionaban la procedencia de la refacción, hasta que los robos de autopartes fueron evidentes en todas las marcas.
Los automovilistas robados preferían acudir a los locales de esa área y encontrar exactamente lo que les habían robado y desistían de denunciar, porque las autoridades solapaban esta práctica.
Con la llegada del actual gobierno estatal, encabezado por Miguel Barbosa, la estrategia contra esta actividad ilícita analiza expropiar parte de la zona y mantener la clausura de negocios cateados.
Desde ayer, Crónica Puebla evidencia que a través de Facebook, Telegram y WhatsApp, locatarios y bodegueros ofrecen “conseguir” lo que les pidan los clientes, dándoles “precio”.
COMPRAR LO QUE A UNO LE ROBARON
A José, Luis y Ana les robaron.
Era 2010 cuando José cambió su camioneta, consiguió un buen precio por la que tenía en uso sólo un par de años, liquidó adeudo con la agencia y allí mismo sacó unidad del año.
“No pasó ni un mes cuando la dejé estacionada en el Centro Histórico, en pleno día, me bajé por hacer un trámite. Había un viene-viene que cuando volví ya no estaba… tampoco estaba la llanta trasera del conductor”, recordó.
Puso la llanta de refacción y en ese mismo momento se fue a la 46 Poniente.
“Parece que me estaban esperando. A la primera me preguntaban que qué necesitaba, que si no me interesaba una llanta para mi camioneta. Parece mentira, pero así fue. Yo estimaba, por el modelo, que si la compraba en agencia me costaría 10 mil o 12 mil pesos”, dijo.
Optó por no confrontarse, sabía que eso no daría resultado, tampoco quiso pedir ayuda a la autoridad, si solapaba a los comerciantes, así que prefirió negociar y entregar 2 mil 500 pesos por su llanta.
“Creo que fue lo mejor. Claro que me enojó tener que comprar lo que ya de por sí era mío, pero ¿qué hacía?”.
Luis estacionó cerca de 25 Poniente y 11 Sur en 2015. Le abrieron la puerta y le robaron la carátula del reproductor. Guantera y cajuela fueron hurgadas pero nada más.
Días después, Luis fue a la 46 y compró la pieza.
“Yo tenía en la cajuela libros muy especiales, por su alto valor económico y la dificultad para conseguirlos, pues en ese momento daba clases de Literatura, además también tenía una tesis en revisión y perderla me hubiera significado un problema”, indicó.
Este año, Ana estacionó su coche afuera de su casa, en San Manuel. Cuando abría la puerta del conductor, vio que los papeles que tenía adentro estaban desordenados.
Vio las identificaciones escolares de sus hijos, su agenda, facturas, tarjeta de circulación y más tirados.
El cofre estaba abierto. Le robaron la batería pero la computadora estaba intacta.
Ana prefirió comprar pieza nueva: “Debemos hacer conciencia de esta situación, pues si vamos a lugares donde venden cosas robadas, pues no dejamos de fomentar el que nos roben y no le veo el caso de seguir así”.
SEGUROS HACEN COBERTURA
Presentar una denuncia es requisito indispensable para que las empresas aseguradoras cubran el daño por robo de vehículo.
El asesor en aseguramiento y finanzas, José Ramón Proal, explicó que hay seguros complementarios en los que el monto a pagar se define conforme a la marca, modelo y año, que en términos generales cubre llantas, rines o asientos con un deducible de entre 10 y 20 por ciento, mientras que el resto de la unidad aplica sin deducible.
En términos generales, las aseguradoras solicitan que el vehículo en cuestión tenga hasta 10 años de antigüedad y cuente con un seguro de cobertura amplia, aunque sea con otra empresa.