Diana López Silva
Hoy, hace seis años, a las 13:14 del día un terremoto de 7.1 grados Richter sacudió se generó en los límites de Puebla y Morelos.
Ocasionó 45 defunciones aquí, afectó más de 28 mil viviendas y 630 edificios religiosos.
San Juan Pilcaya, junta auxiliar de Chiautla, fue declarada epicentro del terremoto.
Se dañaron 300 de las 700 casas del sitio mixteco, a 105 kilómetros de la capital del estado.
Horas después, el Servicio Geológico de Estados Unidos determinó que el epicentro fue a un kilómetro de San Felipe Ayutla, población vecina de Pilcaya.
El gobierno federal declaró estado de emergencia y aplicó el Plan DN-III-E.
Estruendo en Pilcaya
La campana de la parroquia de San Juan Bautista cayó desde lo alto.
El ruiderazo hizo más impactante la duración del temblor.
Feligreses locales y migrantes asentados en Los Ángeles, California, en el país vecino del norte hicieron aportaciones para remodelar zócalo y kiosco en 2019.
El templo fue reparado con recurso federal.
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Puebla capital
Por los daños, en la Catedral una cúpula estuvo apuntalada más de un año en espera de reparación.
Por meses, los fieles asistieron entre vigas y bajo tablones que cubrían el agujero en el techo.
Desde 2017, cada 19 de septiembre es colocado un ramo de flores y una veladora en el lugar donde fallecieron dos mujeres por la caída de una cornisa en la 16 de septiembre y 11 Oriente-Poniente.
Ayer no estaba la cruz en el lugar. Trabajadores de las obras de remodelación que realiza el ayuntamiento el sitio dijeron que ellos no retiraron el recuerdo de las fallecidas.
Dos alumnos y una trabajadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) murieron en el edificio de la preparatoria “Lázaro Cárdenas”, de la 4 Oriente, 414.
Ana Paola de los Santos y Brandon Rovelo murieron entre escombros.
La empleada administrativa Maricela Celia Miranda Rosas salvó a algunos alumnos pero a ella le cayó encima un pedazo de construcción.
El sitio fue desalojado y los alumnos enviados a instalaciones en la colonia Rancho Colorado.
La Escuela de Artes, ubicada en la 8 Oriente 409, fue otro de los edificios más dañados de la BUAP, conocida también como “Antigua casa del alguacil mayor”.
Miguel Ángel Rojas García, coordinador del nivel técnico de Música, narró que ese día llegó a las 8 de la mañana para comenzar clases en el turno matutino y hacia la hora de salida inició el sismo.
La mampostería de las pareces cayó.
Desde el segundo piso y al fondo del tercer patio, alumnos y maestros vieron salir a Rojas García al último, cubierto de polvo y cargando mochilas que encontró al revisar que no hubiera personas en las aulas.
“El edificio quedó muy mal, estuvo años en reparación. Estábamos cerca de 150 personas, entre alumnos y personal”.
El edificio fue entregado este año para volver a usarse, igual que la prepa de la 4 Oriente.
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Recién nacidos en San Alejandro
Diana López Silva
Los 60 bebés en sus primeras horas y días de vida fueron salvados del hospital del IMMS de San Alejandro.
María Magdalena Romero Hernández, en ese entonces subjefa de Enfermería del área de Neonatos y Pediatría comparte su vivencia de ese martes.
“La fecha marcó nuestra existencia laboral y como seres humanos”.
Narró que a las 13:14 horas ella llegaba a la planta baja. El sismo comenzó y ella corrió a la planta baja, en el sótano, donde estaba el cunero.
En el séptimo piso, área de Pediatría, también había bebés.
Aún se movía el edificio cuando comenzó una fuga de gas en el octavo piso.
El olor generó pánico por la posibilidad de explosión.
“Fue una situación verdaderamente angustiante, no sabíamos en qué condiciones estaba la estructura del edificio, familiares y pacientes estaban asustados”.
El personal se enfocó en la solución de lo inmediato.
Nadie esperó indicaciones; se aplicó el sentido común.
La prioridad eran los recién nacidos.
Romero Hernández enumera a los héroes del día: el trabajador de mantenimiento que subió al octavo piso para cortar el suministro de gas, el personal que sacó pacientes con los equipos necesarios para sus tratamientos, los vecinos que abrieron cocheras y salas para resguardar enfermos y recién nacidos, los enfermeros que aventaron colchonetas por las ventanas para que los pacientes tuvieran dónde acomodarse.
La enfermera, que trabajó 27 años en el IMSS, 15 de ellos en San Alejandro, hoy está jubilada. Mario Ortiz, dueño de la panadería “Chrisand”, atrás de la Unidad Médica Ambulatoria (UMA), que está frente al hoy derribado hospital, fue una de las personas albergó bebés.
En entrevista, en su negocio con 40 años de funcionamiento, recordó que comenzó su jornada laboral a las siete de la mañana, como todos los días, ya con el aviso de que a las 11:00 habría simulacro de sismo en conmemoración del terremoto de 1985.
Cuando el nuevo temblor comenzó, vio cómo el personal de San Alejandro se movilizaba.
“Los bebés en cuneros estaban en total indefensión; enfermeras los sacaban cargando pero no tenían dónde llevarlos”.
Don Mario abrió su local. Seis incubadoras fueron conectadas y también recibió a enfermos adultos que fueron acomodados en colchonetas.
Ningún bebé murió en el hospital más importante de maternidad, que en total contaba con 415 camas.
Ahora mismo, se edifica un nuevo sitio que tendrá 180 camas. Se espera esté concluido en febrero de 2024.
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Concentra septiembre los sismos más fuertes
Karla Cejudo
Si bien septiembre no es el mes en que se presentan más movimientos telúricos, sí es el que durante los últimos 37 años concentró 25% de los 57 sismos de magnitud mayor a seis grados en escala de Richter que hubo en el país.
Así lo expuso Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, quien explicó que con base en datos del Servicio Sismológico Nacional sólo en 2021 septiembre fue el mes con más temblores.
Detalló que en el 2018 el mes con más sismos fue febrero, mientras que en 2019 fue mayo; para 2020 se reportaron más movimientos telúricos en enero, en 2021 fue septiembre y en el año pasado noviembre.
Destacó que el hecho de que en la memoria colectiva se tenga que los sismos de alta intensidad se den en septiembre generan esa percepción de que es el mes en que más tiembla, pero hasta el momento no hay evidencia científica sobre ello.
Expresó que el país con alta actividad sísmica y que todos los días suceden temblores de baja intensidad, por lo que es necesario dejar a un lado los mitos y estar preparados en cualquier momento, no solo en septiembre, debido a que los temblores son impredecibles y pueden registrarse en cualquier momento.