Rocío García Olmedo / @rgolmedo / [email protected] / [email protected]
Coahuila y el Estado de México son las dos entidades federativas que el próximo domingo tendrán elecciones. De muy alta importancia estas votaciones por lo que representan los resultados que se obtengan en ruta hacia el proceso electoral del 2024.
En Coahuila es muy clara la división y el conflicto generado entre los aspirantes que tenían la posibilidad de convertirse en candidatos de Morena por la designación de quien finalmente fue postulado, lo que dio como consecuencia los muy evidentes desencuentros y pleitos entre candidatos antes afines.
Llegan fracturados al día de la jornada electoral, con un voto dividido entre ellos mismos, aún y cuando de última hora el partido Verde ha declarado que declina a favor del candidato oficial. Los resultados los conoceremos pronto.
En el Estado de México el partido Morena no tuvo esos problemas en la designación ya que nadie más se atrevió realmente a levantar la mano para no contrariar la determinación que estaba tomada previamente por el presidente López Obrador a favor de una sola “corcholata”, como él les llama.
Sólo que en esta entidad no contaban con que la candidata de la coalición PRI, PAN, PRD, además de que es una mujer muy preparada, conoce muy bien esa entidad, sus necesidades y sus problemáticas, por lo que en las últimas mediciones serias ha logrado empatar a pesar de que se ha enfrentado a toda la maquinaria del gobierno federal. La moneda está en el aire. Estamos a días de conocer los resultados, los cuales marcan un precedente en las próximas votaciones.
En ruta hacia la elección del 2024, el presidente aferrado a sus reformas a la Constitución, las que requieren las dos terceras partes de la votación para sacarlas adelante, ya nos adelantó que su plan C incluye una elección de Estado para hacer ganar a su partido ambas Cámaras. Necesita ganar esa mayoría calificada para tener éxito.
En Puebla la división entre las “corcholatas” poblanas del partido oficial que aspiran a ser candidatos a la gubernatura se va agudizando. Todos esperan también la designación que haga el presidente López Obrador como lo hizo en Coahuila y en el Estado de México y como lo hará en el 2024.
Todo lo acontecido en este sexenio ha permitido entender con mayor claridad la importancia de la división de Poderes y del Federalismo, principios rectores para evitar excesos en el ejercicio político del país.
De manera que, en ruta hacia el proceso electoral del 2024, los hechos, las advertencias y las lecciones están a la vista de todos los mexicanos.
Ojalá que las hayamos aprendido porque lo que está en riesgo en nuestro país y en nuestros estados son justamente esos principios rectores que han permitido actuar conforme a la ley con gobiernos bajo el régimen democrático.