Jesús Peña
Estados Unidos repatrió a 5 mil 424 poblanos sólo durante el primer trimestre del presente año, un incremento de 15% respecto a los 4 mil 720 del año pasado, con lo cual es el quinto puesto nacional.
Así lo revela la Secretaría de Gobernación (Segob) federal, en su Boletín de Estadística Migratoria, que precisa que a nivel nacional de enero a marzo regresaron 71 mil 354 mexicanos desde el vecino país del norte, es decir, Puebla representa 7.6%.
Los cuatro estados que superan a la entidad poblana en repatriación son: Chiapas, 8 mil 45; Guerrero, 7 mil 109; Oaxaca, 5 mil 975; y Veracruz, 5 mil 829.
Es de destacar que los 32 estados registraron a migrantes expulsados de Estados Unidos, siendo los menos: Baja California Sur con 57; Yucatán, 114; Colima, 180; y Quintana Roo, 199.
Por mes, en enero regresaron a Puebla mil 518 personas, en febrero subió a mil 996 y en marzo fueron mil 910; por sexo, 4 mil 490 fueron hombres (83%) y 934 fueron mujeres (17%).
El informe precisa que 323 deportados (250 hombres y 73 mujeres) se trata de niños, niñas y adolescentes; de ellos, 290 tienen entre 12 y 17 años, 50 viajaron acompañados y 240 lo hicieron solos; los 33 restantes tienen entre 11 años o menos, de los cuales 27 viajaron acompañados y seis regresaron solos.
En tanto, Canadá deportó a cinco poblanos. Dicho país, durante el primer trimestre, regresó a 268 mexicanos originarios de los 32 estados, siendo Ciudad de México quien concentra la mayoría con 153 casos (57%). El saldo representa más del doble del año pasado, cuando fueron 131 de enero a marzo.
Ayer, Crónica Puebla dio a conocer un estudio del investigador David Hayes-Bautista, el más notable en Estados Unidos en lo que se refiere a la participación de hispanos en su economía.
Durante su visita a Puebla, explicó que la productividad de los 62 millones de hispanos que residen en allá equivale a la quinta economía más grande del mundo, es la que más impulsa el Producto Interno Bruto de dicho país y, a pesar de ello, el gobierno no le invierte al sector.
De hecho, recordó que los latinos en Estados Unidos fueron el sector laboral que no dejó de trabajar durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, pese a carecer de servicios médicos se enferman menos que los anglosajones por beber alcohol o consumir drogas y, lejos de darles ayuda, se recortan los programas oficiales que les benefician.