San Juan Ixcaquixtla tiene debajo del suelo un complejo mortuorio con restos de 20 personas, cerámica y elementos de ofrenda
Mario Galeana
Los trabajos de urbanización en una calle de San Juan Ixcaquixtla, en Puebla, han sacado a la luz una tumba que permaneció intacta por más de mil 500 años, de la cual se han identificado los restos de veinte personas pertenecientes, según las primeras pesquisas, a un grupo de linaje de comerciantes-guerreros.
El hallazgo de esta tumba “sin precedentes” en todo el estado”, de acuerdo con los arqueólogos responsables del salvamento, incluye la recuperación de 150 vasijas cerámicas, un hueso humano tallado y esgrafiado, un hacha votiva y tres yugos de tradición mesoamericana, es decir, elementos escultóricos en forma de “U” localizados en otras construcciones mortuorias en la región de la Sierra Norte de Puebla.
Todos los elementos arquitectónicos de la tumba, incluida la loza que sellaba la entrada, se encuentran preservadas. El complejo funerario consta, hasta ahora, de dos cámaras de ocho metros cuadrados.
Esta es la tercera tumba localizada en el primer cuadro de la ciudad de San Juan Ixcaquixtla, municipio localizado en la Mixteca baja del estado de Puebla.
En abril de 2004, se localizó la Tumba 1, formada por tres cámaras y una pintura mural con pigmentos naranjas, en donde se registraron elementos y divinidades. En septiembre de 2013, se localizó una tumba más en una calle lateral al mercado municipal.
Pero el hallazgo de la Tumba 3 supone un descubrimiento inédito, a decir de los especialistas. “No tenemos conocimiento de una tumba con característica similares. Es una tumba que durante más de un milenio y medio se conservó intacta”, insistió el director del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla, Manuel Villarroel Vázquez.
El arqueólogo Alberto Diez-Barroso Repizo, coordinador del grupo de especialistas en el salvamento, explicó que San Juan Ixcaquixtla se construyó sobre una loma que domina un valle, y el mayor de los montículos del sitio se localizaba en lo que ahora es el centro de la cabecera municipal.
“Ahora podemos decir ‘la Acrópolis’ de Ixcaquixtla, porque con todo lo que estamos estudiando nos damos cuenta de que era una acrópolis, nos encontramos encima de una gran acrópolis. Desde aquí pueden ver cómo se miran los vales bajos”, apuntó en conferencia de prensa realizada el martes pasado.
Sobre la tumba, Diez-Barroso dijo que las vasijas encontradas son parte de una cerámica local, en tanto que el contexto funerario corresponde al periodo Clásico mesoamericano, localizado entre los años 100 y 650 de nuestra era.
“Posiblemente formaban parte de algún linaje de comerciantes-guerreros, por lo cual nos encontraríamos ante un ritual de culto a los ancestros, toda vez que algunas osamentas pertenecen a adultos mayores”, informó.
La exploración que realiza el INAH se prolongará hasta agotar el sondeo de todas las cámaras que pertenecen a este complejo mortuorio.