Es relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Sobre los números y las letras, diversos autores, tanto historiadores como investigadores, han dicho que unos y otras tuvieron origen en dos regiones del mundo: China y Mesopotamia.
Afirmaríamos que no hay certeza de cuándo ni de cómo exactamente nació el lenguaje o los lenguajes.
Para entrar al tema, podemos señalar que sea cual fuere el lenguaje que está presente, no será nada sencillo conocerlo en su amplitud, a pesar de ser nuestra obligación.
Un primer tema es que, al respecto, en forma genérica nos confundimos con los términos lenguaje, lengua y habla, que dan la idea de ser sinónimos y no lo son, se trata de vocablos distintos.
El lenguaje es la facultad que tiene el ser humano de poder comunicarse con sus semejantes, valiéndose de signos que entre ellos mismos han creado. La lengua es lo mismo que idioma, el conjunto de signos organizados según la población que los utilice. Habla se refiere al uso práctico que cada individuo hace de ese acervo cultural que es su propia lengua.
Así por el estilo vamos dando cuenta que sí es difícil conocer todo el idioma de nuestra nacionalidad: “los que gobiernan ínsulas por lo menos han de saber gramática”, decía Cervantes.
Para aprender un idioma realmente el camino es largo y difícil, tenemos que andar las rutas por donde nacieron las palabras, los adjetivos y los sustantivos, los verbos y sus conjugaciones, las declinaciones, el nombre y el pronombre, la prosodia, la sintaxis, la ortografía, la analogía, el adverbio, las preposiciones, los prefijos, sufijos, de ahí a traducir qué significa la hipérbole, la hipótesis, el sinónimo, el antónimo y el parónimo y un largo etcétera; seguido de una coma, un punto, diéresis, acento agudo y puntos suspensivos…
Don Juvenal Cruz Vega, quien en una de sus profundas conferencias, nos habló de la crestomatía latina, recomendable para estudiar lenguas clásicas y la literatura en un tiempo de crisis.
La plática extractada señalaba: “Queridos amigos, en esta ocasión quiero compartirles algunos textos en latín. Son doce textos hermosos bien seleccionados, algunos son agradables y sencillos por su lectura y vocabulario, otros tienen un poco de complejidad, otros son para reír y el resto para reflexionar en la medida de la capacidad de cada uno”.
“Quienes estudian la lengua latina podrán hacer un trabajo de traducción: quienes la desconocen, al ver algunas canciones populares de México podrán emocionarse y comenzar su estudio tal como lo requiere toda disciplina: ab initio (desde el principio), o como solemos decir en la academia: textum a texto, periodum a periodo, sententiam ab sententia, verbum a verbo, syllabam ab syllaba, litteram ab littera”.
Algunos textos llevan su versión al español. Solamente el número doce al que titulé “Sobre la pasión por estudiar la ortografía” lleva un breve estudio, desde la etimología, su definición y ejemplos; además, comparto dos textos de sumo interés, uno de Marco Fabio Quintiliano sobre la importancia de la ortografía y otro de Hans Henning Orbeg, de su Lingua Latina per se illustrata para estudiar y practicar las letras latinas, las vocales y las consonantes, y sobre todo para iniciar el estudio de la ortología latina, esto es, la escritura, ortografía, fonética, prosodia, caligrafía y nemotecnia, que tanta falta hacen en la reforma educativa de cualquier nación.
No es publicidad, pero sugiero conocer esa institución, a los que quieran compenetrarse en esos necesarios temas de la lengua española.
Recuerden al gran Charles Chaplin: “Mira hacia arriba”.