Jesús Peña
Ayer se cumplieron 2 mil días del deterioro del hospital del IMSS San Alejandro, durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, tiempo en el cual los hospitales de La Margarita y San José han tenido que absorber la demanda de pacientes, en medio de la pandemia de COVID-19.
Considerado como el hospital de segundo nivel más grande de América Latina, con 415 camas, tuvo una vida de 41 años, luego de ser inaugurado el 15 de junio de 1976, tras cuatro años de construcción, por Luis Echeverría Álvarez y Alfredo Toxqui Fernández de Lara, entonces presidente y gobernador.
Oficialmente Hospital General Regional Número 36, ubicado en la 10 Poniente 2721, colonia Villas San Alejandro (de donde toma su nombre popular), era un edificio de ocho niveles, tenía más de 2 mil 500 trabajadores (médicos, enfermeros, camilleros, laboratoristas, administrativo y de limpieza).
En promedio, este hospital veía nacer un promedio de 30 bebés por día, es decir casi 11 mil al año. Considerando que en 2016 fueron casi 133 mil los partos en la entidad, quiere decir que 8.2% fueron en este lugar.
Contaba con áreas de ginecología, obstetricia y pediatría, además de subespecialidades de angiología, urología, dermatología, otorrinolaringología, cardiología, hematología, neonatología y psiquiatría, además de practicar cirugías de cataratas, amígdalas, plástica, de vesícula y maxilofacial.
El hospital de San Alejandro resistió los sismos del 19 septiembre de 1985 y del 15 de junio de 1999, aunque tuvo afectaciones severas y necesitó mantenimiento, pero fue el sismo de 7.1 grados Richter el 19 de septiembre de 2017 el que terminó por cerrarlo.
La administración presidencial del priísta Enrique Peña Nieto concluyó en 2018, sin que se diera un plan para su reposición. Luego, con la llegada –en diciembre de dicho año– de Andrés Manuel López Obrador el proyecto se fue postergando.
En 2020 arribó a México la pandemia de COVID-19, que hizo evidente la saturación de los hospitales del IMSS de La Margarita y San José, para atender a los pacientes que necesitaban de hospitalización.
De hecho, en La Margarita, tanto personal médico como derechohabientes han documentado y difundido en redes sociales las condiciones precarias en que están, con saturación de espacio, elevadores descompuestos, fallas en tuberías y otros aspectos.
Hasta mayo de 2022 que personal de la Secretaría de la Defensa Nacional comenzó la demolición de los restos de San Alejandro, al tiempo que el gobierno del difunto Miguel Barbosa Huerta y el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, anunciaban los planes para recuperar este espacio.
El 3 diciembre del año pasado, en su visita a la entidad, Robledo Aburto precisó que quedará listo para abrir sus puertas en julio de 2024, para lo cual se invertirá 3 mil 21 millones de pesos –2 mil millones en obra y el resto en
equipo médico–, pero ahora sólo contará con 180 camas.
Respecto a los 2 mil días que cumple Puebla sin el hospital del IMSS San Alejandro, el diputado federal panista Mario Riestra Piña se pronunció ayer: “Cinco años y medio prácticamente y es la fecha que el gobierno federal no ha sido capaz de colocar la primera piedra. No han podido poner un solo ladrillo. Mientras tanto, los poblanos no tienen la atención que se merecen”.
“Tampoco ha podido inaugurar el nuevo hospital de Cuautlancingo, al cual se comprometieron estaría listo a finales del año pasado. Los poblanos merecemos una atención médica, queremos respuestas”, indicó.