Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava
“Los buenos médicos no tratan enfermedades, tratan personas.
El hecho de que un buen médico te pueda escuchar
con plena atención, desde el conocimiento, la empatía y la fortaleza,
aunque sea en silencio, ya es en sí mismo terapéutico.”
Jordi Pigem
En este año de 2024, se elegirán, a decir de los datos oficiales del Instituto Nacional Electoral, 20 mil 286 cargos públicos, por lo que, para esa multitud de candidatos y de paso, para los partidos políticos que los proponen, está dirigida esta carta, dividida en secciones de aquí al domingo de las elecciones, si las condiciones lo permiten:
A todos los candidatos de los 20 mil 286 cargos de elección popular:
Deberían de saber los miles de candidatos a los cargos de elección popular que serán votados el 2 de junio de 2024 que, para justificar las acciones de gobierno es necesario que estas se encuentren legitimadas, pero ¿cómo se justifican sus cargos públicos?
Primero, con el voto, es decir, que sean verdaderamente los ganadores de esas elecciones, pero eso no es todo, porque lo que hoy observamos es que al tratarse de tantos candidatos, el ciudadano de a pie pierde el conocimiento de quiénes son, cuál es su propuesta, qué piensan, pero, sobre todo, para qué cargo público están compitiendo.
No es posible que los ciudadanos puedan saber cuál es la tendencia política de estos candidatos, sus apreciaciones sobre el trabajo en su cargo público, la función que deben de llevar a cabo.
Una vez que se encuentran en el cargo deben de cumplir con esa legitimidad ganada en las urnas, para ello, no es suficiente esconderse atrás de un escritorio o en una palestra hablando sin hacer nada. Hoy se requiere de trabajo de 24 horas, es imposible sostener que hay tiempo para cosas triviales.
Y es que, hay muchas cosas triviales que han pasado a segundo término, es más se ven mal actualmente ciertas actividades de quienes ostentan cargos públicos, sobre todo los más importantes.
Por ejemplo, se pierde tiempo en eventos, conmemoraciones, desfiles, reconocimientos, que normalmente lo hacen para lo que, se ha denominado como: “bañarse en pueblo”.
Hoy, ya no debería ser así, se necesita más acción y menos palabrería, como sostuvo alguna vez Porfirio Díaz, se requiere de: “más administración y menos política”.
Se necesitan menos cuestiones meramente políticas, que lo que ocasionan es perder el tiempo en cosas absurdas, como es el caso de acudir a mítines en donde se les pone un collar, el vestido o camisa de la región. La legitimación de quienes ostentan cargos públicos está en otro sitio, no en estar en la inauguración de un evento cultural, cívico o deportivo.
Por citar un ejemplo, respecto a lo que son los tiempos muertos que pudiera tenerse, es la gran cantidad de personas que acuden a un desfile, como el 5 de mayo. No es por otra cosa, pero eso le cuesta al país, los simples traslados, son costosos para la nación.
Pero, eso no es todo, también el acudir a un desfile de dos horas de duración, donde ese tiempo se pudiera utilizar para atender por lo menos, cincuenta problemas urgentes.
Desde luego que, el contra-argumento es que esto es un símbolo muy representativo de la nación, pero existen prioridades, y pareciera que esas prioridades no se han puesto en un papel.
Acudiendo a tanto evento, como los ya mencionados, no hace que sea mejor funcionario público, muchas de las ocasiones es simplemente para medir el índice de aceptación común de la población.
Sin embargo, eso ya no debe ser es así, esperemos que esto vaya modificándose con estos nuevos participantes que ostentarán cargos públicos.